Hoy, 1 de diciembre, se celebra en Villena (Alicante) el 56 aniversario del hallazgo del Tesoro que lleva el nombre de la villa alicantina.
Por ese motivo se ha celebrado en la Casa de la Cultura de la ciudad un acto de homenaje al descubridor del tesoro e iniciador del Museo Arqueológico de la villa, en el cual está guardado el que se considera el mayor escondrijo de oro de la Arqueología europea. En el acto, que ya tiene tradición en la villa, se entregan también los premios de investigación de la Fundación José María Soler, que se convocan desde hace varios años para estudiantes de todos los ciclos de enseñanza y para dar a conocer diferentes aspectos de la Historia, Arqueología, Humanidades y Ciencia de las villas del territorio villenense.
El Tesoro de Villena está formado por 59 objetos de oro, plata, hierro y ámbar que totalizan un peso de casi 10 kilos y está datado alrededor del año 1000 a.C. Se descubrió en 1963 en una rambla cercana a Villena, y se trata con mucha seguridad una ocultación, quizás de un reyezuelo del Cabezo Redondo. El conjunto lo componen brazaletes, cuencos, frascos y otros pequeños objetos. Los brazaletes se llevaron puestos, dado están desgastados por el uso, pero no se sabe si la vajilla fue de uso cotidiano, ritual o votivo. Si bien su autor pudo ser local, dada su similitud con el Tesorillo del Cabezo Redondo, no hay acuerdo respecto a este punto
Las circunstancias del hallazgo del tesoro de Villena, que se comentan en el video del antiguo NODO que encabeza el post, son ya de por sí bastante asombrosas.
El hecho de tratarse de un "escondrijo" arqueológico -un hallazgo fuera de contexto- que contiene una de las mayores cantidades de oro de gran pureza encontradas en Europa, aumenta el interés. Si a ello le añadimos la dificultad de su interpretación técnica -los detalles de realización de los brazaletes y otras piezas, que estos días fueron comentados en Villena por la especialista Barbara Armbruster- y todo lo que se deriva de su falta de contexto arqueológico o de la controversia de sus paralelismos con otros "tesoros" dentro y fuera de la Península Ibérica, entonces ya nos encontramos ante un verdadero motivo de pasión arqueológica.
Quien suscribe estas líneas -que no es autora de nada- recomienda a los fieles a Terrae Antiquae que se den una vuelta por Villena cuando se inaugure su nuevo Museo Arqueológico, para poder contemplar el objeto de esta pasión, que se ve reflejada hasta en los adoquines de las calles de la villa alicantina.
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