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lunes, 29 de enero de 2018

Egiptóloga británica afirma que Nefertiti jamás reinó sobre Egipto

Portada - Busto de Nefertiti (ca. 1370 a. C. – ca. 1330 a. C.), la Gran Esposa Real (consorte principal) del faraón egipcio Akenatón. (CC BY-NC SA 2.0)

El busto de Nefertiti es una de las esculturas más emblemáticas del antiguo Egipto, y la propia reina probablemente ocupe el segundo lugar, detrás solamente de Cleopatra, entre las más famosas reinas del Nilo. Como tal, a menudo es considerada una de las reinas más poderosas de su época, tal vez incluso ocupando el trono del faraón por un tiempo. Sin embargo, contrariamente a la opinión popular, un nuevo libro afirma que Nefertiti, una de las mujeres más famosas de la Antigüedad, no reinó sobre Egipto.

El rostro de yeso del antiguo Egipto

La Dra. Joyce Tyldesleyegiptóloga de la Universidad de Manchester, afirma que la reina Nefertiti fue apenas una de toda una serie de poderosas reinas que desempeñaron un papel influyente en la historia del antiguo Egipto. Fue, según argumenta la Dra. Tyldesley, la belleza de su famosa escultura de piedra caliza y yeso – al parecer la obra de arte antiguo favorita de Hitler – la que la propulsó a la luz pública tras ser expuesta públicamente en 1923.

El icónico busto de Nefertiti expuesto en Berlín. (CC BY 2.0)
El icónico busto de Nefertiti expuesto en Berlín. 
Fue entonces cuando los egiptólogos comenzaron – erróneamente según la Dra. Tyldesley – a argumentar que Nefertiti fue singularmente poderosa, e incluso que reinó sobre Egipto. El libro - Nefertiti's Face: the Creation of an Icon (“El rostro de Nefertiti: la creación de un icono”), publicado por Profile Books esta misma semana (25 semana de enero) – cuenta la historia de la famosa escultura desde su creación hasta su exposición pública hoy en día en Berlín.

El encantador busto de Nefertiti

El busto de la reina, casada con el faraón Akenatón, fue descubierto en 1912 por el excavador alemán Ludwig Borchardt en un antiguo taller que formó parte antiguamente de una construcción con casa y estudio perteneciente al escultor Tutmosis. La escultura se encuentra actualmente en el Neues Museum de Berlín, aunque Egipto ha solicitado su devolución.
El ojo izquierdo que le falta probablemente se le cayó cuando el equipo de Borchardt se encontraba excavando, según afirma la Dra. Tyldesley en una nota de prensa de la Universidad de Manchester. Pero la Dra. Tyldesley no ha sucumbido a los ancestrales encantos de esta magnífica representación.
“Aunque la mayoría de la gente y muchos egiptólogos creen que Nefertiti fue una mujer de la realeza singularmente poderosa, y posiblemente incluso faraón, yo creo que éste no fue el caso”.

Relieve con Akenatón, Nefertiti y tres de sus hijas. Dinastía XVIII, reinado de Akenatón. (Dominio público)
Relieve con Akenatón, Nefertiti y tres de sus hijas. Dinastía XVIII, reinado de Akenatón
A pesar de las dudas de la Dra. Tyldesley, al menos uno de los contemporáneos de Nefertiti parecía considerarla una mujer especial por encima de todas las demás. Según un artículo anterior de Ancient  Origins, su esposo, el faraón Akenatón, le otorgó numerosos títulos, entre ellos los de: Gran Esposa Real, Princesa Heredera, Grande en Alabanzas, Señora de la Gracia, Dulce de Amor, Señora de las Dos Tierras, Esposa del Gran Rey, Dama de Todas las Mujeres y Señora del Alto y el Bajo Egipto. Nefertiti era conocida por ser muy hermosa, y su nombre significa «la bella ha llegado». El artículo continúa afirmando que, “Akenatón la consideraba su igual, y fue muy lejos para asegurarse de que los demás la vieran como tal. Nefertiti aparece en relieves golpeando a sus enemigos en batalla, o llevando la corona de faraón.”
Pero con independencia de lo altamente considerada que estuviera por su marido o por los demás, Tyldesley no acepta que ella pudiese haber ostentado la condición de faraón debidamente a causa de su ascendencia, que estaría lejos de ser regia según se cree. Aunque los detalles sobre esta cuestión son inciertos, se piensa que Nefertiti habría tenido su origen en un pueblo egipcio llamado Akhmim, cuyo personaje más ilustre sería un alto funcionario llamado Ay. Este hecho le habría impedido ser coronada como faraón, según defiende Tyldesley.
"Ella no nació en la realeza, y que una mujer no regia se convirtiera en rey habría sido algo sin precedentes. Su hija Meritatón, sin embargo, sí que nació en la realeza – y por lo tanto es un candidato más probable para faraón, si alguien lo es”.
La Dra. Tyldesley continuaba describiendo cómo el hecho de hasta qué punto era limitada la oportunidad de Nefertiti de reinar por propio derecho aparece registrado en la cronología histórica:
“Su esposo Akenatón murió alrededor del año 1336 a. C.; Tutankamón - quien posiblemente fuera hijo de Nefertiti - se convirtió en faraón aproximadamente el 1336 a. C. Se ha argumentado que Nefertiti reinó sobre Egipto, llenando este vacío y tal vez influyendo en los inicios del reinado de Tutankamón.”

Nefertiti y Akenatón 1345 a. C. – tal vez con una semejanza menos elaborada que en otros retratos. (CC BY-SA 2.0)
Nefertiti y Akenatón 1345 a. C. – tal vez con una semejanza menos elaborada que en otros retratos.

Elevada por medio del arte

La egiptóloga piensa que la belleza del busto es lo que ha llevado a Nefertiti a elevarse hasta tan alto estatus en nuestros días. Explica Tyldesley: “es una bella obra de arte que parece lanzar su hechizo sobre cualquier persona que la mira”. Con respecto a la cuestión de si la pieza original es genuina, la investigadora rechaza fervientemente las acusaciones de falsificación. “Algunos han afirmado que es una falsificación, pero están completamente equivocados. No tengo ninguna duda de que el objeto expuesto en Alemania es real; es verdaderamente notable”.
“Poco después de que fuera expuesta en 1923, se fabricaron y circularon réplicas del busto, en una compleja operación de relaciones públicas que ha seguido adelante desde entonces, ayudando a establecer el culto de hoy.” Y parte de la belleza de la pieza se atribuye a su atractivo universal: “Los admiradores de la escultura tienden a ver su propia cultura e intereses reflejados en la imagen; Hitler, por ejemplo, presumiblemente la veía como aria.”

Nefertiti tal vez no fuera la típica reina egipcia

La percepción actual de Nefertiti no depende por completo de la más famosa escultura de la reina, aunque esta extraordinaria pieza es lo que la ha elevado a su estatus actual. Hay muchas otras representaciones que parecen revelar su poder. Tanto su tamaño como la relación con otras figuras y la manera en que aparece representada apuntan a un estatus superior a la media, y tenemos también las imágenes de Nefertiti con la corona de faraón. Estas cuestiones son tratadas presumiblemente en el libro, y con suerte algunas de las muchas preguntas que giran en torno a esta singular mujer hallarán en él respuesta.
Placa de Wilbour, Museo de Brooklyn. El rostro de Nefertiti aparece casi tan grande como el de su marido, lo que indica su importancia. Imagen: Museo de Brooklyn.
Placa de Wilbour, Museo de Brooklyn. El rostro de Nefertiti aparece casi tan grande como el de su marido, lo que indica su importancia. 
En última instancia, la Dra. Tyldesley parece indicar que podríamos necesitar revisar nuestros propios prejuicios respecto a Nefertiti. “Sólo porque sea la reina más famosa y poderosa de Egipto en nuestro mundo no significa que fuera la reina más famosa y poderosa de Egipto en su mundo.”




Autor: Gary Manners
Articulo publicado en...http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-personajes-famosos/egipt%C3%B3loga-brit%C3%A1nica-afirma-que-nefertiti-jam%C3%A1s-rein%C3%B3-sobre-egipto-004673?nopaging=1

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