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lunes, 5 de junio de 2017

Nuevo estudio demuestra que ADN extraído de momias egipcias procede del Próximo Oriente y Europa

Portada - Sarcófago egipcio con restos momificados
Un equipo internacional de científicos, encabezado por investigadores de la Universidad de Tubinga y el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana con sede en Jena (Alemania), ha recuperado y analizado con éxito antiguo ADN procedente de momias egipcias datadas entre el 1400 a. C. y el 400 d. C., incluidos los primeros datos de ADN nuclear de un genoma completo procedente de tres individuos, demostrando así que las momias del antiguo Egipto son una fuente fiable de material genético a la hora de estudiar el pasado. El estudio, publicado el pasado martes en la revista Nature Communications, ha revelado que los egipcios actuales tienen una ascendencia más similar a la de los africanos subsaharianos que a la de los antiguos egipcios, mientras que los antiguos egipcios, por su parte, estarían más estrechamente emparentados con antiguos pueblos del Próximo Oriente, Anatolia y Europa.

Verena Schuenemann trabajando en el Laboratorio de Paleogenética de la Universidad de Tubinga. Fotografía: Johannes Krause

Verena Schuenemann trabajando en el Laboratorio de Paleogenética de la Universidad de Tubinga. 

Obstáculos metodológicos a la hora de estudiar el ADN de los antiguos egipcios

Egipto es una localización prometedora para el estudio de antiguas poblaciones. Cuenta con una historia rica y bien documentada, y su situación geográfica y las numerosas interacciones con las poblaciones de las regiones circundantes de África, Asia y Europa lo convierten en una región muy dinámica. Los recientes avances en el estudio del ADN ofrecen a los científicos una apasionante oportunidad para comprobar las ideas más habituales relacionadas con la historia egipcia utilizando antiguo material genético.
No obstante, los estudios genéticos de las momias del antiguo Egipto son poco habituales debido a su metodología y a las dificultades causadas por la contaminación. Aunque algunas de las primeras extracciones de antiguo ADN realizadas se obtuvieron de restos momificados, los científicos han planteado dudas sobre si los datos genéticos procedentes de momias, en especial los del genoma nuclear, serían fiables, o siquiera si podrían ser recuperados. “La eventual conservación del ADN debe ser considerada con escepticismo,” confirma Johannes Krause, director del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana con sede en Jena y autor principal del estudio. “El cálido clima egipcio, el alto grado de humedad de muchas de las tumbas y algunos de los elementos químicos empleados en las técnicas de momificación contribuyen a la degradación del ADN, lo que se cree que haría de la supervivencia del ADN en las momias egipcias algo improbable.” El logro de los autores de este estudio al conseguir extraer ADN nuclear de estas momias y demostrar su fiabilidad utilizando robustos métodos de autentificación constituye un importante avance que abre la puerta a posteriores estudios similares del ADN de restos momificados.

Mano momificada (circa 1000 a. C.) utilizada para obtener antiguo ADN egipcio (Youtube)
Mano momificada (circa 1000 a. C.) utilizada para obtener antiguo ADN egipcio

La investigación

Para este estudio, un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Tubinga, el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de Humana con sede en Jena, la Universidad de Cambridge, la Academia Polaca de Ciencias y la Sociedad Berlinesa de Antropología, Etnología y Prehistoria, ha examinado las diferencias genéticas y la continuidad poblacional en el antiguo Egipto a lo largo de un período de 1.300 años, para a continuación comparar los resultados con los datos de las poblaciones actuales. El equipo extrajo muestras de 151 individuos momificados del yacimiento arqueológico de Abusir el-Meleq, a orillas del Nilo en el Egipto Medio, de sendas colecciones antropológicas albergadas y custodiadas por la Universidad de Tubinga y la Colección de Cráneos Felix von Luschan, y del Museo de Prehistoria del Museo Estatal de Berlín y la Fundación Prusiana para el Patrimonio Cultural. 
En total, los autores del estudio recuperaron genomas mitocondriales de 90 individuos y los datos completos del genoma de tres individuos. Los investigadores fueron capaces de utilizar los datos recopilados para comprobar hipótesis previas basadas en datos arqueológicos e históricos y en estudios del ADN actual. “En concreto estábamos interesados en observar los cambios y continuidad del patrimonio genético de los antiguos habitantes de Abusir el-Meleq,” apuntaba Alexander Peltzer, investigador de la Universidad de Tubinga y uno de los autores principales del estudio. La intención del equipo científico era determinar si las antiguas poblaciones de la zona fueron afectadas a nivel genético por la conquista y la dominación extranjeras durante el período estudiado, además de comparar el origen de estas poblaciones con el de los egipcios modernos. “Queríamos comprobar si las conquistas de Alejandro Magno y otras potencias extranjeras dejaron una impronta genética en la población del antiguo Egipto,” comentaba por su parte Verena Schuenemann, directora de equipo de la Universidad de Tubinga y coautora del estudio.
Momia egipcia sometida a estudio en un laboratorio (Bigstock)
Momia egipcia sometida a estudio en un laboratorio (Bigstock)

Próximo Oriente y Europa serían el origen de los antiguos egipcios

El estudio ha revelado que los antiguos egipcios estaban principalmente emparentados con antiguas poblaciones del Próximo Oriente, además de con poblaciones neolíticas de la península de Anatolia y Europa. “La genética de la comunidad de Abusir el-Meleq no sufrió grandes variaciones a lo largo del período estudiado de 1.300 años, lo que sugiere que su población se mantuvo relativamente intacta genéticamente a pesar de la conquista y el dominio extranjeros,” explicaba Wolfgang Haak, director de equipo del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana con sede en Jena. Los datos demuestran que los egipcios actuales comparten aproximadamente un 8% más de genes a nivel nuclear con las poblaciones del África subsahariana que con los antiguos egipcios. “Este hecho sugiere que se produjo un aumento del flujo genético del África subsahariana en los últimos 1.500 años,” apunta Stephan Schiffels, director de equipo del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana con sede en Jena. Los posibles factores causales podrían ser el incremento de la movilidad a lo largo del río Nilo, el comercio a larga distancia entre Egipto y el África subsahariana y el comercio de esclavos trans-sahariano que se produjo aproximadamente desde hace 1.300 años.

Sarcófago de Tadja, Abusir el-Meleq. Fotografía: Sandra Steiss / Museo Egipcio de Berlín
Sarcófago de Tadja, Abusir el-Meleq.
El estudio rebate el escepticismo en relación con la posibilidad de recuperar antiguo ADN fiable de las momias egipcias. A pesar de los posibles problemas de degradación y contaminación provocadas por el clima y los métodos de momificación, los investigadores han sido capaces de emplear secuenciación de ADN de alto rendimiento y robustos métodos de autenticación para confirmar el origen antiguo de los datos y su fiabilidad. La investigación demuestra de este modo que las momias egipcias pueden constituir una fuente fiable de antiguo ADN y contribuir en gran medida a un conocimiento más preciso y exacto de la historia de la población de Egipto.







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Fuente: Material aportado por el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana. Nota: el contenido puede ser editado tanto en su estilo como en su longitud.   

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