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jueves, 10 de octubre de 2013
cambios
por lo general la humanidad se niega a creer que haya vida en otros sitios distintos al planeta tierra, considerando que la vida solo existe en este mundo y en lo que llaman “Paraíso”, Cielo o Infinito, en donde consideran desde el punto de vista religioso que existe vida, ya que “vive DIOS”, porque de acuerdo al precario coeficiente humano se estima que en el universo solo existe suelo y cielo, ya que se cree que existe un solo universo, porque en contraposición se ignora la existencia de universos infinitos dentro unos de otros.
No se dan cuenta del sentido profundo y real de lo que nuestro Luminoso Visitante expresó cuando con perfecta claridad expresó ser proveniente de otros mundos cuando dijo: “de arriba vengo y para arriba voy”; “mi reino no es de este mundo, mi reino es el reino de los cielos”; “en el reino de mi padre muchas moradas hay”; “vosotros sois de abajo, mas YO SOY de arriba”; “muchas cosas tengo aún para deciros, mas no es el tiempo todavía”; “después de mi resurgimiento (resurrección) permaneceré cincuenta días más con ustedes (Pentecostés), y partiré después a mi mundo, del cual regresaré cuando estéis listos” (Yo volveré cuando la Luz se haga, que significa volver cuando hayan comprendido, entendido, aprendido y atendido su mensaje), pero que con la baja capacidad de entendimiento que caracterizaba a los humanos de aquellos tiempos, más baja en relación con el actual, lo que la humanidad de hace dos mil años pudo comprender de sus palabras fue muy poco, lo cual, con su deplorable bajo porcentaje de entendimiento y grado de desarrollo, lo convirtió en dogma y en religión Sumerios, asirios, babilónicos, egipcios, persas, minoicos, micénicos, mayas, olmecas, fenicios, etruscos, moche, aztecas, incas, polinesios, maoríes, etc. Han existido civilizaciones muy avanzadas, que han dejado un legado asombroso. Sus conocimientos en astrología, astronomía, matemáticas, escritura, arquitectura… eran demasiado avanzados, tanto, que conocían fuerzas físicas y cálculos matemáticos que estaban totalmente muy por encima de sus posibilidades Los mayas poseían varios calendarios, y uno de ellos se llamaba el calendario de las 13 lunas, que nos sincronizaba con el centro de nuestra galaxia. Formulaban el tiempo en una frecuencia 13:20 (13 lunas y 20 ciclos lunares), a diferencia de nuestro calendario gregoriano (instaurado por el Papa Gregorio XIII en el 1.582), que tiene una frecuencia 12:60. El calendario maya se basaba en el tiempo, y nuestro calendario se basa en el espacio
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