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martes, 21 de mayo de 2019

Una excavación en Badajoz descubre un edificio tartésico único en el Mediterráneo occidental


Escalinata monumental de época tartésica hallada en el yacimiento del Turuñuelo de Guareña (Badajoz).


La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Algo así como un protocemento, solo que un siglo antes de que apareciera el primer material de este tipo documentado hasta ahora: el opus caementicium del Imperio Romano.
El yacimiento del Turuñuelo de Guareña, cuya excavación arrancó en 2015, ya había sorprendido a los investigadores por su tamaño (es el más grande localizado de aquella época, en torno a una hectárea), la riqueza de materiales encontrados y su extraordinario estado de conservación. Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Una civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica en el primer milenio antes de Cristo sobre la que se ha levantado todo tipo de mitos y leyendas (sobre todo, en torno a su misteriosa decadencia y su abrupto final), debido, entre otras cosas, a la escasez de restos materiales. Una escasez que la excavación dirigida por los arqueólogos del CSICSebastián Celestino —que también es director del Instituto de Arqueología de Mérida— y Esther Rodríguez está compensando a marchas forzadas, y eso que apenas se ha desenterrado hasta el momento el 10% de la construcción.
“Una escalinata constituye un elemento arquitectónico único de algo, además, que no pensábamos que fueran capaces de ejecutar. Existen escaleras durante la protohistoria en la Península, pero ya en época posterior. De esta cronología como máximo había dos o tres escalones de piedras y adobe para salvar un desnivel”, explica Rodríguez. En este caso, son 10 escalones (al menos; todavía puede haber alguno más) de 2 metros de largo, 40 centímetros de anchura y 22 de altura. Los cinco superiores están cubiertos por lajas de pizarra y los inferiores son los que están hechos a modo de sillares cuadrangulares con mortero de granito machacado envuelto en cal.

“Lo más sorprendente ha sido su profundidad. Dos metros y medio significa que debajo hay otra planta, que estamos accediendo a una planta superior sobre-elevada”, completa Celestino. Se había especulado sobre la existencia de este tipo de edificaciones en época tartésica, a partir de textos de la Biblia, pero nunca se había encontrado ninguno. “Este edificio será el primero que conserva las dos plantas”, insiste.





Articulo publicado en...https://elpais.com/cultura/2017/04/16/actualidad/1492335613_283119.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR3XtXsKt3mUFFKkDbloJjNwFVK2rUkc1dYPjeV6nps7YvYIkXnCQHAvwfM

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