Como ya muchos han señalado, el amor es el tema por excelencia de todas las artes, y es un mar inagotable de posibilidades creativas. En estas líneas hacemos un recorrido histórico (sin orden temporal) de escritores que han ofrecido definiciones del asunto, la mayoría encontradas entre las páginas de sus obras más íntimas. La literatura, entre otras cosas, se encarga de darnos frases memorables que explican el mundo mejor de lo que a veces podemos explicárnoslo.
En Las sirenas de Titán, Kurt Vonnegut escribió: “Un propósito de la vida humana, no importa quién está controlándola, es amar a quienquiera que esté alrededor para amar”.
En sus cartas a Henry Miller, Anaïs Nin dijo: “Qué es el amor sino la aceptación del otro, lo que sea que el otro sea”.
En sus bitácoras y diarios, Susan Sontag registró: “Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor”.
En una entrevista, Bukowski dijo: “El amor es parecido a cuando ves una niebla en la mañana cuando despiertas antes de que salga el Sol. Es sólo un pequeño momento, y luego desaparece… El amor es una niebla que se incendia con la primera luz del día de la realidad”.
En Sueño de una noche de verano, aludiendo al “ojo de la mente”, Shakepeare escribió: “El amor no mira con los ojos, sino con la mente”.
En Los hermanos Karamazov, Dostoievski apuntó: “¿Qué es el infierno? Mantengo que es el sufrimiento de no ser capaz de amar”.
Antoine de Saint-Exupéry, autor de El principito, escribió en Vuelo nocturno: “El amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar hacia afuera en la misma dirección”.
Por su lado, y haciendo eco de lo que dijo Nin, Agatha Christie señaló: “[el amor] es un pensamiento curioso, pero es sólo cuando ves a alguien que se ve ridículo que te das cuenta de cuánto los quieres.
fuente/PIjamasurf
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