Escena que representa el ataque de un oso a un Neandertal. Ilustración científica de Yolanda González.
Un estudio internacional, en el que han participado la Universidad de Burgos yel Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), los ha tachado de la lista. Los grandes carnívoros que convivieron con las poblaciones de Neandertales en Europa Occidental no fueron culpables de su extinción. Al menos así se infiere de un estudio internacional en el que se han analizado los restos Neandertales localizados en Valdegoba, Huérmeces (Burgos) y en yacimientos de la península ibérica como Cueva Moros (Aragón), Cova Negra (Valencia) o restos localizados en Guadalajara. A todos ellos se han sumado piezas fósiles de la especie localizados en varios yacimientos de Alemania, Bélgica y Grecia. En total más de 50 ejemplares con dos características comunes: eran de la especie Neandertal y tenían marcas de corte, es decir, habían sido procesados por carnívoros.
Pero, en función del estudio y análisis tafonómico y forense de estas piezas, se ha constatado que «ha predominado más bien un carroñeo de los individuos por parte de los animales carnívoros en vez que haber fallecido por un ataque producido por animales», señala el profesor de la Universidad de Burgos y participante del estudio, Carlos Díez (izquierda),
En concreto las piezas de los Neandertales burgaleses que se han analizado son la mandíbula de una chica joven, un metapodo del quinto metatarsiano y la falange de una mano. Estos tres restos presentan marcas de carnívoros, pero fueron carroñeados por los animales una vez habían fallecido. A esto hay que añadir que «lo más frecuente es que los grupos de Neandertales mataran a los carnívoros, tenían estrategias para ello», puntualizó Díez.
En concreto las piezas de los Neandertales burgaleses que se han analizado son la mandíbula de una chica joven, un metapodo del quinto metatarsiano y la falange de una mano. Estos tres restos presentan marcas de carnívoros, pero fueron carroñeados por los animales una vez habían fallecido. A esto hay que añadir que «lo más frecuente es que los grupos de Neandertales mataran a los carnívoros, tenían estrategias para ello», puntualizó Díez.
El análisis tafonómico y forense de esas piezas forma parte del artículo que ha publicado la revista científica norteamericana ‘International Journal of Osteoarchaeology’ en la que también ha participado la científico del Cenieh, Ruth Blasco. Este proceso que se ha dado en los Neandertales de Valdegoba, carroñeados después de morir por los carnívoros, se da en casi toda la muestra del medio centenar de individuos analizados. Hay una excepción. En Cova Negra, Valencia, es probable que fueran grandes carnívoros como los leopardos los que mataran a un homínido allí recuperado.
La población de Neandertales desaparecieron hace 40.000 años y poco se sabe por qué. Las investigaciones desarrolladas tratan de dar respuestas o eliminar hipótesis como parece que sucede con la culpabilidad de los carnívoros. «La teorías son múltiples y los estudios sobre la mortalidad se alejan cada vez más de cuestiones como los carnívoros o el canibalismo, que aparece de forma poco frecuente. Tampoco se asocia a una matanza de 'Homo sapiens' y lo más probable es que tuviera que ver con una baja natalidad sobre la que hay que indagar», señala Díez. A su juicio «algo pasa para que cada vez nazcan menos y se lanza la pregunta sobre la escasez o falta de acceso a los recursos o la endogamia, perono hemos encontrado malformaciones».
Una incógnita que la paleontología tratará de resolver con el tiempo. Mientras, en Valdegoba la puerta sigue cerrada. «El yacimiento lo excavamos en los 90, queda algo, muy poco, pero decidimos esperar hasta tener nuevos métodos de trabajo», señala Díez, que trabajó en la zona con el Grupo Edelweiss y descubrió en sus prospecciones del subsuelo burgalés las primeras piezas.
Es el único yacimiento con fósiles de Neandertales de Castilla y León. En el descubrimiento y posterior excavación se localizaron 14 restos, entre ellos una mandíbula, un cuarto metatarso de un joven, un quinto metatarso y la primera falange de un dedo de un adulto, y un total de diez coronas de dientes de leche. Los últimos estudios de datación los etiquetan con una antigüedad de 70.000 años.
Junto a ellos también materiales que hablan de su forma de vida. Cazaban rebecos corzos, ciervos y caballos por la zona. Respecto a sus herramientas se han publicado hallazgos sueltos, pero Carlos Díez y Marcos Terradillos trabajan en compilar los datos e investigaciones sobre la tecnología de los únicos fósiles de Neandertales que han aparecido en Castilla y León.
Fuente: elcorreodeburgos.com | 1 de marzo de 2017
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