Estudio digital de la momia de Amenhotep I. SAHAR N. SALEEM y ZAHI HAWASS
La momia del faraón de la XVIII Dinastía Amenhotep I (o Amenofis I, que reinó entre el 1525 y el 1504 a.C.) fue enterrada dos veces. La primera, cuando murió. La segunda, en la XXI Dinastía (del 1070 al 945 antes de Cristo), cuando los sacerdotes le sepultaron en Deir el-Bahari.
Desde ese momento, hace 3.000 años, el faraón descansó en paz. Al menos hasta 1881, cuando los aventureros de la época encontraron su tumba. La momia seguía completamente cubierta. Y permaneció así durante más de un siglo, siendo una de las pocas momias reales que no se han desenvuelto en época moderna.
Todas las momias reales encontradas en los siglos XIX y XX han sido abiertas para ser estudiadas y la de Amenhotep era una excepción. Nadie se atrevió a romper el encanto de su envoltorio perfectamente conservado, su bella decoración con guirnaldas de flores o la exquisita máscara realista que cubría su cuello y su rostro.
Con tal de desentrañar los secretos que aún oculta, el legendario arqueologo Zahi Hawass (izquierda) y la radiólogo Sahar N. Saleem, de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo, han estudiado los restos siguiendo métodos no invasivos para descubrir detalles sobre la apariencia física, la salud y la causa de la muerte de Amenhotep I.
"Al desenvolver digitalmente la momia y 'despegar' sus capas virtuales -la máscara facial, las vendas y la propia momia- pudimos estudiar a este faraón bien conservado con un detalle sin precedentes", dijo Saleem
Una tomografía computerizada (TC) permitió ver el rostro del faraón, que falleció alrededor de los 35 años. “Medía aproximadamente 169 cm de altura, estaba circuncidado y sus dientes tenían un desgaste mínimo”, escriben los especialistas en un un estudio publicado en la revista Frontiers in Medicine. “Sacaron las vísceras de su cuerpo mediante una incisión vertical en el flanco izquierdo”, añaden.
La doctora Saleem dice que el escaneo muestra que el cuerpo que no sufrió heridas o desfiguraciones por enfermedad
El estudio sirvió para que Saleem y Zahi Hawass, matizasen algunas de sus teorías, pues anteriormente habían especulado que la principal intención de los restauradores del siglo XI a.C. fue reutilizar el equipo funerario real para faraones posteriores.
“El corazón se ve en el hemitórax izquierdo con un amuleto superpuesto, no se extirpó el cerebro y la momia tiene 30 amuletos o piezas de joyería, incluida una faja de cuentas metálicas (probablemente de oro)”, señalan tras su análisis, que incluyó imágenes bi y tridimensionales.
(A) Imagen de TC tridimensional del frente de la cara de Amenhotep I y (B) Imagen de TC tridimensional del perfil izquierdo de la cara de Amenhotep I muestro un rostro ovalado con mentón estrecho, nariz pequeña y estrecha aplastada por los vendajes, dientes superiores levemente salientes, ojos hundidos, mejillas colapsadas, lóbulo perforado de la oreja izquierda y unos pocos mechones de cabello enroscados.
Segundo faraón de la XVIII dinastía egipcia, Amenhotep gobernó en una época en que Egipto era próspero y seguro, durante la cual ordenó numerosas construcciones religiosas y dirigió expediciones militares a Libia y al norte de Sudán.
El equipo no encontró ninguna herida o desfiguración debida a una enfermedad que justificara la causa de la muerte. El cuerpo momificado de Amenofis I sufrió múltiples lesiones post mortem y, según los egiptólogos, probablemente fueron infligidas por ladrones de tumbas. Hawass y Saleem también creen que los embalsamadores de la XXI Dinastía trataron de corregir los desperfectos.
Imagen de TC frontal tridimensional de la parte inferior del torso y las extremidades superiores de la momia de Amenhotep I. El brazo y el antebrazo izquierdos dislocados se colocan extendidos a lo largo del lado izquierdo del cuerpo. La (mano) izquierda rota tiene tres dedos flexionados; los dos dedos que faltan se ven dentro de un defecto de la pared abdominal anterior (flecha larga). Las fracturas probablemente fueron causadas por ladrones de tumbas. La posición inicial de los brazos probablemente estaba cruzada frente al cuerpo. Se coloca un alfiler corto transversalmente a través de los vendajes (flecha corta) que probablemente fijará el brazo izquierdo desarticulado en su lugar.
Esto incluía usar una banda de lino tratada con resina para fijar la cabeza y el cuello desprendidos del cuerpo, cubrir un defecto en la pared abdominal anterior con una banda y colocar dos amuletos debajo y situar la extremidad superior izquierda desprendida al lado del cuerpo y envolverla. “El antebrazo derecho está envuelto individualmente, probablemente representando la momificación original de la XVIII Dinastía”, escriben.
La máscara para la cabeza está hecha de cartonaje y tiene incrustaciones de piedra en los ojos. “Al desenvolver digitalmente la momia y 'despegar' sus capas virtuales (la máscara, los vendajes y la propia momia) pudimos estudiar a este faraón bien conservado con un detalle sin precedentes”, afirma Sahar Saleem.
Imagen de TC tridimensional de los dientes de Amenhotep I en vista frontal que muestra un conjunto completo de dientes sanos.
"Amenhotep I probablemente tenía un fuerte parecido físico con su padre Amosis I: tenía un mentón estrecho, una nariz pequeña y estrecha, cabello rizado y dientes superiores ligeramente salientes", añade. Si Amosis I fue capaz de expulsar a los hicsos y reunificar Egipto, su hijo Amenofis vivió una edad de oro en un país próspero y seguro. A su muerte, fue adorado como un dios.
Los autores consideran que las imágenes de tomografía computarizada tridimensional “pueden utilizarse de forma provechosa en estudios antropológicos y arqueológicos sobre momias, incluidas las de otras civilizaciones, por ejemplo en Perú"
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