El Budismo es el nombre que se le da a las enseñanzas de Buda (563-483 AEC), también conocido como Siddharta Gautama (su nombre de familia) y Sakyamuni (sabio del Sakyamuni), nacido en Lumbini, a los pies del Himalaya. La palabra “Buda” es en realidad un título, no su nombre, y significa “el iluminado” o “el que ha despertado a la verdad”.
Sakyamuni nació como príncipe heredero de un pequeño reino y disfrutó de todas las ventajas que la riqueza y su estado social le brindaban. Pero según la tradición, siendo joven, Siddharta tuvo cuatro situaciones que cambiaron completamente su forma de ver el mundo y le impulsaron a buscar respuestas fuera de los placeres de los que estaba rodeado.
En sucesivas ocasiones, salió del palacio y vio por primera vez a un anciano decrépito, a un hombre muy enfermo y deforme, a un hombre muerto en su cortejo funerario y por último, en otro paseo, vio a un mendigo que, a pesar de vestir muy pobremente y pedir limosna, tenía un aspecto feliz y luminoso. Estas experiencias lo marcaron tan fuertemente que desde entonces se dedicó a profundizar sobre el dilema de la condición humana y el sufrimiento.
A los 19 años Gautama se casó con la bella princesa Yadodhara (su prima), con quien tuvo a su único hijo, Rahula. Luego de 13 años de matrimonio, y decidido a buscar la iluminación, Buda abandonó a su esposa y a su hijo, se rapó, dejó sus bienes, renunció a su derecho al trono y asumió una vida religiosa.
Durante los siguientes seis años, Gautama se dedicó al ascetismo, más luego de su infructuosa búsqueda llegó a la conclusión que los extremos no son buenos, por lo que enunció su doctrina del camino medio: los excesos de sensualidad y ascetismo no son favorables para perfeccionarse espiritualmente; el sabio debe buscar un equilibrio entre ambos extremos.
Luego Gautama se dirigió al pueblo de Uruvela en el noreste de la India, y se sentó debajo del árbol Bodhi (una higuera gigante). Allí determinó quedarse hasta que recibiera la iluminación, cosa que logró luego de 49 días de meditación.
Buda predicó su primer sermón en Benares cuando tenía 35 años. Su filosofía se propagó rápida cuando el Rey Bimbisara, uno de los más poderosos de la India, se hizo un devoto seguidor suyo. Buda enseñó durante 45 años hasta su muerte (por causas naturales), a los ochenta años (hacia el 483 AEC).
Las enseñanzas de Buda
Buda llegó a la conclusión que todas las personas, ya fuesen ricas o pobres, experimentaban ciertos pesares ineludibles, los cuales caracterizó como los cuatro sufrimientos de nacer, envejecer, enfermar, y morir. Las personas no pueden evitar confrontarse al dolor y a la frustración que provienen de la enfermedad, del envejecimiento y del temor por el presentimiento de la propia mortalidad.
De modo fundamental, los cuatro sufrimientos universales señalan lo que el Budismo llama la Ley de la Impermanencia: todas las cosas cambian constantemente, nada permanece igual, ni siquiera por un momento. Sakyamuni observó que la gente sufría en este mundo porque basaban su felicidad en cosas como la riqueza, el poder, el nivel social o el amor, los cuales, por su propia naturaleza, están destinados a cambiar.
Las enseñanzas de Buda, después de muchos siglos de ser transmitidas oralmente, fueron escritas por primera vez en el siglo I AEC, en Ceylon (Sri Lanka). Las mismas se pueden resumir en las Cuatro Verdades Nobles y el Sendero de Ocho Pasos.
Las cuatro nobles verdades
Las cuatro nobles verdades son:
- Toda existencia es sufrimiento (duḥkha, “sufrimiento” en lengua pali).
- El origen del sufrimiento es el anhelo (o deseo, sed, “tanhā“).
- El sufrimiento puede extinguirse, extinguiendo su causa.
- Para extinguir la causa del sufrimiento, debemos seguir el Noble camino óctuple.
Sakyamuni lo expone en el Dhammacakkappavattana Sutta (SN LVI.11) de la siguiente forma:
En una interpretación de sus palabras, Buda nos dice que este mundo en el cual vivimos posee una dolorosa característica: su impermanencia. Todo en él cambia y se diluye como arena seca entre las palmas de nuestras manos. No es posible retenerlo, porque el paso del tiempo es inexorable y afecta por igual a todas las criaturas. Esta es llamada la Primera Noble Verdad: la existencia del dolor.
Seguidamente, Buda nos dice que ese dolor posee una causa bien definida: el deseo. Es debido a que el hombre se halla preso de innumerables deseos, que pasa por una larga agonía. El hombre sufre cuando desea algo que no tiene; cuando logra poseerlo, sufre para conservarlo; y cuando lo pierde, sufre. Así, Buda nos enseña que la causa del dolor es el deseo de felicidad personal, nacida de los apegos del ego. Esta es llamada la Segunda Noble Verdad: la causa del dolor (que es el deseo).
Luego Buda se pregunta: ¿cómo puede cesar ese dolor? Para que el dolor desaparezca, nos dice, debe extinguirse ese deseo punzante que aprisiona al hombre. Esta es llamada la Tercera Noble Verdad: la cesación del dolor (que surge de la extinción del deseo).
Finalmente, nos indica que el propósito de la existencia humana consiste en la emancipación de ese dolor y la obtención de la Bienaventuranza Suprema. De este modo surge la Cuarta Noble Verdad: el Camino que nos conduce a la liberación del dolor.
Buda nos da un método compuesto por disciplinas espirituales para ayudar al logro de esta Cuarta Noble Verdad, que es El Noble Óctuple Sendero.
El Noble Óctuple Sendero
El Noble Óctuple Sendero no es sino el Sendero Espiritual brindado por Buda para que los hombres puedan alcanzar el inefable Nirvana. Este sagrado Camino Espiritual se halla conformado por las siguientes disciplinas:
- El conocimiento. Consiste en poseer interiormente la certeza de que el mundo es perecedero y que la criatura humana puede alcanzar el bienaventurado estado del Nirvana.
- El pensamiento. El ser humano debe aspirar a alcanzar ese estado de Gracia que consiste en el Despertar Espiritual o Iluminación. Esa noble aspiración se presenta en nuestra mente en la forma de rectos pensamientos.
- La palabra. El aspirante espiritual debe hablar siempre con la
verdad. Debe evitar pronunciar las palabras hirientes motivadas por los malos sentimientos como así también debe huir de las conversaciones vanas. - La acción. Se debe actuar conforme a nuestra aspiración espiritual. No debe haber discrepancia entre el pensamiento, la palabra y el acto de un hombre que va en búsqueda de la Verdad. Se debe actuar rectamente en todo momento: con pureza de corazón.
- Los medios de vida. La modalidad de nuestra vida no debe oponerse a nuestro anhelo por lo espiritual. No debemos dañar ni herir a otras criaturas.
- El esfuerzo. Nada se logra sin esfuerzo. Así también, para progresar espiritualmente debemos esforzarnos por ser mejores cada día. Debemos ser
más compasivos y comprensivos, lo cual ha de otorgar pureza a nuestra mente y corazón. - La atención. Debemos aprender a controlar nuestra propia mente, evitar que ella salga a vagabundear por los mil y un caminos del mundo que nos alejan del Sendero hacia la Iluminación.
- La meditación. El hombre que busca la Iluminación ha de posar su mente –y su corazón– en el Reino de la Paz Interior, el cual es la antesala del Nirvana.
En la simbología budista, el noble camino es usualmente representado con la rueda del dharma, donde cada rayo representa un elemento del sendero. Este símbolo también se utiliza para el budismo en general.
El mensaje espiritual de Buda gira en torno a la compasión, la benevolencia, el amor hacia todas las criaturas y la comprensión. Todo lo cual marcha unido a un fervoroso anhelo de alcanzar el estado de despertar espiritual o Iluminación, llamado “Nirvana” , lo cual, en esencia es lo que en otras Religiones recibe el nombre de “Unión con Dios” o “Liberación”.
Filosofía budista
El budismo, así como se considera “no-teísta” y niega explícitamente el concepto de un dios creador, tampoco es un sistema de pensamiento “materialista” como la ciencia, dado que considera que el mundo temporal-espacial que experimentamos a través de los sentidos no es suficiente para explicar la condición humana. Por esta razón es difícil catalogar el budismo como religión o filosofía, aunque contiene muchos elementos que pueden considerarse “religiosos” o “filosóficos”.
El Budismo es un camino de enseñanzas prácticas las cuales se centran en la meditación, como medio para desarrollar estados mentales positivos caracterizados por la calma, bondad, sabiduría y la conciencia.
El Budismo es en su origen un intento de suministrar un remedio a los sufrimientos de la humanidad, y de elevar y satisfacer el impulso moral. Es un intento asimismo de hacer la vida más tolerable mediante la represión del egoísmo y el desarrollo de la solidaridad y la ayuda mutua.
El sistema de Buda es un individualismo religioso, es decir, un sistema donde el individuo no necesita intermediarios, ya que cada uno tiene la responsabilidad de su destino espiritual. El Budismo se opone a todo lo que en el Hinduismo considera ritual, superstición, formalismo religioso, y sacerdotalismo brahmínico. Si decimos que el Hinduismo de los brahmines es esencialmente un ritual, podemos afirmar que el Budismo es un sistema de ideas.
El verdadero brahmin -dice Buda- es el hombre que cultiva y posee valores universales como la honestidad y la pureza de intención, y el verdadero paria es el hombre con los vicios opuestos: “no se es brahmin o paria por nacimiento, sino por las propias obras”.
El Budismo, al igual que otras religiones, persigue liberar al hombre de los sufrimientos de su estado finito, uniéndolo a la verdad fundamental o a la realidad absoluta. Pero, contrario a las religiones tradicionales que tienden a ubicar a la Verdad fuera del alcance de la persona, en la revelación divina, el Budismo la considera inherente al individuo, dirigiendo al hombre a encontrar lo absoluto dentro de sí mismo. De esta forma, el ser humano es el foco central del Budismo, el cual lo presenta como el depositario de todos los potenciales.
Símbolos budistas
La serpiente Muchilinda
En la mitología budista, Muchilinda o Muchalinda es el rey de los nagas (deidad con forma de serpiente) que protegió a Buda (cuando aún se llamaba Sakyamuni Gautamá) de la lluvia después de su iluminación espiritual.
Se dice que cuatro semanas después de que Sakyamuni Gautamá comenzó a meditar bajo el árbol bodhi, el cielo se oscureció durante siete días, y cayó una prodigiosa lluvia. Sin embargo, el poderoso rey de los nagas, Muchalinda, apareció desde debajo de la tierra y protegió a Gautamá con su capucha. Cuando la tormenta se despejó, el rey serpiente asumió su forma humana, se inclinó ante Buda, y volvió lleno de alegría a su palacio.
El tema de Buda meditando bajo la protección de Muchilinda es muy común en el arte budista de Laos, y aparece frecuentemente en las representaciones tibetanas y mogolas de Buda.
El mito de Muchilinda es análogo al del dios hinduista Shesha-shai Vishnú, “el Vishnúque está recostado sobre la serpiente Shesha”. Esta simbología es una manera de señalar a Buda como una reencarnación de Vishnú, dado que Shesha sólo cubriría a ese dios.
La Swastica
La palabra ‘esvástica’ procede de la palabra swasti, y significa ‘bienestar, buena fortuna, suerte, éxito y prosperidad’. Se trata de una antiquísima fórmula de saludo, buen augurio y deseos de felicidad, que en nuestra historia más reciente, el régimen nazi se ha ocupado de destruir dándole el sentido contrario al original, como parte del sistema de degradación de todo valor humano.
En principio, la esvástica fue usada como símbolo entre los hindúes. Se menciona por primera vez en las sagradas escrituras del hunduísmo (Los Vedas), aunque también se utiliza, principalmente en la India e Indonesia, en otras religiones como el budismo, el yainismo y el odinismo.
En el budismo en general se usa la esvástica levógira, es decir, con su segmento superior orientado hacia la izquierda.
Ahimsa
Ahiṃsā es un término sánscrito que se refiere a un concepto filosófico que aboga por la no violencia y el respeto a la vida. Es lo contrario a himsa (violencia). Habitualmente se interpreta como símbolo de paz y respeto hacia los seres capaces de sentir.
La ahiṃsā es una importante doctrina del budismo, el hinduismo y el jainismo. La primera aparición de este término en el contexto de la filosofía india se encuentra en las escrituras hinduistas llamadas Upanishads, que comenzaron a componerse a lo largo de varios siglos desde el siglo V AEC en adelante.
Evolución del budismo
Buda no era un Dios ni un profeta, tampoco se declaró como un ser divino ya que, contrario a la mayoría de las religiones, en el Budismo no existe el concepto de un dios creador. Buda fue un hombre, quién, a través de sus propios esfuerzos, descubrió la realidad fundamental dentro de sí mismo y enseñó que cualquiera podría hacer lo mismo.
En este sentido, el Budismo no solamente se refiere a la enseñanza de un Buda, sino a la enseñanza que permite a las personas convertirse en Budas. De esta manera, proporciona una base para la igualdad de todas las personas e insiste en el respeto absoluto por la santidad de la vida humana, motivo por el cual el Budismo nunca ha sido propagado por la espada ni ha sido utilizado como una justificación para “guerras santas”.
A través de los siglos el concepto original de Buda, como un hombre iluminado, fue radicalmente modificado, ya no siendo un maestro de valores morales sino unMahapurisa {un superhombre}, mayor que los dioses mismos.
Originalmente una filosofía y una visión comprehensiva del mundo y del hombre, el Budismo se convirtió gradualmente en una auténtica religión, con un culto, una mitología, unas devociones y una veneración creciente de reliquias e imágenes. Desarrolló asimismo una concepción del Buda como ser trascendente y objeto de fe y devoción.
Máximas de Buda
Mucha de las enseñanzas que Buda transmitió, lo hizo a través de frases cortas, que con 2.500 años de antigüedad, asombran por su vigorosa vigencia. A continuación algunas citas de Buda:
- “Duda de todo. Encuentra tu propia luz.”
- “No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.”
- “La paz viene de dentro, no la busques fuera.”
- “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.”
- “El mundo está lleno de sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el apego a las cosas. La felicidad consiste precisamente en dejar caer el apego a todo cuanto nos rodea.”
- “No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.”
- “La riqueza consiste mucho más en el disfrute, que en la posesión.”
- “Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.”
- “La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo.”
- “Somos lo que pensamos. Todo el mundo surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo.”
- “No ocupéis la mente con necedades y no malgastéis el tiempo en cosas vanas.”
- “Es la propia mente del hombre, no su enemigo o adversario lo que le atrae a los malos caminos.”
- “No te detengas en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el presente.”
Leyendo estas frases, uno no puede sino simpatizar con este sinuoso derrotero de la humanidad, al descubrir que el origen de las angustias y la búsqueda incesante del hombre son, en esencia, siempre las mismas.
Fuentes y bibliografía:
- Texto original “Dhammapada“
- “Manual de Historia de las Religiones”, de Carlos Diaz
- “Teología de las religiones”, de José Morales
- “Jesús, Zoroastro, Buda, Sócrates y Mahoma“, de Edwin M. Yamauchi, Ph.D.
articulo publicado en--http://reydekish.com/2015/05/25/budismo/
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