La palabra ‘Tarot’ se asocia habitualmente con el ocultismo y la adivinación. Pero lo que probablemente sea menos conocido es que las cartas del Tarot se empezaron a usar con esa intención hace relativamente poco tiempo. Antes del siglo XVIII, no consta registro alguno de que las cartas de Tarot se emplearan con fines mágicos o adivinatorios. De hecho, estas cartas se utilizaban originalmente para jugar. Por esta razón, cuando hablamos de ‘los orígenes del Tarot’, cabe considerar esta cuestión desde dos ángulos: las cartas de Tarot como juego y las cartas de Tarot como método de adivinación. Este artículo se va a centrar principalmente en el primer aspecto.
Los orígenes del Tarot
El Tarot es conocido por muchos otros nombres similares, entre ellos Tarock, Tarokk, Taroky, Taroc, Tarok, y Tarocchi. Se desconoce el origen de esta palabra, aunque se especula con la posibilidad de que derive de la palabra árabe taraha, que significa “rechazar, apartar.”
Esta conexión árabe se observa en la argumentación de que las cartas de Tarot eran utilizadas originalmente como un juego por los mamelucos (que se hicieron famosos principalmente como dinastía de gobernantes de Egipto en la época medieval), y que se extendieron a continuación por Europa Occidental. Algunos han llegado a afirmar incluso que el Tarot fue inventado mucho más lejos, en China, y que los mamelucos adoptaron de los chinos estas cartas.
Carta impresa china datada en torno al año 1400, dinastía Ming, hallada cerca de Turpán. Mide 9,5 por 3,5 centímetros.
Según otra versión bastante común, la baraja del Tarot fue creada en el norte de Italia durante el siglo XV. Cabe destacar, por ejemplo, que en una carta enviada en 1440 por el Duque de Milán se puede leer una petición de varios mazos de naipes de ‘triunfos’ (diferentes de las barajas ‘normales’ utilizadas para jugar).
Desde Italia, el Tarot se extendió a otros países europeos, como Dinamarca, Hungría, Francia, Alemania y Austria, en los que aún a día de hoy se juega con este tipo de cartas. Al difundirse el Tarot por Europa, surgieron muchas variantes regionales. Algunos mazos, por ejemplo, tenían 62 cartas, mientras que otros llegaban a las 78. También había barajas que tenían hasta 97 o 98 cartas. Por otro lado, las ilustraciones que aparecían en estas cartas diferían de una región a otra.
A esta carta del Tarot se la denomina por lo general ‘El Mago’ en la actualidad.
No obstante, hay varios elementos comunes que se pueden encontrar en la mayoría de barajas del Tarot. En primer lugar, al igual que la baraja de 52 cartas con la que la mayoría de la gente está familiarizada hoy en día, todo mazo de Tarot cuenta con los cuatro palos habituales. Los dos conjuntos de palos más conocidos son el francés (diamantes, corazones, picas y tréboles) y el español o italiano (oros, copas, espadas y bastos).
El siguiente elemento común a las diferentes barajas de Tarot es un conjunto de 21 cartas especiales conocidas como ‘Triunfos’. El Tarot es uno de los juegos de cartas más antiguos en el que se introdujo el concepto de los triunfos. En la baraja francesa, las imágenes de sus cartas de triunfo pueden describirse como “escenas arbitrarias de personas trabajando y jugando, animales tanto reales como mitológicos y paisajes típicos de la región.”
Simbolismo de las cartas
En cuanto a los mazos italianos, las imágenes de sus triunfos suelen variar de una baraja a otra. No obstante, incluyen figuras tan familiares como el Papa, el Mago, el Emperador, los Enamorados y la Muerte. Para quienes utilizan las cartas de Tarot como método adivinatorio, por lo general estos personajes tienen un significado simbólico.
Se ha sugerido también que más que haber sido diseñadas con una intención mística en mente, las figuras de estas cartas de triunfo estaban destinadas a reflejar “importantes aspectos del mundo real en el que vivían los jugadores.” Más aún, ya que estamos hablando del mundo cristiano de la época medieval, se dice también de estas cartas que poseen un “marcado simbolismo cristiano”.
El tercer elemento común entre las diferentes barajas de Tarot es otra carta especial denominada ‘El Loco’ o ‘comodín’. En la baraja francesa, esta figura se representa habitualmente como algún tipo de artista de entretenimiento, un arlequín o un músico por ejemplo. Aunque estas imágenes se asemejan al típico ‘joker’ de la baraja inglesa de 52 cartas, no existe una conexión histórica entre ellos.
Reproducción de dos cartas de la Baraja Pierpont-Morgan Bérgamo del Tarot Visconti-Sforza, c. 1420.
Los inicios del uso del Tarot como método de adivinación al parecer datan de 1781, y se atribuyen a un francés de nombre Antoine Court de Gébelin. Court de Gébelin creía entre otras cosas que las imágenes que aparecen en las cartas de Tarot (en especial las de la baraja italiana) tienen su origen en el antiguo Egipto, y que en ellas subyacen codificados conocimientos místicos. Desde entonces, la idea de que el Tarot puede utilizarse como método de adivinación ha continuado desarrollándose a lo largo de los siglos.
Estudiosos de todo el mundo insatisfechos con la idea de que las cartas del Tarot se emplearan originalmente como un simple juego, han conjeturado innumerables especulaciones referidas a sus supuestos orígenes místicos. Entre otras, algunos de ellos han afirmado que las cartas de Tarot fueron una “creación de los alquimistas del siglo XIII” que incluyen “imágenes alquímicas ocultas”, “textos sagrados hindúes”, “tradición hebrea”, “alegorías de los maestros sufíes” y “la sabiduría superviviente de la Orden de los Caballeros Templarios.”
‘Le Chariot’, (‘El Carro’) carta del Tarot de Nicolas Conver (1760).
Autor: Wu Mingren
Traducción: Rafa García
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