Paisajes lunares
Australia, territorio inhóspito y fascinante que esconde entre sus costas y desiertos algunos de los paisajes más increíbles de nuestro planeta. Estampas lunares como la del desierto de los pináculos, que quitan el hipo a los visitantes que apuestan todos los años por viajar hasta estos lejanos páramos del occidente australiano.
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El “Pinnacles Desert” se encuentra a unos 250 kilómetros de la ciudad de Perth y todavía más cercano al pueblo pesquero de Cervantes, antigua colonia española de la que ya solo mantiene el nombre. Pese a la cercanía a la civilización, este peculiar desierto de monolitos de piedra pasó prácticamente desapercibido hasta finales de 1960, cuando pasó a formar parte del Parque Nacional Nambung.
A lo largo de 26 kilómetros de costa, adentrándonos hacia las vastas dunas de arena del interior, podemos encontrar miles de estos pináculos, formados hace miles de años por el coral de los lechos marinos y erosionados por el paso del tiempo cuando las aguas se retiraron del lugar. Los hay de todo tipo y tamaño, desde los más pequeños que apenas levantan un palmo del suelo hasta los más imponentes, de hasta cuatro metros de altura.
Las mejores horas para visitar el desierto son al amanecer y al atardecer, cuando las alargadas sombras parecen bailar sobre la dorada arena y los pináculos brillan bañados por el anaranjado sol, creando en su conjunto una visión realmente única.
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Fotografía de Roger&Mary
Fotografía de Aussiebobbowers
Fotografía de Adrian Punch
Fotografías vía
Tejido por Sinuhé
Fuentes:
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