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miércoles, 13 de junio de 2018

Las dos ‘familias’ que se repartieron América



Dos ramas ancestrales. Una en el norte de América y otra en el sur. Dos ‘familias’ separadas durante miles de años. Poblaciones nativas vinculadas genéticamente a una rama estrechamente relacionada con los pueblos indígenas del este de Canadá, pero que hicieron ‘vidas’ distintas hasta que decidieron expandirse por el continente.
Durante mucho tiempo se creyó que todas las tribus prehistóricas americanas tenían como antepasado común la cultura Clovis, creadora de las herramientas de piedra de hace 13.000 años encontradas cerca de Nuevo México. “Se pensaba que los sudamericanos y, de hecho, la mayoría de nativos americanos, derivaban de un ancestro relacionado con la gente de Clovis”, afirma el doctor Toomas Kivisild (izquierda), arqueólogo de la Universidad de Cambridge, en un comunicado.
”Ahora hemos visto que todas las poblaciones nativas de América del Norte, Central y del Sur también tienen ascendencia genética de una rama del norte más estrechamente relacionada con los pueblos indígenas del este de Canadá. Esto no puede explicarse por la actividad en los últimos miles de años. Es algo mucho más antiguo“, añadió.
Su estudio, publicado en la revista Science , se basa en el análisis de ADN de 91 genomas antiguos procedentes de California y Canadá que demostraron que los primeros pueblos se separaron en dos poblaciones hace entre 18.000 y 15.000 años atrás. Esto habría sido durante o poco después de que se produjera la migración a través del estrecho de Bering, el puente terrestre que ahora está sumergido entre Siberia y la costa americana.
Estas dos poblaciones permanecieron separadas durante milenios, el tiempo suficiente para que incluso surgieran ancestros genéticos distintos. Y no se volvieron a juntar hasta la expansión humana a través de Sudamérica. La “rama sur” fue la que dio origen a todas las poblaciones del Centro y el Sur de América.
 Los sitios de individuos antiguos recientemente secuenciados se designan mediante triángulos de colores. Las poblaciones modernas comparadas y los individuos antiguos se designan con círculos negros y triángulos, respectivamente.
Los investigadores han certificado que, en medio de su historia genética, la mayoría, si no todos, de los pueblos indígenas del subcontinente austral retienen al menos algo de ADN de la “rama norte”, comunidades que hoy en día viven en el este canadiense y que son antepasados ​​directos de muchos nativos.
Los genomas antiguos del suroeste de Ontario muestran que, después de la división, los ancestros indígenas que representaban la rama norte migraron hacia el este, a la región de los grandes lagos. Esta población podría haber seguido el retroceso de los bordes glaciales a medida que la Edad de Hielo comenzó a descongelarse, apuntan los expertos.
Es probable que la otra ‘familia’, la del sur, continuara por la costa del Pacífico, habitando islas en el camino. El ADN antiguo de las Islas del Canal de California muestra que las poblaciones iniciales estaban estrechamente relacionadas con la gente de Clovis.
Sin embargo, los genomas contemporáneos de América Central y del Sur revelan una “reconvergencia” de estas dos ramas. Esta nueva mezcla de linajes se produjo en América del Norte antes de la expansión hacia el sur, o cuando las personas migraron cada vez más hacia el sur del continente, probablemente siguiendo la costa occidental hace unos 13.000 años.
Las cuatro posibles combinaciones de mezcla antigua de las dos ramas de población consideradas por los investigadores. Rojo y azul indican Ancient-A y Ancient-B, respectivamente; los símbolos denotan evento (s) de mezcla. Las ubicaciones de los eventos de mezcla son hipotéticas. (A) Un modelo con un evento de mezcla en América del Norte. (B) Un modelo en el que una población de Ancient-B llegó por primera vez a América del Sur, seguida de una población de Ancient-A con múltiples eventos de mezcla. (C) El mismo modelo que (B), pero revirtiendo las poblaciones. (D) Un modelo con múltiples eventos de mezcla y dispersiones.
Las poblaciones actuales de Centro y Sudamérica analizadas en el estudio mostraron una contribución genética de la rama norte que oscila entre el 42% y el 71% del genomaSorprendentemente, la mayor proporción genética de la rama norte en Sudamérica se encontró en el sur de Chile, en la misma área que el sitio arqueológico de Monte Verde, uno de los asentamientos humanos más antiguos conocidos en el continente (más de 14.500 años de antigüedad).


”Sin duda es un hallazgo intrigante, aunque actualmente circunstancial, porque no tenemos muestras genéticas antiguas que corroboren en qué momento llegó esta rama ancestral del norte”, explica la doctora Christiana Scheib (izquierda). ”Podría ser una población que ejercía de vanguardia de la rama norte y que se aisló durante largo tiempo, preservando una continuidad genética”, añade.
”Hace más de 13.000 años, la expansión en la punta de Sudamérica habría sido difícil debido a las enormes capas de hielo que bloqueaban el camino. Sin embargo, el área en Chile donde se encuentra el sitio de Monte Verde no estaba cubierta por el agua congelada en este momento“, afirma.
”En las poblaciones que viven hoy en ambos continentes, vemos proporciones genéticas mucho más altas de la rama sur relacionada con Clovis. Tal vez tenían alguna tecnología o práctica cultural que permitiera una expansión más rápida. Esto puede haber empujado a la rama norte a los bordes de la masa de tierra, así como también a encuentros que facilitaron la mezcla entre comunidades“, dicen los investigadores.











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