Imagen de la necrópolis de Varna, Bulgaria
La metalurgia surgió en la Prehistoria, hace unos 8.000 años, porque el ser humano empezó a extraer metales de las rocas para fabricar adornos (como anillos o collares), y no para fabricar armas, como siempre se ha pensado.
Es una de las conclusiones de un estudio publicado por la investigadora del departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada (UGR) Mercedes Murillo Barroso (izquierda) en un nuevo cuaderno, el 15, de la serie ‘Origen. Cuadernos Atapuerca’, patrocinado por la Fundación Atapuerca.
Mercedes Murillo es especialista en el conocimiento de las primeras etapas metalúrgicas de la península ibérica, las representadas en las culturas almerienses de Los Millares y El Argar.
La investigadora explica que los metales están dentro de nuestro cuerpo, constituyen gran parte de la corteza terrestre y forman la base de la mayoría de los avances tecnológicos y de los sistemas constructivos actuales.
«Es difícil imaginar un mundo sin metales, y muy pronto los seres humanos descubrieron sus propiedades, primero como pigmentos, después como adornos y enseguida como instrumentos y armas -destaca Murillo-. El conocimiento del metal da origen a buena parte de las divisiones de la Prehistoria: Edad del Cobre, Edad del Bronce o Edad del Hierro. Incluso, mucha gente resume la época actual con el nombre de un metal, la Edad del Silicio, básico en todos los electrodomésticos, en móviles y ordenadores».
Diadema de la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, Granada.
Una victoria sobre la materia
Hace unos 8.000 años, algunos grupos de Turquía y de Irán muestran cobre fundido, es decir, que en las primeras aldeas descubrieron que por medio del fuego es posible extraer metales de las rocas. La metalurgia es la victoria del ser humano sobre la materia, y sobre esa victoria escribe Mercedes Murillo en esta publicación.
El análisis de las escorias y elementos metálicos a través de microscopía, rayos X y distintas pruebas de laboratorio permite apreciar el importante valor que tuvo el adorno para el empleo de metales.
Ilustración de la recreación de la reducción del metal en la que se ve que en las primeras etapas metalúrgicas el metal realmente se extraía mediante una tecnología muy sencilla, en contextos domésticos y de forma colaborativa y colectiva, en contra lo que tiende a pensarse.
«El oro, la plata o el cobre y el bronce se difundieron por Europa para dar visibilidad a las incipientes clases sociales que se estaban conformando. Las élites buscaron el comercio de metales para distinguirse y mostrar su estatus y sólo de manera tardía el metal sustituyó a la piedra y las armas de bronce desplazaron a la madera y a las puntas de pedernal. Con el uso del hierro para clavos y arados, se impulsó la economía y se desarrollaron las ciudades», señala la autora.
La orfebrería está, por tanto, en el origen de la metalurgia y el adorno precedió con claridad a las armas, según explica la investigadora de la UGR. «La transformación de los minerales responde por consiguiente a decisiones y conflictos sociales y no a necesidades técnicas o defensivas, aunque con el paso del tiempo los herreros se convirtieron en personajes muy valorados y con sus productos la violencia y los imperios se extendieron por el mundo», destaca Murillo.
Referencia bibliográfica:
Murillo-Barroso, M. (2020): La Metalurgia. La Revolución del Metal. Serie Origen. Cuadernos de Atapuerca, 15.
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