Durante el período 2002-2003, Marko Pogačnik, Artista por la Paz de la UNESCO, supervisó la instalación de once pequeños monolitos y una placa de bronce en la ciudad de Quito, Ecuador. Los monumentos se extienden a lo largo de un eje nordeste-suroeste atravesando el centro de la ciudad. Cada piedra o placa está blasonada con un cosmograma, un diseño simbólico que representa la energía de la tierra en ese punto geográfico concreto. Según el artista, las piedras y la placa penetran en la tierra como agujas de acupuntura, estimulando la energía terrestre en una práctica que Pogačnik llama geopuntura. Pero, ¿por qué seleccionó Pogačnik estos doce lugares concretos de Quito?
Siguiendo una antigua red
Según Diego F. Velasco, estudioso desde hace mucho tiempo de las antiguas culturas ecuatorianas y co-fundador del grupo
Kitu Milenario: Cosmovimiento Andino , el proyecto del artista esloveno es la expresión de un conocimiento más antiguo que se remonta a las cultura Kitu-Kara del antiguo Ecuador y más allá. La línea arquitectónica de Pogačnik forma parte de una antigua red de energía terrestre conocida por los pueblos indígenas de Sudamérica. Esta antigua red estaba compuesta por líneas entrecruzadas conocidas como
ceques en Kichwa. La red estaba marcada por importantes monumentos y lugares sagrados a lo largo de toda Sudamérica.
Según Juan de Velasco, autor de Historia del Reino de Quito , la cultura Kitu estableció su centro en Quito alrededor del 2000 a. C. Su cultura se mezcló entonces con unos recién llegados de la costa, los Kara, dando lugar a lo que hoy en día se conoce como la cultura Kitu-Kara. Quito o Kitu, siguió siendo una importante ciudad ceremonial para todas las culturas indígenas hasta el tiempo de los Incas, que construyeron su segunda capital en el emplazamiento de la antiquísima Quito.
Dos grandes cerros rodean la antiguo ubicación de Quito, el Itchimbía y El Panecillo. El Itchimbía se encuentra cerca del eje nordeste de Quito, y El Panecillo marca la puerta de entrada por el sur. Ambas colinas delimitan la red que impregna al Quito ceremonial con su poder energético, y Pogačnik coronó cada una de ellas con un monolito. Sin embargo, la línea energética se extiende más allá de los límites del Quito antiguo. Al norte, el antiguo asentamiento pre-inca de Cochasquí, con sus monumentales pirámides de tierra y montículos funerarios (conocidos como tolas), cae sobre la misma línea. Más al norte, atraviesa la región de las lagunas de Mojanda y cruza el monte Imbabura, uno de los apus (lugares ancestrales) más importantes de Ecuador. Según Xiomara Navas, investigadora largo tiempo comprometida con el proyecto Kitu Milenario, el mismo ceque se extiende por el sur hasta Rapa Nui, la isla de Pascua, en medio del Océano Pacífico.
El Sol de Oro
Según Diego Velasco, los ceques forman una matriz energética que transmite vida a la Tierra y desde la Tierra. Esta red está documentada en diversas obras de arte indígenas, siendo una de la más famosas El Sol de Oro de La Tolita . Esta pieza emblemática fue desenterrada en Chunucari, provincia de Azuay, en la década de 1930, pero según los análisis químicos debe ser atribuida definitivamente a la cultura Tolita del norte de Ecuador.
Esta gran pieza de 60 x 40 cm representa un rostro humano-felino del que irradian 44 rayos que terminan en cabezas de serpiente. El felino y la serpiente representan a dos de los tres miembros de la tríada cosmológica andina: el cóndor (cielo), el jaguar o puma (tierra) y la serpiente (inframundo). Pero, ¿por qué esta cosmología fue representada con la forma de un sol?
Velasco ofreció dos razones. En primer lugar, el sol representa el plexo solar, el centro del cuerpo del que irradian nuestra fuerza y deseo de vivir. Este poder está representado por el jaguar cosmológico. En consecuencia, Quito es conocido como La Mitad del Mund o, por razones obvias. Quito se encuentra a una la latitud de 0°, sobre la parte más ancha de la tierra. Quito es, en esencia, el radiante plexo solar del planeta en el geocosmos andino. Quito fue reconocido como un antiguo centro cultural y un importante lugar para la actividad humana durante más de 3.000 años.
En segundo lugar, el Sol de Oro es un mapa físico de la red de energía que irradia de Quito. Podemos superponer este mapa cosmográfico sobre un plano del centro histórico de Quito, donde se construyeron los monumentos españoles justo encima de importantes lugares de la antigua cultura Kitu-Kara, con una correspondencia notable. El rostro representa el escenario de antiguas ceremonias, mientras que los rayos de la serpiente simbolizan la matriz de ceques, o líneas de transmisión, irradiando de la red ceremonial. El ceque más importante pasa por el centro del rostro a través de los pómulos.
El Sol de Oro superpuesto sobre un mapa del centro histórico de Quito (Crédito: Diego Velasco). El largo meridiano que atraviesa el rostro es la calle Venezuela; su trazado sigue la línea del importante ceque que se extiende en dirección nordeste-suroeste a través del centro de Quito.
Pero, ¿hay alguna verdad, o análogo físico, respecto a la idea de que la energía de la Tierra fluye a lo largo de esas líneas concretas trazadas sobre el mapa? Los mapas de sistemas de
Líneas Leyy vórtices viles disponibles en Internet no muestran ninguna correspondencia con la línea que Pogačnik y los indígenas Kitu-Kara identificaron y celebraron. Estos sistemas de ‘líneas Ley’ parecen carecer de entidad física.
Comparando las líneas de energía con la Mega Falla Guayaquil-Caracas
Sin embargo, sí hay un fenómeno geofísico real, la Mega Falla Guayaquil-Caracas (MFGC), que se corresponde con el ceque de Quito con bastante precisión. La MFGC es el límite de separación entre la placa sudamericana, la placa de Nazca y la placa del Caribe en el sistema terrestre de placas tectónicas. Con aproximadamente un kilómetro de ancho y diez kilómetros de profundidad, esta falla es el origen de muchos terremotos en la región, tanto de escasa entidad como más graves.
La MFGC se extiende a lo largo de una dirección nordeste-sudoeste casi exactamente paralela al ceque de Quito, aunque los fenómenos geológicos raramente se ajustan a líneas geométricas rectas. Aún activa hoy en día, la MFGC es fuente de una potente actividad de plasma y eléctrica. Por ejemplo, durante el terremoto que se produjo en el año 2016 en la costa de Ecuador, testigos presenciales que se encontraban en la playa de Canoa, provincia de Manabí, vieron rayos globulares salir disparados de las fisuras creadas por el roce de las placas tectónicas.
Fotografía de un rayo globular. (Joe Thomissen/ CC BY SA 3.0 )
Claramente existe alguna razón para creer que la cultura Kitu-Kara era consciente de este fenómeno geofísico, y que quizás incluso podría haber aprovechado su energía con fines personales o culturales. ¿Identificaron los Kitu-Kara esta línea energética simplemente mediante la observación de la actividad sísmica, o comprendieron el poder energético de la mega-falla por otros medios?
La saga continúa
La saga del ceque de Quito sigue dando de qué hablar. En noviembre del 2017, unos desconocidos robaron la placa de bronce diseñada por Marko Pogačnik e instalada en la Plaza Grande, en el corazón del centro histórico de Quito.
Soledad Burbano y otros colaboradores de Pogačnik se pusieron en contacto con él, solicitándole un repuesto para la placa robada. El artista esloveno accedió gustosamente, pero sustituyó el antiguo diseño por uno nuevo. Pogačnik indicó entonces que la nueva placa necesitaba reflejar la evolución de las condiciones energéticas, tanto en Quito como en el resto del mundo.
Los visitantes de Quito están invitados a caminar a lo largo de la “ruta de los monolitos”, desde el Parque del Batán Bajo hasta el Parque de Chillogallo, y admirar las vistas y lugares de interés histórico de esta antigua ciudad.
Articulo publicado en...https://www.ancient-origins.es/noticias-lugares-antiguos-americas/el-aprovechamiento-las-l%C3%ADneas-energ%C3%ADa-el-geocosmos-el-antiguo-el-moderno-quito-004813