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jueves, 22 de septiembre de 2016

Las mujeres en la vida de un faraón legendario: las consejeras secretas de Ramsés II

Portada - El joven Memnón, parte de una colosal estatua de Ramsés hallada en el Ramesseum y expuesta actualmente en el Museo Británico. (CC BY-SA 3.0)
Ramsés II está considerado uno de los más grandes faraones de Egipto. Independientemente de si ésta es una afirmación exagerada o no, su reinado pasó por fases muy diversas. Con la desaparición de dos de las mujeres más importantes de su vida –su querida esposa y su madre– algo cambió en su política.
Ramsés fue afortunado de criarse en la corte del disciplinado y exigente faraón Seti I, famoso por su autoridad y su apuesto rostro. Cuando murió Seti, Ramsés fue el que pasó a ocupar el trono egipcio del rey-dios.

Tuya: madre y guía

Tuya era hija de un oficial del ejército llamado Raia y una mujer conocida como Ruia, quien podría haber sido sacerdotisa. Aparte de su tumba en ruinas, QV80, construida en el Valle de las Reinas, Tuya aparece también en diversos monumentos y relieves. Siempre se la puede ver junto a su marido o su hijo, como un muro de apoyo para su colosal figura.
  • Tuya se convirtió en alumna de la reina Sitre, madre de Seti, y recibió la refinada educación de una joven princesa. Cuando Seti fue coronado faraón, Tuya ya se encontraba muy bien preparada para la nueva función que debía desempeñar. Su educación era impresionante. La joven reina había aprendido muchas cosas sobre idiomas, lectura, rituales, historia, religión, etiqueta y diplomacia. Tuya era la candidata perfecta para convertirse en la Gran Esposa Real del Faraón.
Estatua de Tuya, Museo Gregoriano Egipcio, Museos Vaticanos. (CC BY-SA 3.0)
Estatua de Tuya, Museo Gregoriano Egipcio, Museos Vaticanos. 
El faraón Seti y su esposa Tuya, padres de Ramsés II, prepararon a su hijo cuidadosamente para convertirle en un gran y poderoso faraón. Y lo lograron, ya que su hijo fue uno de los más legendarios reyes de Egipto. Cuando murió su esposo Seti, Tuya continuó cuidando de su hijo y guiando sus pasos.
El número de las hazañas de Ramsés es notable, así como el número de templos monumentales que mandó construir durante su reinado. Sin embargo, resulta muy fácil comprobar cómo su madre Tuya influyó en sus decisiones. La batalla más famosa en la que combatió Ramsés tuvo lugar en el quinto año de su reinado. La batalla de Kadesh fue legendaria por las acciones en que tomó parte Ramsés. Con el paso de los años, Ramsés se convirtió en el rey más capaz de su época.
Cuando murió Tuya en el 22º año del reinado de Ramsés, algo cambió en su política. Hasta entonces había sido una versión mejorada y más poderosa de su padre, pero con el tiempo se centró más en la situación del interior de su país. Algunos investigadores afirman que quizás se cansó de las intensas incursiones, guerras y conquistas de nuevas tierras. Sin embargo, también es posible que la muerte de su madre, y poco después la de otra importante mujer de su vida, cambiaran a este famoso faraón egipcio.
El gran Sesostris (Ramsés II) en la batalla de Kadesh (Public Domain)
El gran Sesostris (Ramsés II) en la batalla de Kadesh 

Nefertari: amante e inspiradora

Nefertari y Ramsés se conocieron siendo muy jóvenes. Relieves e inscripciones del palacio real describen su singular historia de amor. Nefertari estaba emparentada con la dinastía de Amarna, y probablemente también con la familia de Nefertiti. Ramsés debió ser un hombre muy valiente y estar muy enamorado para casarse con una princesa emparentada con la rebelde familia del hereje Akhenatón. Se suponía que la dinastía de Amarna debía ser olvidada para siempre, y de hecho los sacerdotes de Amón llevaron a cabo una agresiva campaña para destruir todas las imágenes de Akhenatón y su familia.

Ramsés fue feliz con Nefertari, y su corazón se hizo pedazos cuando ella murió, muy poco después del fallecimiento de su madre, Tuya. Ramsés dio orden de que se añadiera una importante y emotiva inscripción a la tumba de su esposa, inscripción en la que Nefertari habla a la gran diosa:
“[…] Desciende, madre Nut, extiéndete por mi cuerpo para poder llevarme hasta las estrellas eternas que viven en ti y yo no muera […]”. Responde la diosa en la inscripción: “[…] Me extiendo por el cuerpo de mi hija. Osiris, Gran Esposa Real, señora de las Dos Tierras, Nefertari, amada de Mut, justificada en el verdadero nombre de Nut, el mismísimo Ra te ha purificado. Tu madre Nut se complacerá en llevarte hasta el horizonte, estás justificada ante el gran dios.” (traducción de Anna Maria Donadoni Roveri).
Pintura mural de una tumba en la que la reina Nefertari aparece representada como esposa real del faraón Ramsés II. (Public Domain)
Pintura mural de una tumba en la que la reina Nefertari aparece representada como esposa real del faraón Ramsés II. 

Después de Nefertari

Nefertari murió hacia el 25º año del reinado de Ramsés. La mujer que la sustituyó fue Isetnofret, aunque al parecer el faraón no consiguió reconstruir por completo su corazón con esta relación. Esto no significa, sin embargo, que se convirtiera en un hombre solitario: además de la compañía de su esposa Isetnofret, Ramsés tenía a su disposición un gran harén de amantes. En comparación con otros faraones, a Ramsés le gustaba visitar el harén a menudo. Como resultado de estas visitas, tuvo más de doscientos hijos.  
La familia de Ramsés II (parte de ella) en la Estela de Asuán. Arriba: el faraón, Isetnofret y el príncipe Khaemwaset ante Khnum. Abajo: a izquierda y derecha, príncipes Ramsés y Merneptah, en el centro, Reina Princesa Bint-Anath. (Public Domain)
La familia de Ramsés II (parte de ella) en la Estela de Asuán. Arriba: el faraón, Isetnofret y el príncipe Khaemwaset ante Khnum. Abajo: a izquierda y derecha, príncipes Ramsés y Merneptah, en el centro, Reina Princesa Bint-Anath.
Es fácil deducir que, tras las muertes de Tuya y Nefertari, Ramsés siguió siendo un importante faraón: pero su reinado a partir de entonces fue menos sorprendente, brillante, innovador y rico en objetivos ambiciosos de lo que había sido hasta la fecha. Ramsés II era aún un poderoso faraón, pero ya sin la energía que le aportaban aquellas dos mujeres que tan importantes habían sido en su vida.
Momia de Ramsés II. (CC BY-SA 3.0)
Momia de Ramsés II.
Ramsés II tuvo muchos hijos y esposas. Murió cuando tenía más de 90 años de edad, y su último hijo nació después de su muerte. Sin embargo, había perdido algo que ya no pudo recuperar: le faltaban aquellas dos inspiradoras mujeres que eran además sus mejores amigas y consejeras. Ramsés perdió su creatividad, la frescura de sus ideas y su aguda forma de pensar. En opinión de algunos investigadores este análisis es un error de interpretación, y habría muchas otras razones que justificarían esta decadencia. Aunque también es posible que el faraón recibiera su inspiración de aquellas dos mujeres a las que tanto amó en su vida… y que no volviera a ser el mismo tras su muerte.








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