Los Dogon son un pueblo africano que habita en la región central de Mali y en el norte de Burkina Faso. Al igual que muchos otros pueblos de la antigüedad, sienten una especial predilección por la estrella Sirio – Alfa del Can Mayor. De acuerdo a su milenaria mitología, accedieron por medio de sus dioses a un conocimiento tan complejo y preciso que sólo fue posible corroborar con la tecnología actual.
Ellos, al igual que los egipcios, nos cuentan historias sobre sus “dioses” (viajeros espaciales), que en un pasado remoto llegaron a la tierra desde la estrella Sirio. Según su relato, estos dioses les habrían explicado a los dogones todos los detalles de Sirio, incluyendo su órbita, tamaño, elíptica y otros datos astronómicos relativos al cúmulo estelar.
Los dogones, así como los egipcios, tienen registro desde hace milenios que Sirio era un sistema formado por tres estrellas, y que Sirio B orbita alrededor de Sirio A, en un movimiento que dura 50 años. De hecho, la tribu Dogon celebra su festividad más importante, llamada Sigui, cada 50 años precisamente porque señala la aparición de Sirio entre los picos de dos montañas, que simbolizan a los dos embriones primordiales, relacionados con su mito de la creación.
Lo inexplicable de esto es que los datos astronómicos contenidos en estos mitos son sorprendentemente ciertos, corroborados por la ciencia astronómica recién en tiempos recientes. Dado que este hecho astronómico no es observable a simple vista, la precisión de esta afirmación no tiene una explicación alternativa a la mitológica.
En 1931 el antropólogo francés Marcel Griaule visitó por primera vez a esta tribu, recogiendo y publicando los registros de los dogones, que no sólo conocían el sistema de Sirio, sino que asimismo tenían conocimientos de los anillos de Saturno y las cuatro lunas galileas de Júpiter, todos ellos astros no visibles al ojo humano sin la utilización de telescopios.
Por aquella época nuestra astronomía desconocía que Sirio fuese un sistema triple, ya que fue recién en 1995 cuando los astrónomos franceses Benest y Duvent publicaron en la revista “Astronomy and Astrophysics” el descubrimiento de Sirio C por una perturbación observada en las órbitas de Sirio A y B. Según sus conclusiones Sirio C es una enana roja, muy poco brillante, todavía no visualizable con la tecnología óptica actual.
El mito de la creación para el pueblo dogon se centra en la estrella Sirio B, para ellos “Digitaria” o “PoTolo” (en dogon), descripta como la más pequeña y la más densa de todas las estrellas. Digitaria es, según los Dogon, el origen del Universo, la que contiene la esencia de todas las cosas.
Los Dogones afirman que “Emme Ya” (Sirio C) es la segunda acompañante de Sirio y tiene a su vez un pequeño satélite que gira a su alrededor y que ellos la denominan “Nyan Tolo”, la “estrella de las mujeres”, y es el lugar de donde puntualmente proceden sus dioses.
Mientras que Sirio A es casi el doble de grande que nuestro sol, su temperatura superficial es el doble de alta y brilla con una intensidad unas 24 veces más fuerte, Sirio B, en cambio, es un poco más pequeña que la Tierra, pero con una densidad tal que un metro cúbico de su materia pesa tres millones de toneladas, lo cual corrobora nuevamente los datos del mito dogon. Sirio B fue descubierta en 1862, por el astrónomo Alvin Clark, y fue fotografiada por primera vez en 1970.
Según el mito de los Dogones, hay un dios creador del Universo al que llaman Amma, quien creó un huevo cósmico del cual nacieron dos embriones gemelos de distinto sexo, que al eclosionar, dieron lugar a unas criaturas andróginas.Estos gemelos, Nommos, cuya existencia se plantea necesariamente de a pares, poseen una mitad es masculina y la otra femenina.
Ogo, mitad masculina de uno de los gemelos Nommo, se reveló y salió prematuramente de la “placenta”, representada por el huevo cósmico dividido en cuatro partes, rasgándola y arrastrando consigo un pedazo de la misma, con la cual procreó en la Tierra. Esta primera creación no estaba destinada al éxito y fue el origen del desierto. Ogo fue castigado por Amma, quien lo transformó en un ser incapacitado de hablar y de engendrar.
Luego de su primer intento fallido, Amma, envió a la Tierra a los gemelos Nommode la otra mitad. Con éstos aparecieron la luz y la lluvia, la cual purificó y fecundó el suelo antes profanado por el estéril y siniestro Ogo, y permitió que se sembraran las semillas de fonio que los gemelos, antepasados míticos de los dogón, trajeron consigo. Esta segunda creación de Amma, es por consiguiente, de la cual descienden los dogón y, en sentido figurado, el género humano.
De hecho los segundos Nommos, trajeron consigo no solo semillas sino todo lo necesario para generar vida. Nommo creó a los animales y las plantas, así como la primera pareja de humanos, que tuvo 8 hijos, quienes alcanzaron edades increíbles. Ellos fueron además quienes legaron sus conocimientos a los dogones, entre ellos los astronómicos.
Los dogones afirman que sus dioses, los “amos del agua” y “proveedores de la lluvia”, eran criaturas anfibias, híbridos de hombre/pez (similar al mito babilónico de Oannes), y que luego de cumplir con su tarea regresaron al cielo en un arca roja como el fuego.
En 1949 se realizó una datación por el método de carbono 14 de una estatuilla que representa a un nommo, y que dio una cifra de 500 años de antigüedad. Esto verificaría que la mitología dogon es anterior a todos los descubrimientos astronómicos del siglo XIX y por tanto que sus cimientos no pueden estar contaminados por hallazgos que son posteriores.
Referencias con otras culturas y religiones
El mito del dios mitad hombre, mitad pez, que creó la vida en la Tierra es equivalente al mito sumerio de Enki/Ea, dios del agua que creó a la humanidad (con un procedimiento que hoy llamaríamos de fertilización asistida) y transmitió sus conocimiento a los primeros hombres.
Asimismo, la noción de “…tuvo 8 hijos, quienes alcanzaron edades increíbles” también tiene analogías en los mitos de los seres longevos prediluvianos de un sinfin de culturas y religiones, entre ellas la bíblica.
Por su parte la idea de “dos embriones gemelos de distinto sexo, que al eclosionar, dieron lugar a unas criaturas andróginas” es afín con las interpretaciones cabalísticas de la biblia de que Dios creó al hombre y a la mujer en el mismo acto, un ser que era a la vez macho y hembra. En los textos de las pirámides se ha identificado a la diosa Isis con Sirio A, y la representaban con el símbolo de un asiento o trono, mientras que por su parte, los dogones conocían a Sirio A como “la estrella sentada”. Asimismo, el jeroglífico con que los egipcios representaban a Osiris era un ojo, lo que guarda gran similitud con el concepto que tenían los dogones de Sirio B, a la que denominaban “la estrella del ojo”.
Por su parte, el relato de Nommo, dios de los dogon, tiene un paralelismo realmente extraordinario con la historia de Cristo. El mito cuenta que Nommo fue crucificado en un árbol de Kilena, muere y luego de 5 días resucita. Dicen asimismo que Nommo regresará a nuestro planeta y la señal que anunciará su resurrección será la aparición de una nueva estrella en el firmamento a la que llaman “estrella de la décima luna”. Además, hay un texto dogon que dice: “El Nommo dividió su cuerpo entre los hombres para alimentarlos, por eso se dice también que como el Universo había bebido de su cuerpo, el Nommo también hizo que los hombres bebieran”. Recordemos que Nommo fue según la tradición de los Dogon, quien “legó todos los principios y conocimientos a los seres humanos”
Articulo publicado en...https://reydekish.com/2014/07/18/los-dogon-y-su-inexplicable-conocimiento-de-sirio/
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