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lunes, 27 de agosto de 2018

Inmigrantes de ojos azules transformaron el antiguo Israel hace 6.500 años



Estos osarios (contenedores para restos humanos) del Período Calcolítico fueron excavados en la cueva Peqi'in, en el norte de Israel. Crédito: Mariana Salzberger / Cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Colonos de piel clara y ojos azules habitaron el Levante hace unos 6.500 años, según un equipo internacional interdisciplinario de científicos. Un artículo publicado en la revista Nature Communications resuelve el misterio de cómo la cultura calcolítica llegó a Galilea: a través de la migración de la población.
Cuando analizaron los genomas de los huesos de 22 de los 600 esqueletos individuales descubiertos en una gran necrópolis cerca de Peki’in, en el norte del país, los científicos encontraron una mezcla genética bastante diferente a la de los colonos anteriores y sucesivos de la región.
Los hallazgos abordan argumentos de hace décadas sobre los orígenes de esta cultura distintiva del Calcolítico Tardío, "cuyos artefactos tienen pocos vínculos estilísticos con las culturas materiales anteriores o posteriores de la región", escriben los autores.
Cueva de Peki'in (Dra. Hila May)
"Las reliquias altamente artísticas han llevado a un extenso debate sobre los orígenes de las gentes que hicieron esta cultura material". ¿Ocurrió cuando las poblaciones locales adoptaron e implementaron prácticas encontradas en las culturas existentes en el norte o a través de la migración?
En el artículo, titulado "ADN antiguo procedente del Calcolítico en Israel revela el papel de la mezcla poblacional en la transformación cultural", los científicos concluyeron que la comunidad homogénea encontrada en la cueva de Peki'in podría ser la fuente de un ~ 57 % de la ascendencia de grupos relacionados con el Neolítico del Levante local, un ~ 26 % de grupos relacionados con las gentes del Neolítico de Anatolia, y un ~ 17 % de grupos relacionados con el Calcolítico de Irán.
El estudio fue dirigido por los investigadores de la Universidad de Tel Aviv,  la Dra. Hila May y el profesor Israel Hershkovitz (izquierda), del Departamento de Anatomía y Antropología del Centro Dan David para la Evolución Humana e Investigación Biohistórica; la Dra. Dina Shalem, del Instituto de Arqueología de Galilea en el Kinneret College y miembro de la Autoridad de Antigüedades de Israel, la cual fue uno de los arqueólogos que excavaron originalmente la cueva en 1995; la estudiante graduada Éadaoin Harney y el profesor David Reich, ambos de la Universidad de Harvard.
"El análisis genético proporcionó una respuesta a la pregunta central que nos propusimos abordar", dijo David Reich (derecha). 
“Se demostró que la gente de Peki’in tenía una ascendencia sustancial procedente del norte, similar a los que viven en Irán y Turquía, y que no estaba presente en los agricultores levantinos anteriores”, aduce.
La arqueóloga Dina Shalem dijo que la cueva natural de estalactitas, de 17 metros de largo   y 5-8 metros de ancho, es única tanto por el número de individuos enterrados como por los “motivos excepcionales” -diseños geométricos y antropomórficos- representados en los restos de los osarios y jarrones que constienen restos esqueléticos.
"Algunos de los hallazgos en la cueva son típicos de la región, pero otros sugieren un intercambio cultural con regiones remotas. El estudio resuelve un largo debate sobre el origen de la cultura del pueblo calcolítico", dijo Shalem (izquierda). "¿El cambio cultural en la región fue consecuencia de las olas de migración; a la infiltración de ideas debido a las relaciones comerciales y / o al intercambio cultural; o a una invención local? Ahora sabemos que la respuesta es la migración".
Éadoin Harney, quien dirigió el análisis estadístico del estudio, añade: "También encontramos que la población de Peqi’in experimentó un cambio demográfico abrupto hace 6.000 años".
El periodo Calcolítico, también denominado Edad del Cobre, viene después del Neolítico y precede a la Edad del Bronce. Existen ya varios análisis de ADN para asentamientos de la Edad de Bronce en el Levante, incluida una publicación del verano pasado que muestra que el 93 % de los ancestros de los modernos libaneses proviene de los canaanitas. Ahora, el nuevo análisis del genoma procedente de la cueva de Peki’in llena un vacío de 3.000 años de análisis de ADN.
En 1961, un grupo de arqueólogos buscaba pergaminos del Mar Muerto. En su lugar, encontraron este sorprendente íbice doble y el resto del tesoro ahora conocido como la "Cueva del Tesoro". (Cortesía del Museo de Israel).
La investigación del ADN da una respuesta a las preguntas formuladas por los arqueólogos que han desenterrado restos de cobre y otras tecnologías metalúrgicas que no eran locales en Israel, sino más bien procedentes de Turquía. Descubierta en 1961, la Cueva del Tesoro, cerca de Ein Gedi, albergaba un tesoro de 429 objetos ocultos hace 6.500 años, algunos de los cuales fueron creados a partir del cobre el cual se cree que fue importado del este de Turquía o del Cáucaso. Del mismo modo, la cueva Ashalim del Neguev, encontrada en 2012, contenía un objeto principal creado por una tecnología foránea proveniente de Anatolia.
Objeto de plomo (procedente del área de Turquía) colocado encima de un eje de madera hallaldo en una cueva al sur de Beersheba. Una navaja al lado de la escena proporciona la escala. (Boaz Langford y Micka Ullman).
Con la conclusión del nuevo estudio de que aproximadamente la mitad del genoma del pueblo calcolítico indígena se deriva de las antiguas Turquía e Irán, parece que estos artefactos pueden haber llegado durante una migración y no fueron meramente productos secundarios de una ruta comercial como se sugería anteriormente.
UN HALLAZGO CASUAL DE GRAN IMPORTANCIA
La cueva de Peki’in, el sitio funerario más grande jamás identificado desde el período Calcolítico Tardío en el Levante, fue descubierta por casualidad en 1995 durante unas obras viales. Luego, un tractor causó el colapso de una parte del techo de la cueva, dejando al descubierto cientos de osarios y un sistema pavimentado de varias capas de plataformas funerarias.
Foto: Osario en cueva Peki'in / Crédito de la foto: Mariana Salzberger, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
En el artículo de Archaeology Odyssey publicado en 1998 sobre la excavación, los arqueólogos originales hipotetizaron que la cueva era un lugar de entierro importante y prestigioso, llamándolo "el centro de una rueda, con sus rayos irradiando en todas las direcciones".
Los arqueólogos vieron indicios de que los cuerpos fueron llevados a la cueva desde todas las direcciones para su depósito, desde el Valle del Jordán, los desiertos de Judea y Neguev, y la costa del Líbano. "Claramente, se hicieron grandes esfuerzos para transportar los restos óseos de los muertos a este reverenciado lugar", escriben.
"Sus objetos de culto y objetos funerarios exhiben estilos artísticos de diversas subculturas levantinas", que, según los arqueólogos, sugieren que la cueva sirvió como "un centro mortuorio regional, donde personas de toda la antigua Palestina convergieron para enterrar a sus muertos". Según el nuevo estudio, la datación por radiocarbono encuentra que la cueva estuvo en uso durante todo el Calcolítico Tardío (4.500-3.900 a.C.).
Lamentablemente, aunque la cueva en sí fue sellada durante unos 6.000 años, poco después de su cierre inicial los ladrones de tumbas entraron y causaron una destrucción masiva. Se supone que tomaron la mayoría de los objetos de metal que habrían sido enterrados con los muertos, ya que hay un número desproporcionadamente bajo en relación con otros sitios de la misma época.
Foto: Cálices del período Calcolítico excavados en la cueva Peki'in (Mariana Salzberger, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel).
A pesar de este vandalismo desenfrenado, la plétora de restos humanos preservados todavía podría utilizarse para llevar a cabo pruebas genéticas. Según el artículo, publicado en Nature Communications, en una instalación limpia de la Facultad de Medicina de Harvard, los científicos "obtuvieron polvo de huesos de 48 restos esqueléticos, de los cuales 37 eran huesos pétreos, conocidos por su excelente preservación del ADN".
Los datos extraídos de los restos esqueléticos de 22 individuos, "son de una calidad excepcional, dada la preservación típicamente deficiente del ADN en el cálido Cercano Oriente", escribieron los científicos.
Según Israel Hershkovitz, "El ADN humano se conservó en los huesos de las personas enterradas en la cueva de Pekí’in probablemente debido a las frías condiciones dentro de la cueva y a la corteza de piedra caliza que cubría los huesos".
Foto: Frasco de entierro decorado del período Calcolítico excavado en la cueva Peki'in (Mariana Salzberger, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel).
Como resultado, los investigadores pudieron hacer un análisis completo del genoma de 22 de los esqueletos. "Este estudio de 22 individuos es uno de los mayores estudios de ADN antiguos realizados desde un único sitio arqueológico, y es, con mucho, el más grande realizado en el Cercano Oriente", dijo el investigador de la Universidad de Tel Aviv.
Los científicos descubrieron, además, algunos rasgos genéticos recesivos que generalmente no se esperan en restos humanos del Levante. “Ciertas características, como las mutaciones genéticas que contribuyen al color azul de los ojos, no se vieron en los resultados de las pruebas de ADN de restos humanos levantinos anteriores", dijo Hila May (derecha).
La comunidad de ojos claros y piel clara no continuó, pero al menos ahora los investigadores tienen una idea de por qué. “Estos hallazgos sugieren que el desarrollo y caída de la cultura calcolítica probablemente se deba a los cambios demográficos ocurridos en la región", afirma May.










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