Los Antiguos Egipcios ponían un gran cuidado al momificar los cadáveres de los individuos pertenecientes a su aristocracia y los adornaban y sepultaban acompañados de algunos de los más bellos objetos fabricados jamás. Sin embargo, en lo que parece contradecir los cuidadosos y delicados pasos que daban en este proceso, un nuevo estudio académico nos ha proporcionado la primera prueba física conocida hasta ahora de que los sacerdotes encargados de los ritos funerarios forzaban la apertura de las bocas de los difuntos utilizando un cuchillo y un cincel de hierro durante el proceso de momificación para practicar una “apertura de la boca”. Aunque se sabe desde hace tiempo que los antiguos Egipcios llevaban a cabo una ceremonia de apertura de la boca – la animación simbólica de una estatua o momia en la que se abría mágicamente su boca para que pudiera respirar y hablar – también se ha sospechado, basándose en fuentes históricas, que además se llevaba a cabo una actuación física sobre las bocas de los fallecidos.
El nuevo estudio de la revista The Anatomical Record es el primero en hallar pruebas físicas que confirman aquello que se había escrito y descrito en textos históricos: “Uno aprende de los textos del Ritual de Embalsamamiento y el Ritual de Embalsamamiento de Apis que tras el tratamiento quirúrgico y la deshidratación, el cadáver era de nuevo lavado y ungido antes de ser envuelto en vendas,” escriben los autores. “Las mandíbulas tenían que abrirse por la fuerza con instrumentos que ayudaban despejar la cavidad oral y a ungirla con aceites y resinas. Para estas manipulaciones, el término “práctica de la apertura de la boca” se puede utilizar, a fin de distinguirlo de los actos puramente simbólicos del ritual de apertura de la boca. Esta actuación causaba en muchos casos—y con esto volvemos al punto de partida—fracturas y avulsiones de los dientes frontales, frecuentes en las antiguas momias Egipcias.”
Los autores del estudio, Roger Seiler y Frank Rühli, ambos del Instituto de Medicina Evolutiva de Zürich, examinaron 51 momias del Proyecto Momia Suizo y más de 100 procedentes del Instituto Antropológico y el Museo. Algunas de las momias del Instituto se consiguieron a principios del siglo XX, y en aquella época, el procedimiento habitual era desenvolver a la momia e incluso extraer cualquier tipo de tejido blando de la boca para llevar a cabo estudios craneológicos. En las momias descubiertas más recientemente, los investigadores aplicaron una técnica radiológica moderna llamada exploración topográfica computerizada (conocida comúnmente como TAC) a fin de no estropear el tejido que envuelve a la momia o el interior de la cabeza. Varias de las momias examinadas por Seiler y Rühli habían sufrido algún tipo de traumatismo bucal. “Las momias son probablemente uno de los iconos más característicos de la antigua cultura Egipcia y sus monumentos y objetos que las acompañan—santuarios, sarcófagos y máscaras funerarias—se cuentan entre los más bellos creados por los Egipcios. La “fabricación de una momia” implicaba un larga y compleja operación, protegida mediante rituales, que pretendía transformar el cadáver en una efigie del eterno Osiris. El último paso antes del enterramiento era el “ritual de apertura de la boca”, escriben Seiler y Rühli en su artículo. “El objetivo de este ritual era la animación de la momia, su transformación en un medio para la comunicación mística, hacerla capaz de comunicarse abriendo su boca y sus ojos. Pero todo el proceso de momificación implicaba también una actuación invasiva que podía afectar a la integridad física del cadáver, y a menudo éste era tratado con poco cuidado. La frecuencia de accidentes post-mortem era alta, particularmente en la región orofacial. … Un cuidadoso examen de las momias del Proyecto Momia Suizo y de otros casos registrados en la literatura sobre el tema, muestran patologías dentales frecuentes, como fracturas, y luxación total (dislocación) dental, que hasta el momento no se habían tenido suficientemente en consideración.”
Los autores incluyen un antiguo texto Egipcio, el Papiro de Viena, del siglo II a. C., que describe de alguna manera el embalsamamiento del toro de Apis, que se asemeja a la forma de embalsamamiento de las gentes de la élite. Al embalsamar la lengua y la boca “del dios”, un sacerdote “metió la mano dentro de la boca del dios hasta que llegó tan lejos como podía” y extendió dos piezas de tela en la abertura de la garganta y dos más sobre su mandíbula inferior, para a continuación cubrir la boca con otra pieza de tela. Un texto de entre el 125 y el 75 a. C. en el anverso del papiro afirma:
… dos sacerdotes del Ritual de Apertura de la Boca[…] abren la boca del dios ante el Supervisor del Misterio […] ungen el interior de la boca del dios, por su parte superior e inferior, así como el canal que va desde la garganta hacia arriba hasta tan lejos como pueda llegar con su mano.
El toro de Apis era considerado un dios, así como algunos de los individuos a los que se momificaba, así que aparentemente los rituales y procesos de momificación para el toro y para estos individuos debían de ser similares.
Los rituales y procedimientos en relación con la boca y la garganta se realizaban después de haberse retirado el cerebro y las entrañas, además de haberse deshidratado el cadáver, pero antes de envolver a la momia en su mortaja.
El número entero de Junio del 2015 de The Anatomical Record, sus 26 artículos, están dedicados a estudios sobre momias de todo el mundo. Está disponible de manera completamente gratuita en: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ar.v298.6/issuetoc.
Autor: Mark Miller
fuente--https://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/primera-prueba-f%C3%ADsica-la-antigua-pr%C3%A1ctica-egipcia-apertura-la-boca-002597
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