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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Círculos luminosos flotando en el mar: ¿ovnis submarinos?

Basados en múltiples observaciones de misteriosas ruedas luminosas flotando en el mar, diversos ufólogos (estudiosos del fenómeno OVNI y cuyo nombre proviene del inglés UFOs: Unidentified flying objects) han apuntado a la posible existencia de bases submarinas de OVNIS. En muchos casos, sus hipótesis han apelado sobre todo a la naturaleza pulsátil de estos círculos de luz. UnderwaterPor otra parte, registros de muchas observaciones de este tipo pueden encontrarse en un gran número de cuadernos de bitácoras plasmadas por la mano de sorprendidos marinos e incluso experimentados capitanes. Pero… ¿tiene sentido pensar en OVNIs? ¿Existe alguna explicación más terrenal? Resulta un poco soberbio pensar que somos los únicos seres vivientes del sistema solar, sin embargo, hasta el presente no se han encontrado evidencias de vida extraterrestre, al menos en la forma en la que hoy por hoy definimos a la vida. Si bien algunas observaciones que se realizan frecuentemente en referencia a fenómenos desconocidos, suelen asociarse a fenómenos extraterrestres, cabe destacar que en muchos casos existe una explicación científica y terrenal. Puntualmente, y en referencia al fenómeno lumínico en el mar, hoy se sabe que gran parte de esas observaciones de luminiscencia espontánea y “sin explicación aparente” son producto de un fenómeno de la madre naturaleza. El peculiar efecto es causado por millones de organismos microscópicos bioluminiscentes, que producen una reacción luminosa de color azul, similar a la luz de neón. Se denomina bioluminiscencia, ya que es una luz producida químicamente en un organismo. Los organismos microscópicos responsables del maravilloso espectáculo son los dinoflagelados (esquema en Figura 1). Estos organismos son mayoritariamente unicelulares y pertenecen al grupo de los protistas flagelados. Tienen dos flagelos ubicados en surcos perpendiculares a una especie de “armadura”, que les proporcionan un movimiento natatorio rotacional. Deben su nombre a este movimiento que crean sus dos flagelos semejantes a látigos (del griego dinos; girar y del latín, flagellum; látigo). Forman parte del fitoplancton tanto marino como de agua dulce, aunque abundan mayoritariamente en ecosistemas marinos. El nombre del grupo al que pertenecen denominado “pyrrophyta” deja entrever su principal característica ya que significa “planta de fuego”. Coloquialmente se les conoce como “linternas vivientes” del mar ya que unos pocos dinoflagelados en un frasco con agua de mar funcionan como una especie de linterna. La floración de los dinoflagelados, es decir, los episodios de crecimiento explosivo de la población, puede producir el fenómeno conocido como “Marea Roja”, cuyo color se debe mayoritariamente a los pigmentos presentes en estos organismos. Este fenómeno, muy común en ciertas épocas del año (favorecido por algunas condiciones climáticas particulares y otros factores), suele tener importantes consecuencias para los seres humanos, sobre todo por la peligrosidad que puede acarrear. Algunas especies de dinoflagelados son capaces de sintetizar potentes biotoxinas. A su vez, estos microorganismos forman parte del alimento de moluscos bivalvos (cholga, vieira, mejillón, almeja, etc.) y gasterópodos (caracoles). Por ende, estos animales concentran las toxinas aunque no sufren ningún tipo de alteración en color, olor o sabor de manera que, a “simple vista”, no es posible detectar su toxicidad. El consumo de estos alimentos por parte de los humanos resulta en una grave intoxicación que puede llevar a la muerte del consumidor. Cabe destacar que los fenómenos lumínicos se hacen evidentes mayoritariamente durante estas floraciones. ¿Cómo ocurre este proceso y por qué razón? Muchos animales marinos son capaces de producir luz, pero estos protistas son los únicos dentro de su grupo. Existen varias especies con esta propiedad, aunque el género Gonyaulax contiene la mayoría de las especies bioluminescentes. La luz es de un color azul verde y se evidencia cuando está presente un gran número de estos organismos. En las costas del Pacífico el responsable de algunos fenómenos catalogados como “raros” es Gonyaulax polyhedra (Figura 2), un dinoflagelado luminoso, que tiende a agruparse en círculos de algunas centenas de metros de diámetro. Los dinoflagelados producen luz mediante un proceso químico en el que participan, de forma mayoritaria, dos sustancias orgánicas conocidas como luciferina (sustrato) y luciferasa (enzima). Cuando estas moléculas reaccionan liberan energía en forma de luz. La producción de luz parece responder a estímulos, sobre todo del tipo mecánico. Algunas fuerzas tales como las causadas por el movimiento del agua, provocadas por la estela de un barco, de una ola que se rompe o un pez nadando, deforman la membrana celular de los dinoflagelados y en respuesta a ello se produce un destello corto de luz. La bioluminiscencia de los dinoflagelados se produce durante la noche. Es un fenómeno cíclico, un reloj biológico perteneciente a los llamados “ritmos circadianos”, el cual puede alterarse artificialmente. Se piensa que ese ritmo circadiano es una adaptación evolutiva que permite a los dinoflagelados anticipar la salida del Sol y migrar en una columna de agua, de forma de subir a la superficie tan pronto como la luz esté disponible para comenzar a la fotosíntesis. El fenómeno lumínico de los dinoflagelados puede observarse en costas y mares de todo el mundo. En algunos puntos del planeta sucede con mayor frecuencia, como en el golfo de California donde provoca que las olas brillen con intensa luz azul. http://www.acercaciencia.com/2012/10/12/circulos-luminosos-flotando-en-el-mar-ovnis-submarinos/

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