La espiral hallada podría ser la responsable por darles un impulso extra a los espermatozoides.
Los científicos han pasado décadas estudiando las habilidades extraordinarias y la anatomía de los espermatozoides humanos, por lo que un equipo internacional de investigadores se sorprendió al descubrir una misteriosa nanoestructura en forma de espiral en las colas de estas «semillas».
Los espermatozoides necesitan una cola —o flagelo— altamente efectiva para que puedan nadar tan rápido como sea posible hacia el huevo e intentar fertilizarlo. Cada cola de esperma tiene miles de bloques de construcción, los más importantes de los cuales se llaman tubulinas, dijeron los investigadores. Estas tubulinas forman tubos largos conocidos como microtúbulos en la cola de los espermatozoides. Estos microtúbulos, a la vez, están unidos a miles de proteínas motoras (proteínas que se pueden mover) que tiran y doblan los microtúbulos, permitiendo que la esperma nade.
«Es realmente increíble que pueda funcionar», dijo la investigadora principal Johanna Höög, del Departamento de Química y Biología Molecular de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, en un comunicado. «El movimiento de miles de proteínas motoras debe coordinarse en el más mínimo detalle para que los espermatozoides puedan nadar».
Para obtener una mejor visión de la cola espermática, Höög y sus colegas obtuvieron imágenes de espermatozoides con una técnica de microscopía ganadora del Premio Nobel conocida como tomografía crioelectrónica o crio-ET. Este método permite a los investigadores congelar estructuras diminutas, como la esperma, y tomar una serie de imágenes 2D que luego se pueden combinar para crear una imagen 3D increíblemente detallada. Además, este método no requiere ningún producto químico, lo que oscurecería las estructuras celulares más pequeñas, dijo Höög.
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