En varios lugares de Mongolia, y también en Siberia, hay unos curiosos megalitos tallados con símbolos y figuras. Son conocidas como Piedras de Renos, porque en muchas de ellas hay representaciones de lo que parecen ser renos o ciervos voladores. Existen diferentes teorías sobre quien las creó y para qué, pero de momento ninguna definitiva.
Se hallan distribuidas por las praderas del norte de la actual Mongolia y el sur de Siberia. Están hechas de granito o del tipo de piedra que abunde en el lugar, con una altura que va de aproximadamente 1 metro para las más pequeñas hasta los 4 metros y medio para las mayores.
Suelen aparecer en grupos de diferente tamaño, normalmente asociadas a túmulos funerarios llamados Khirigsuur y orientadas hacia el Este. De las 900 que se conocen, 700 se encuentran en Mongolia. Los especialistas les asignan una antigüedad de unos 3.000 años, probablemente erigidas por nómadas de la Edad del Bronce.
Por el estilo de corte y los ángulos rectos de los motivos tallados se cree que los relieves fueron hechos con herramientas metálicas, mientras que para suavizar las aristas se utilizarían herramientas de piedra.
Una de las cosas que sorprende a los arqueólogos es que, si bien es evidente que las tallas se realizaron a mano, algunas pocas piedras presentan señales de que podrían sido cortadas con algún tipo primitivo de perforación mecánica.
Las piedras más antiguas presentan imágenes muy esquemáticas de ciervos o renos, cuyo detalle se va incrementando a lo largo del tiempo. Así, unos 500 años después, las piedras más modernas muestran ya renos voladores que se elevan sobre el suelo e incluso a veces portan un disco solar entre la cornamenta. En ocasiones muestran guerreros en cuyo torso se representa el animal. Esta asociación entre los renos y el sol era muy común en el chamanismo siberiano. Incluso se han hallado tatuajes parecidos en los restos de guerreros en yacimientos funerarios de la zona.
Una de las teorías es que estas imágenes simbolizan el paso de la vida terrenal a la celestial, con los renos protegiendo al difunto. Otra teoría afirma que los renos serían los guías que ayudan al alma del guerrero a alcanzar el cielo. El problema es que aparte de renos y ciervos en otras piedras aparecen multitud de animales diferentes: tigres, cerdos, vacas, caballos, ranas y aves, que suelen combinarse por parejas, y que no parecen tener mucha relación con el aspecto funerario.
Las piedras más sencillas solo presentan decoraciones de cinturones, collares, pendientes, e incluso a veces caras humanas esquemáticas que se encuentran casi exclusivamente en la parte superior. Se las representa con la boca abierta, como si estuvieran cantando.
Algunas piedras con imágenes similares aparecieron en lugares tan lejanos como Burlgaria, la República Checa y Alemania, lo que refuerza la hipótesis de su creación por nómadas. Todas ellas comparten una datación inicial en el año 1000 a.C. aproximadamente, aunque los investigadores son cautos pues muchas piedras fueron reutilizadas por culturas posteriores para sus propios túmulos.
Algunos arqueólogos opinan que su origen está relacionado con los escitas, otros que procederían de los Saces y sus ramas posteriores. En lo que si parecen estar de acuerdo es en que no son lápidas funerarias, pues no se han hallado restos humanos, pero sí de animales como caballos. Es posible por tanto que marcasen lugares de sacrificios religiosos.
Además, algunos estudiosos como William Fitzhugh creen que cada piedra es la representación del cuerpo de un guerrero o un líder importante, teoría que se ve reforzada por el hecho de que todas son diferentes, tanto es su construcción como en la decoración. Según Fitzhugh esto es debido a que cada piedra cuenta la historía única del individuo que representa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.