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jueves, 7 de noviembre de 2013
¿Descifrado el «código» del Santo Grial?
El 25 de noviembre de 2004, expertos británicos en criptografía celebraban una insólita rueda de prensa para dar a conocer los resultados de la investigación realizada sobre una misteriosa inscripción, posiblemente vinculada a los caballeros templarios y a otras sociedades secretas. Según algunos estudiosos, su significado podría ofrecer pistas sobre el paradero de una de las reliquias más importantes de la Cristiandad.
Shugborough Hall es una majestuosa mansión, que perteneció en su día a los condes de Lichfield, y situada en medio de la campiña inglesa, en el condado de Staffordshire. Actualmente el recinto está gestionado por Patrimonio Nacional y, en apariencia, parece una más entre las muchas haciendas de la aristocracia británica que todavía se conservan en el país. Sin embargo, sus extensos jardines ocultan un intrigante misterio que ha interesado y atraído a numerosas personalidades y estudiosos durante más de 250 años.
Este fascinante enigma comenzó a mediados del siglo XVIII, época en la que la familia Anson residía en el lugar. Entre los años 1748 y 1758, la hacienda sufrió una serie de modificaciones y ampliaciones dirigidas por Thomas Anson, dueño de la casa, y su hermano George, un respetado almirante de la marina británica. Entre las obras realizadas entonces destaca una obra escultórica, llamada El Monumento de los Pastores, que consiste en una réplica en relieve del famoso cuadro Los pastores de la Arcadia, de Nicholas Poussin, aunque concebida como si se tratara de una imagen reflejada en un espejo. Bajo las figuras de los pastores, que observan con atención la enigmática frase «Et in Arcadia Ego» (Y en la Arcadia Yo) puede apreciarse, en bajorrelieve, otro críptico mensaje formado por diez letras (D.O.U.O.S.V.A.V.V.M), cuyo significado nadie había descifrado hasta el momento.
Las conjeturas sobre el posible mensaje encriptado en la enrevesada sucesión de letras surgieron ya en los primeros años tras su construcción. Personajes tan célebres como el científico Charles Darwin o el novelista Charles Dickens pasaron cientos de horas frente a la bella obra, tratando de desentrañar –en vano– los entresijos de aquel endiablado código cifrado.
Pero, ¿por qué tanto interés en una obra de arte, ubicada en el jardín de una mansión británica? La razón la encontramos en las más que posibles vinculaciones de los hermanos Anson con la masonería –y posiblemente con otras sociedades secretas de la época– y en el hecho de que la obra representada sea precisamente el cuadro de Poussin, que ha sido relacionado por varios autores con el enigma de Rennes-le-Chateau y el paradero del Santo Grial.
Hasta fechas muy recientes, la existencia del relieve de los pastores y su misteriosa inscripción había pasado desapercibida para el público general e incluso para algunos investigadores heterodoxos. Pero todo cambió en 2004, con la publicación del bestseller de Dan Brown, El Código da Vinci. El éxito de la novela animó a los actuales responsables de la mansión a poner en marcha una curiosa iniciativa. En colaboración con Bletchley Park, el antiguo centro de inteligencia de la Segunda Guerra Mundial, dedicado al desciframiento de códigos y que entre otras hazañas logró desvelar el funcionamiento de la máquina nazi Enigma, los encargados de Shugborough organizaron en mayo de 2004 un insólito concurso para lograr, de una vez por todas, descubrir el significado de la secuencia de diez letras. Seis meses después, el 25 de noviembre, los expertos de Bletchley Park ofrecían su dictamen tras analizar con detalle las más de 120 propuestas recibidas en sus oficinas. Sólo dos de ellas podrían haber resuelto, en opinión de los criptógrafos británicos, el enigma de la familia Anson.
Un misterioso personaje
Para entender las soluciones propuestas para descifrar el código del Monumento de los Pastores –y en concreto una de ellas– antes debemos conocer algo más sobre la vida de George Anson. El que llegaría a ser almirante de la marina británica nació en 1697. Con tan sólo 15 años se enroló en un navío, y al cumplir los 27 ya era capitán de su propia embarcación. Años después, tras un largo viaje alrededor del mundo, en 1744 fue nombrado almirante gracias, entre otras cosas, a la victoria que obtuvo frente al buque español Nuestra Señora de Covadonga, lo que le sirvió además para conseguir una gran fortuna. Además Anson arribó en uno de sus viajes a Nueva Escocia (Canadá), en cuyas costas derrotó y apresó varios barcos franceses.
Con los suculentos botines obtenidos en sus hazañas bélicas, Anson regresó a su hogar, comenzando entonces la serie de remodelaciones en Shugborough Hall y, entre ellas, la creación del monumento y su enigmática inscripción. Ya en aquella época, comenzaron a circular los primeros rumores, según los cuales los hermanos Anson pertenecían a alguna logia o sociedad secreta…
Jesús no es divino
Durante seis meses, los miembros del centro de Bletchley Park recibieron cientos de propuestas para resolver el enigma mediante correo, e-mail, teléfono e incluso visitas personales. De aquella montaña de propuestas, los expertos criptógrafos Oliver y Sheila Lawn –ambos veteranos de la Segunda Guerra Mundial– escogieron 48 que, en su opinión, eran las más serias y prometedoras. A partir de ese momento, y en colaboración de otros expertos del GCHQ –actual centro de criptografía de la inteligencia británica– comenzó un exhaustivo análisis de las teorías seleccionadas. Finalmente, los especialistas británicos se decantaron sólo por dos.
Según explicaron durante la rueda de prensa ofrecida el 25 de noviembre para dar a conocer los resultados, estos dos trabajos ofrecen las soluciones más plausibles para descifrar el enigma. La primera de ellas decepcionó en parte a los medios que asistieron a la rueda de prensa, ya que se alejaba de las teorías vinculadas al Santo Grial. Según dicha tesis –apoyada por Sheila Lawn– la críptica inscripción ocultaría un mensaje romántico dedicado a una mujer. Las diez letras se corresponderían con las iniciales de una frase latina: Optima Uxoris Optima Sororis Viduus Amantissimus Vovit Virtutibus, que viene a significar, más o menos, «La mejor esposa, la mejor hermana, el viudo más amoroso, se prometen virtuosamente». Según dicha interpretación, la frase podría haber sido escrita por el propio George Anson, y estaría dedicada a su esposa.
La segunda teoría, mucho más apasionante, fue desvelada entre ciertas dosis de misterio, ya que su autor, un experto en criptografía de la inteligencia estadounidense que actualmente reside en Gran Bretaña, ha querido permanecer en el anonimato.
Tal y como explicó a los medios el veterano criptógrafo Oliver Lawn, esta propuesta es, con seguridad, «el ataque más serio al enigma de Shugborough Hall». A lo largo de sus páginas, el trabajo conjuga la revisión del pasado histórico del monumento con las más avanzadas técnicas de desciframiento de códigos, hasta llegar a una sorprendente conclusión: las diez letras del relieve esconden el siguiente mensaje: «Jesús (como divinidad) desafiado». Apoyándose en las supuestas relaciones de Anson con ciertas sociedades secretas, el autor cree que la frase supone una fuerte oposición a la idea tradicional de la divinidad de Jesús. Este carácter herético del mensaje fue lo que llevó a sus autores a ocultarlo de ojos indiscretos.
¿Está el Grial en Canadá?
Pero, ¿es este el único contenido del criptograma cuyo posible significado ha generado tanta controversia a lo largo de siglos? El autor de esta tesis cree que no. Según el criptógrafo norteamericano, la matriz del código podría esconder más información, al igual que los otros monumentos que existen en los terrenos de esta mansión británica. Esas otras pistas –cuya investigación ya ha comenzado– podrían conducir, según el autor, al paradero del Santo Grial u otra reliquia custodiada por los templarios. Incluso se apunta tímidamente una posible localización: Nueva Escocia, Canadá.
Varios investigadores, como Michael Bradley y William F. Mann, autores de los libros El Santo Grial a través del Atlántico y Los caballeros templarios en el Nuevo Mundo, defienden que el Grial habría llegado hasta el continente americano gracias a Henry Sinclair, un noble iniciado que alcanzó las costas de Nueva Escocia en 1398, mucho antes del descubrimiento oficial del Nuevo Mundo. Y es aquí donde se produce la conexión con Anson y el Grial. Como ya explicamos, el almirante británico visitó Nueva Escocia e incluso derrotó a varios barcos franceses en sus costas. Los investigadores creen que es posible que uno de estos navíos vencidos por Anson ocultase en sus bodegas el tesoro templario, o al menos información privilegiada de su ubicación. Anson habría tenido acceso a dichos datos o incluso al mismo tesoro y, tras regresar a Inglaterra, creó el críptico mensaje del Monumento de los Pastores para ocultar su localización.
Evidentemente, esta parte de la apasionante teoría se mueve por el momento en los terrenos de la mera suposición, aunque personas como Richard Kemp, actual gerente de la mansión Shugborough, creen que la hipótesis podría ser cierta. «Esto confirma una relación con los templarios. Es un descubrimiento muy excitante que reafirma lo que siempre se rumoreó sobre el caso», aseguró. La misma opinión comparten algunos de los especialistas del centro de desciframiento de códigos, como Murlyn Hakon, quien opina que «hay algo allí».
Aunque en principio parecía que el concurso iba a proporcionar respuestas definitivas sobre el enigma, los investigadores se enfrentan a nuevos interrogantes que convierten la trama en mucho más compleja e intrigante. Ahora sólo queda esperar a que las nuevas pesquisas despejen de una vez por todas las dudas sobre si estamos ante un simple poema romántico o frente al mapa del tesoro más importante de la Cristiandad.
FUENTE--http://www.akasico.com/noticia/1017/--
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