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miércoles, 5 de febrero de 2014

La aleación de cobre y estaño se produjo 1500 años antes de lo que se pensaba en los Balcanes

Foto: Lámina de bronce estañado hallada en Plochnik (Serbia), datada hacia el año 4.650.

Fuente: stonepages.com | 19 de enero de 2014 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

La hipótesis de un un único origen de la metalurgia euroasiática ha sido cuestionada por el descubrimiento de evidencias de fundición de cobre de hace unos 7.000 años en Plochnik, un asentamiento de la cultura Vincha, al este de Serbia.

Allí, un lámina de bronce estañado fue recuperada de un contexto inalterado, sobre el suelo de una estructura de habitación junto a un taller de cobre, un único horizonte de ocupación datado hacia el año 4.650 a.C. La lámina de broce estañado de Plochnik es, por tanto, la más antigua en todo el mundo, retrasando el registro de la fabricación de bronce en unos 1.500 años.

Dos artefactos fueron analizados para realizar un nuevo estudio: la lámina de Plochnik y un anillo de Gomolava (izquierda). Sus formas implican que fueron usados con propósitos decorativos. La lámina de Plochnik fue dejada en un estado suavemente maleable, de modo que se pudiera enrollar alrededor de una vasija de cerámica, mientras que el anillo de Gomolava estaba endurecido por el proceso de fabricación.

Las temperaturas usadas en el recocido (templado) fueron mucho más elevadas que las que se requieren para templar el cobre puro, que era el metal dominante en aquellos tiempos. Esto demuestre que los artesanos metalúrgicos comprendían perfectamente las propiedades específicas y los requerimientos del bronce estañado.

La desaparición de los bronces estañados complejos coincide con el colapso de grandes complejos culturales al noreste de Bulgaria y de Tracia a finales del V milenio a.C. Esto sugiere que los bronces estañados eran "aleaciones culturales", su producción estaba dictada por deseos y preferencias culturalmente integradas.
¿Cuáles fueron las ventajas de los bronces estañados? La presencia de impurezas, tales como el estaño, el arsénico y el antimonio, mejoraban las propiedades del material: se fundía a temperaturas inferiores que los objetos de cobre puro y era más fácil de moldear. Estas impurezas también daban a las piezas un color amarillo brillante. El color ha sido reconocido como crucial en el uso de los bronces estañados, como una alternativa al oro de Asia central, así como en la temprana aparición del latón desde el III milenio a.C. El color es particularmente interesante a la luz de los objetos de oro más antiguos del mundo, datados a mitad del V milenio a.C. , y depositados en el cementerio de Varna.

El color y el significado social del oro puede relacionarse con la aparición de los primeros bronces estañados, es decir, con las oportunidades que éstos habrían proporcionado como una imitación del oro. A ello puede añadirse la producción relativamente limitada de ambos metales, en claro contraste con la producción masiva de objetos de cobre en esa misma época. El oro y los bronces estañados habrían estado reservados para los individuos de más alto rango social.

El nuevo estudio proporciona evidencias arqueológicas y analíticas de la aparición independiente de producciones de bronce estañado unos 1.500 años antes que las primeras aleaciones de bronce estañado del sudoeste de Asia, y precediendo en casi medio milenio a los primeros usos de aleaciones naturales de cobre con arsénico, cuestionando la secuencia establecida de la evolución de la metalurgia en Eurasia occidental.

Otros metales fueron usados en los Balcanes en este periodo. Existen evidencias de uso del plomo y la galena en yacimientos de la cultura de Vincha, y el uso de la plata está atestiguado por el tesoro de la cueva de Alepotrypa (derecha), en Grecia, datado entre mitad del V milenio y principios del IV milenio a.C. El uso casi contemporáneo de todos estos metales en los Balcanes desafía el discurso convencional de una evolución de la metalurgia lenta y lineal.

El polimetalismo balcánico podría haber evolucionado a partir de las preferencias estéticas de la élite consumidora del momento. La explotación de las propiedades materiales indica que los metalúrgicos estaban buscado activamente diferentes soluciones tecnológicas, pero estas tecnologías no fueron utilizadas para la aleación activa de dos componentes metálicos. 

La ausencia de metales de aleación en estos primeros estadíos de la metalurgia euroasiática ha sido tradicionalmente asociado con la carencia de habilidades tecnológicas, pero las evidencias presentadas en este nuevo estudio muestran el significativo nivel de habilidad de la artesania del metal existente en el V milenio a. C. La renuencia a producir metales de aleación podría muy bien tener su origen tanto en un arraigo cultural como en una opción tecnológica: por ejemplo, en la demanda de un color determinado antes que en unas mejores propiedades de los materiales.

La producción de bronces estañados complejos en los Balcanes declinó hacia el final del V milenio a.C., coincidiendo con el colapso de las culturas de Bulgaria demandantes de oro. Los bronces estañados reaparecieron unos 1500 años más tarde, basados en la casiterita. Esta aleación fue ampliamente adoptada en Asia central y suroccidental, donde su producción, consumo y comercio, actuaron como una de las fuerzas directoras detrás de la intensificación de la vida política, social y económica, de las comunidades de la Edad de Bronce en toda Eurasia.

Post de Terrae Antiqvae

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