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jueves, 23 de enero de 2020

Las fortalezas vitrificadas de Europa, una anomalía geológica y arqueológica sin explicación

Uno de los primeros geólogos británicos fue John Williams, autor de Historia Natural del Reino Mineral. Fue él quien describió por primera vez en 1777 unas extrañas ruinas, de las que posteriormente se han encontrado más de cien ejemplos por toda Europa, principalmente en Escocia. Se las denominó fortalezas vitrificadas, porque su aspecto es el de montículos rodeados de un compacto muro de piedra. Pero con la peculiaridad de que estas piedras están fundidas.
Todas ellas se situan en colinas que parecen posiciones defensivas y su forma está determinada por el contorno de las cumbres planas que encierran. Sus muros varían en tamaño, hay algunos de 3,7 metros de altura y en algunas partes parecen estar fortalecidos con paredes dobles o triples. En otras partes aparecen grandes lienzos de murallas con bloques de piedra sin labrar y sin vitrificar, que envuelven el centro vetrificado a cierta distancia. Todo el conjunto da la impresión de ser un terraplén.
Los arqueólogos no han encontrado ni cal ni cemento en ninguna de estas estructuras, estando todas consolidadas y compactadas por la fusión de las rocas que los forman, lo que indica que tuvieron que ser sometidas, en mayor o menor grado, a la acción del calor.
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Estas estructuras han asombrado a los geólogos durante siglos, porque no existe una explicación científica para cómo se fusionaron las rocas. Las temperaturas a las que tuvieron que estar sometidas para que se produjese la vitrificación son comparables a la detonación de una bomba atómica. Y no estamos hablando de una ni de dos, sino de cientos de ejemplos repartidos por toda Europa, como decíamos con 70 solo en Escocia. Aquí fue donde se descubrieron, y durante mucho tiempo se pensó que eran exclusivos de allí. Sin embargo han aparecido ejemplos en lugares como Bohemia, Silesia, Turingia, en las provincias del Rin, en Hungría, Turquía, Irán, Portugal, Francia y en Suecia, entre otros.
En Escocia las más famosas están en Dun Mac Sniachan, Benderloch, Craig Phadraig, Ord Hill, Dun Deardail, Knock Farril, Dun Creich, Finavon, Barryhill, Laws, Dun Gall, Anwoth, Tap o’North, Dunnider y Cowdenknowes.
Fortaleza vitrificada de Tap o'North en Escocia
Fortaleza vitrificada de Tap o’North en Escocia
No obstante la vitrificación no es total en todas las fortalezas, ni homogenea en las paredes de un mismo sitio. En algunos casos las piedras aparecen parcialmente calcinadas y fundidas, mientras que en otros están cubiertas por una capa de esmalte vitreo, y en ocasiones, aunque raramente, toda la longitud del muro presenta una masa sólida de sustancia vítrea.
Nadie sabe como estos muros llegaron a vitrificarse. Algunos estudiosos creen que fue intencionado, para fortalecer las defensas, pero en realidad esto las hubiera debilitado. Tampoco es probable que se deba a daños bélicos, resultado de un asedio, porque para llegar a la vitrificación habría que haber mantenido los fuegos pacientemente durante días a una temperatura entre 1050 y 1235 grados centígrados, algo ciertamente complicado, aunque no imposible.
Detalle de la fortaleza vitrificada de Dunnider, Escocia
Detalle de la fortaleza vitrificada de Dunnider, Escocia
La mayoría de arqueólogos considera que son el producto de una destrucción deliberada por los atacantes tras la captura de la posición, o por sus propios ocupantes como acto ritual de clausura.
La datación de las fortalezas abarca un amplio rango de fechas. Las más antiguas datan de la Edad de Hierro, pero también las hay de época romana, y las últimas corresponden a la Edad Media.
Los últimos estudios apuntan a que fueron creadas por eventos de plasma masivos como fulguraciones solares. Estas ocurren cuando el gas ionizado de la atmósfera toma la forma de gigantescos estallidos eléctricos, los cuales pueden fundir y vitrificar rocas.
Detalle de la fortaleza vitrificada de Sainte Suzanne, Francia
Detalle de la fortaleza vitrificada de Sainte Suzanne, Francia
En los años 30 del siglo XX el famoso arqueólogo australiano Vere Gordon Childe y Wallace Thorneycroft realizaron un experimento con una gigantesca hoguera sobre un muro de piedra, experimento que fue repetido en 1980 por el arqueólogo Ian Ralston. En ambos casos los experimentos produjeron la vitrificación parcial de algunas de las piedras, pero no lograron explicar como se pudo haber producido a una escala tan grande como en las fortalezas vitrificadas.
A falta de una teoría definitiva o pruebas concluyentes, las fortalezas vitrificadas continúan siendo una de las más extrañas anomalías geológicas y arqueológicas del mundo.













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