Los siete principios, o axiomas, como están descritos en el Kybalión son:
Mentalismo. El Todo es mente; el universo es mental.
Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: El Físico, El Mental y El Espiritual.
Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
Generación. La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.
Los Tres Iniciados
Los "tres iniciados" que escribieron El Kybalión decidieron permanecer en el anonimato. Esto ha generado muchas especulaciones sobre quién escribió realmente el libro. Hay varias escuelas de pensamiento que se atribuyen su autoría. La teoría más popular es que Paul Foster Case, Michael Whitty y William Walker Atkinson (también conocido como Yogi Ramacharaka, Swami Panchedasi, Magus Incognito, Theodore Sheldon y probablemente muchos otros pseudónimos conocidos y desconocidos) eran los "tres iniciados" que escribieron el libro. Esta teoría es a menudo expuesta por miembros de Builders of the Adytum, la Escuela de Misterios que fundó Case, aunque el grupo en sí no se hace eco públicamente de la misma; de hecho, parece que esta historia se originó en un grupo escindido de B.O.T.A., la Fraternidad de la Luz Oculta.
También apoya esta teoría el hecho de que Paul Foster Case era francmasón, y que la editorial del Kybalión, Yogi Publication Society, pusiera su dirección en el frontispicio del libro como 'Templo Masónico, Chicago, Illinois'. Sin embargo, mucha gente que presenta esto como una 'evidencia' de la autoría de Case, probablemente desconoce que el "Templo Masónico" de Chicago era en realidad el primer rascacielos de la ciudad, que alojaba docenas de tiendas y pequeños negocios sin ninguna afiliación masónica. El edificio fue nombrado por la logia masónica que financió gran parte de su construcción, y en realidad se encontraba en los pisos superiores.
Otros nombres que se barajan frecuentemente en relación con la autoría del Kybalión son Harriet Case (la esposa de Paul Foster Case en esa época), Ann Davies (quien sucediera a Paul Foster Case a la cabeza de B.O.T.A.), Mabel Collins (una destacada escritora teosófica) y Claude Brogdon (un famoso mago de teatro).
La teoría más probable es que el Kybalión fue obra de William Walker Atkinson, con o sin ayuda de terceros. Una de las primeras publicaciones de Atkinson pudo haber sido una serie titulada Las Enseñanzas Arcanas, que comparte algunas similitudes superficiales con el Kybalión: El Kybalión explora siete 'Principios Herméticos', mientras que Las Enseñanzas Arcanas explora siete 'Leyes Arcanas'; el Kybalión afirma ser una elucidación de un antiguo texto hermético inédito del mismo nombre, mientras que Las Enseñanzas Arcanas dicen explorar la sabiduría de un antiguo pergamino no publicado de aforismos ocultos; ambos libros describen tres 'Grandes Planos' de realidad que se subdividen cada uno en siete planos inferiores. Ambos libros describen tres de los planos inferiores como "llaves negras astrales", similarmente a las teclas negras de un piano, y habitados por espíritus elementales; y ambos libros describen con gran detalle el proceso de la 'alquimia mental', el uno casi en total consonancia con el otro. Hay muchas otras similitudes, que conducen de forma natural a la pregunta de si 'Las Enseñanzas Arcanas' podrían haber sido el "primer borrador" de Atkinson para el material que posteriormente se convertiría en el Kybalión.
EL KYBALION (de Hermes Trimegisto)
Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.
Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.
Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría.
Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par.
1. El TODO es Mente; el universo es mental.
2. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.
3. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
4. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
5. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
6. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
7. La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.
La mente así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental.
Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la realidad Substancial, la Verdad Fundamental.
Lo que constituye la Verdad fundamental, la Realidad substancial, está más allá de toda denominación, pero el sabio lo llama el TODO.
En su esencia, el TODO es incognoscible, Mas el dictamen de la razón debe ser recibido hospitalariamente, y tratado con respeto.
El universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO.
El TODO crea en su mente infinita, innumerables universos, los que existen durante eones de tiempo, y así y todo, para Él, la creación, desarrollo, decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea en un abrir y cerrar de ojos.
La mente infinita del TODO es la matriz del Kosmos.
En la Mente del Padre‑Madre, los hijos están en su hogar.
No hay nadie que no tenga padre y madre en el Universo.
El sabio a medias, reconociendo la irrealidad relativa del Universo, se imagina que puede desafiar sus leyes, ése no es más que un tonto vano y presuntuoso, que se estrellará contra las rocas y será aplastado por los elementos, en razón de su locura. El verdadero sabio conociendo la naturaleza del universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las inferiores, y por medio de la alquimia transmuta lo que no es deseable, en lo valioso y de esta manera triunfa. La maestría consiste, no en sueños anormales, visiones o imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas superiores contra las inferiores vibrando en los más elevados. La transmutación (no la negación presuntuosa), es el arma del Maestro.
Si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el TODO está en todas las cosas. El que comprende esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento.
Nada reposa; todo se mueve; todo vibra.
Todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades, son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Todo fluye y refluye, todo asciende y desciende; la oscilación pendular se manifiesta en todas las cosas; la medida del movimiento hacia la derecha es la misma que el de la oscilación a la izquierda; el Ritmo es la compensación.
Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con la ley. Azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero ninguno escapa a la ley.
El género está en todo, todo tiene su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos.
La posesión del conocimiento, si no va acompañada por una manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo que el enterrar metales preciosos: una cosa vana e inútil. El conocimiento, lo mismo que la fortuna, deben emplearse. La ley del uso es universal, y el que la viola sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales.
Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración.
Para destruir un grado de vibración no deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese a la atención en le polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata cambiando su polaridad.
La mente, así como los metales y los elementos, puede transmutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.
El ritmo puede neutralizarse mediante el arte de la polarización.
Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de Causalidad y uno puede emplear las leyes del plano superior para dominar a las del inferior.
El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que están por encima de él, pero en su propio plano y en las que están por debajo de él, rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo, forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Semejantemente al buen nadador, va de aquí para allá, según su propia voluntad, en vez de dejarse arrastrar como el madero que flota en la corriente. Sin embargo el nadador, el sabio y el ignorante, están todos sujetos a la ley. Aquél que esto comprenda va en el buen camino que conduce a la Maestría.
via:sabiens2
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