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lunes, 9 de febrero de 2015

El verdadero Tercer Secreto de Fátima

El título de este artículo puede causar asombro, ya que la mayoría conoce y da por auténtica la versión oficial, publicada por el Cardenal Angelo Sodano en junio del año 2000, en la que supuestamente se dio a conocer la revelación hecha por la Santísima Virgen María a los tres pastorcitos de Fátima, Portugal, en 1917. También se acepta que la "Hermana Lucía" validó ese texto al año siguiente y falleció en 2005. 

El verdadero Tercer Secreto de Fátima 

Sin embargo, existen suficientes pruebas de que la verdadera Hermana Lucía murió realmente el 31 de Mayo de 1949, fiesta de María Reina, y de que la fallecida en 2005 fue en realidad una impostora. También hay certeza de que existe una parte del Tercer Secreto que aún no se ha querido publicar oficialmente, si bien se ha dado a conocer ya de forma extraoficial y ofrecemos aquí una reflexión respecto a ella. 

Lucía Dos Santos ingresó al Carmelo de Santa Teresa de Coimbra en 1948, treinta y un años después de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, teniendo 41 años de edad. Anteriormente, había sido religiosa de las Hermanas Doroteas, en Pontevedra, España, en donde ingresó en 1921, a los 14 años de edad, y profesó en octubre de 1928. 

Desde que estuvo con las Hermanas Doroteas tenía una salud muy precaria, motivo por el que, en 1944, Mons. Da Silva le ordenó escribir el Tercer Secreto de Fátima, temiendo que con su muerte se perdiera la tercera parte de las revelaciones de Nuestra Señora. 

Después de ingresar al Carmelo de Porto, en Portugal, la salud de la Hermana Lucía continuó agravándose, y murió el 31 de mayo de 1949, al año y dos meses de haber ingresado. 

Cuando, 65 años después, murió la impostora "Lucía", el 13 de febrero de 2005, en el listado oficial de monjas fallecidas de los Carmelitas Descalzos pusieron a la Hermana "Lucía Dos Santos" en la casilla 265. Pero, por más de un año, apareció allí la fecha real de su fallecimiento, 31 de mayo de 1949, sin que nadie se diera cuenta. Hoy día aparece ya corregido (ver "Moniales Defunctae" de la Orden:
http://www.ocd.pcn.net/defunti/n_def9.htm 

Con todo, nótese que aún hoy aparece como fecha de su profesión el 3 de octubre de 1928, lo cual simplemente no pudo haber ocurrido, ya que Lucía entró a la Orden Carmelita hasta 1948. 

¿Porqué el obituario no reproduce el 31 de mayo de 1949 como la fecha de su profesión, como por mucho tiempo se manejó en las biografías oficiales? Por varias razones: la primera, porque la Regla carmelita establece que la profesión se hace hasta después de dos años de noviciado, mismos que Lucía no había cumplido y, la segunda, porque ese fue el día en que ella murió. 

El error, que por más de un año se mantuvo en el sitio de la Orden, llevó a que un lector preguntara ese extraño dato a los editores de Tradition in Action: (Ver tercera conversación titulada "Death Notice in Carmel Archives":
 

http://www.traditioninaction.org/Questions/E016_SrLucyRepercussions.htm 

Traducción al español: 

Pregunta: 

"No estoy a favor de las teorías de conspiración, pero a las bizarras fotos de la Hna. Lucía a las que se refiere Ms. Hovart añádase otro asunto bizarro: al mirar al sitio web de los Hermanos Carmelitas y ver los obituarios de monjas de 2005, dice que Sor Lucía murió el 31 de mayo de 1949. Esta lista ha estado allí por al menos un año sin que nadie la corrija, quizá ustedes me puedan explicar el porqué. Nuevamente: no creo en las teorías de la conspiración, pero las fotos son raras y esta fecha de fallecimiento me parece muy extraña. Solo quería hacer notar eso". 

Respuesta de los Editores: 

"El cuadro 265 enlista correctamente la fecha de nacimiento y de profesión: nació el 22 de marzo de 1907 en Fátima, e hizo sus primeros votos como Hermana Dorotea el 3 de octubre de 1928. Pero es difícil entender por qué el sitio oficial de documentos puso como la fecha de su fallecimiento el 31 de mayo de 1949. Tal vez porque ella realmente murió en aquella fecha, y otra persona, que falleció en 2005, haya tomado su lugar". 

Tan es cierta esa posterior corrección, que en el documento digitalizado aparece aún, en las fuentes originales, la fecha del 31 de mayo de 1949, como se puede observar en la parte baja derecha:
 

virgen 

Por otro lado, las clamorosas discrepancias entre la verdadera Lucía y la impostora "Lucía" son la que documentan sin lugar a dudas que se trata de dos personas totalmente distintas. Las diferencias existen al menos en tres elementos: faciales, de caligrafía, y contenido del mensaje. 

En las fotos de la verdadera Lucía I y la impostora "Lucía" II se destacan: 
Fatima 

Diversa forma de ojos: 
Pennsylvania 

Diversa forma de nariz, labios y mentón: 
Vicario
 

Diversa dentadura, boca, pómulos y mentón:Cardenal Sodano 

Impostora "Lucía" de joven: 
Cardenal Ottaviani 

Verdadera Lucía de joven: 
Cardenal Silvio Oddi 

La caligrafía también es distinta, como lo revela el estudio elaborado por el Speckin Forensic Laboratories, empresa internacional especializada en falsificación de documentos. Las dos Lucías escriben distinto la "h", la "N" mayúscula, el saludo personal, la "g" minúscula, y las "S, s" mayúscula y minúscula: 

http://www.tldm.org/news/lucys_writing.htm 

Por último cabe señalar que después de la segunda aparición, la Virgen María le había revelado a Lucía que sus primos, Francisco y Jacinta, morirían en breve, y que ella, Lucía, moriría "algún tiempo" después. Ese "algún tiempo" choca con la edad de 98 años que supuestamente tendría al morir en 2005: "Sim; a Jacinta e o Francisco levo-os en breve. Mas tu ficas cá mais algum tempo". 

Además, hay una prueba concluyente de que estamos ente una falsa "Lucía", y es que ésta apoyó la versión fraudulenta del 3er Secreto de Fátima operada por el Cardenal Sodano en el año 2000. Si se tratara de la auténtica Hermana Lucía no lo hubiera hecho, siendo ella la protagonista y principal conocedora del verdadero Secreto. 

Pero ¿quién creó a la falsa Hermana "Lucía" y por qué? 

Ante todo, es preciso exonerar al Papa Pio XII de este fraude. Él fue un gran creyente de las apariciones en Fátima, al punto que obedeció el mandato de la Virgen y consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María el 7 de julio de 1952, si bien no obedeció en hacerlo con los obispos de todo el mundo. 

No. Todos los indicios conducen a un personaje de alto nivel en El Vaticano, con gran poder para influir en los superiores del Carmelo pero a espaldas del Papa, y por motivos de una agenda política personal. 

De haberse difundido el hecho de la muerte de la Hermana Lucía en 1949, los católicos de todo el mundo habrían reclamado la publicación del Tercer Secreto, ya que la Virgen había pedido que éste se diera a conocer a la muerte de la Hermana Lucía, o en 1960, lo que sucediera primero. Igualmente, la feligresía habría pedido la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, cosa que Pio XII no había hecho aún. 

¿A quién en Roma le interesaba impedir ambas cosas, que se publicara el Secreto y se consagrara a Rusia? Principalmente a un personaje, al Sostituto de la Secretaría de Estado, Mons. Giovanni Battista Montini. 

En su libro "Undermining the Catholic Church", Mary Ball detalla que en 1944 tuvo lugar una reunión de alto nivel entre Montini y Palmiro Togliatti, líder del Partido Comunista Italiano que había vuelto de su exilio de 18 años en la Unión Soviética. En esa reunión, documenta, se pactó un acuerdo entre Democracia Cristiana, los socialistas y los comunistas, para obtener el control total de Italia en cualquier gobierno de la post-guerra, y también se esbozaron las condiciones para un acuerdo de acercamiento entre la Iglesia Católica y la Unión Soviética. Esa reunión, subraya Ball, se hizo sin el conocimiento de Pío XII, puesto que Montini se encargo hábilmente de ocultarle el asunto. En el libro "¿La Iglesia eclipsada?" se menciona que Montini y Togliatti eran amigos desde la infancia. Y afirma que no fue esa la única traición y engaño de Montini a Pío XII. 

Andreas Böhmler explica que la gota que colmó el vaso, y evidencia que se agotó la paciencia del Papa Pío XII, fue un desagradable incidente ocurrido en 1954, en el que se vio salir de El Vaticano a un hombre esposado que fue subido a un coche. Este hombre, despojado de su sotana por orden del Papa, no era otro que Mons. Alighiero Tondi, jesuita, secretario particular de Montini. Según trascendió, el secretario de Montini tenía acceso al Archivo Secreto Vaticano, y de allí obtenía los nombres de los sacerdotes que eran enviados detrás de la Cortina de Hierro. De ello le informaba a Togliatti, quien a su vez se lo transmitía a sus camaradas rusos quienes se encargaban de martirizar y asesinar a esos sacerdotes. En cuanto Pío XII tuvo conocimiento de estos gravísimos hechos, expulsó a Mons. Alighiero Tondi y lo sometió a juicio, en el que confesó ser agente de la KGB formado en Moscú e infiltrado en la Iglesia. Pio XII se quitó de encima a Montini enviándolo a Milán como Arzobispo, pero siempre le negó el birrete cardenalicio impidiendo así, al menos temporalmente, que pudiera ser considerado "papabile". Este gravísimo caso hizo enfermar a Pío XII. 

No solo al pro-comunista Montini, sino a varios modernistas y ecumenistas espantaba la posible publicación del Secreto a la muerte de la Hermana Lucía en 1949. El Hno. Michel de la Trinité en el Cap. VIII del Tomo III de su Corpus sobre Fátima, después citado por el P. Paul Kramer, dice que, además de Montini, existían otros opositores a la revelación del Secreto, entre los que destacaba el jesuita Edouard Dhanis: 

"El obstáculo estaba en Roma, y solamente en Roma. Era el clan de los partidarios de Dhanis, o más bien, el clan anti-Fátima, del cual Dhanis meramente había sido su portavoz. Monseñor Montini había sido trasladado, pero estaba su mano derecha, Monseñor Dell'Acqua, el nuevo sustituto de la Secretaría de Estado. El Padre Bea, confesor del Papa, aún estaba allí -él ya estaba secretamente enamorado del ecumenismo y listo para hacer todas las concesiones, especialmente en el área de la devoción mariana-. También permanecían el Padre Janssens, Superior General de los Jesuitas y Dhanis mismo, quien se había convertido en el experto cuasi-oficial de la Compañía -si no del Vaticano mismo- para todo lo concerniente a Fátima. 

La ofensiva más ingeniosa, la más tenaz, y ciertamente la más efectiva contra Fátima, fue conducida por el jesuita belga, Padre Edouard Dhanis, profesor de Teología en Lovaina de 1933 a 1949, quien enseñó luego en la Universidad Gregoriana de Roma, donde en 1963 fue nombrado Rector por Paulo VI. Con el paso del tiempo, él aparece hoy, a causa de su aparente objetividad y prudente moderación, como el más inflexible y terrible adversario de Fátima". 

Además, fue el propio Montini quien intervino para que la Hna. Lucía saliera de las Hermanas Doroteas de España y entrara al convento de clausura del Carmelo en Portugal. Montini se lo pidió personalmente al Obispo de Porto el 27 de agosto de 1947. 

Y es que a Tuy y Pontevedra acudían ya numerosos peregrinos y la Hna. Lucía estaba en el centro de la atención. Por ello urgía al grupo anti-Fátima trasladarla a la soledad, reclusión y silencio de Porto. 

En una carta que la Hna. Lucia escribió a su confesor, el P. José Aparicio Da Silva, el 11 de enero de 1946, le manifiesta su molestia por las maniobras que había para sacarla de Tuy-Pontevedra y trasladarla a Portugal. Comenta: "un padre de La Compañía de quien se sirvió el demonio, no sé qué cosas contó a la Madre Provincial". 

La impostora Hermana Lucía apareció por primera vez en público en 1957, a los ocho años de fallecida la verdadera Hermana Lucía. Fue en una entrevista con el P. Agustín Fuentes, con motivo de la causa de beatificación de Jacinta y Francisco. El Vaticano declaró que la entrevista había sido "fraudulenta", silenciaron al P. Fuentes regresándolo a México y lo alejaron de la causa de beatificación. 

Después, la impostora "Lucía" apareció en público en diversas ocasiones. En el año 2001, echaron mano de ella para que avalara como verdadero el texto del Tercer Secreto publicado por el Cardenal Angelo Sodano el año anterior. En realidad, esa publicación había sido un fraude mayor. 

El Cardenal Angelo Sodano solo dio a conocer la primera parte del Tercer Secreto, la visión que tuvieron los pastorcitos de Fátima, pero omitió la segunda parte, que son las palabras explicativas de la Virgen sobre esa visión. Los niños vieron, como bien dice el comunicado oficial, a un obispo vestido de blanco (que temían fuera el Papa) huyendo de una ciudad en ruinas, sobre los cadáveres de muchos sacerdotes y laicos, para posteriormente ser asesinado de forma violenta. 

Pero en vez de dar a conocer la explicación dada por la Virgen María a los niños, Sodano inventó una explicación falsa, afirmando que la visión se refiere al atentado que sufrió Juan Pablo II en la Plaza San Pedro en 1981. 

Eso es simplemente absurdo. Cuando el atentado de 1981, Roma no estaba en ruinas, el Papa Juan Pablo II no salió huyendo, no había cadáveres por las calles, y no fue asesinado posteriormente. Es decir, no hay absolutamente ninguna concordancia de ese hecho con la visión que tuvieron los niños. 

Por otro lado, si de verdad se refiriese a ese acontecimiento histórico, ¿por qué esperar veinte años para darlo a conocer? 

No. La visión que tuvieron los tres pastorcitos se refiere a una situación futura de la Iglesia que al día de hoy no ha tenido verificación. Además, cabe mencionar, la visión que tuvieron corresponde casi textualmente con la revelación que tuvo el Papa San Pío X en 1909: "He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una muerte cruel". Ese acontecimiento claramente no ha tenido aún verificación. 

El punto medular y delicado de la cuestión es que después de la visión que tuvieron los niños, la Virgen María les dio a conocer el significado de la visión, explicándoles claramente lo que sucederá con la Iglesia. Esas son las palabras que el Cardenal Angelo Sodano intencionalmente ocultó, dándole a la visión un significado diverso. 

En dos ocasiones, durante su visita a Fátima en mayo de 2010, el Papa Benedicto XVI corrigió las cosas y señaló que el contenido del Tercer Secreto de Fátima tiene un significado de futuro. 

No fue la primera vez que declaró algo parecido. En el año 2003, siendo aún cardenal, Joseph Ratzinger admitió públicamente, en una entrevista en el canal EWTN de la Madre Angélica, que la interpretación del Tercer Secreto podría ser diversa a la ofrecida en junio del año 2000, y también referirse a un acontecimiento futuro. Y algo más revelador aún: a Mons. Williamson, Ratzinger le confesó que el entonces Secretario de Estado lo obligó a aceptar la interpretación falsa: "Sodano me torció la mano" (ver Paronama Católico, Vol. 2, No. 14 (12/01/07). 

¿Por qué se facilitó el separar la visión de las palabras explicativas de la Virgen? La razón está en que la Hermana Lucía escribió la visión y las palabras explicativas de la Virgen en dos documentos diversos. 

El primer documento: 

Ella se enfermó gravemente en junio de 1943. Su superior, Monseñor Da Silva, temiendo que pudiera fallecer por la enfermedad, le ordenó, el 15 de septiembre, escribir el texto del Secreto. La Hermana le pidió la orden formalmente y por escrito. A partir de que la recibió, a la monja le atacó una extraña parálisis que ella consideró de tipo sobrenatural. Finalmente, el 2 de enero de 1944, la misma Virgen María se le apareció nuevamente confirmándole que esa era la Voluntad de Dios, y que le daría la fuerza y la luz necesarias para poder escribirlo, cosa que hizo al día siguiente. Sin embargo, por el decaimiento tan severo que tuvo, la Hermana Lucía sólo pudo escribir, en tres páginas de su diario, la visión, pero no las palabras de la Virgen que interpretan la visión. 

El segundo documento: 

No fue sino hasta seis días después que la Hermana Lucía volvió a tener fuerzas y finalmente escribió, en una hoja suelta, las palabras explicativas de la Virgen respecto a la visión. Este hecho sucedió el 9 de enero de 1944 en la Capilla del Convento de Tuy. 

Existen varios testimonios, si bien indirectos, que confirman la existencia de dos documentos diversos: el Cardenal Ottaviani; el Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan Pablo II; el Padre José Schweigl, enviado por el Papa Pío XII a visitar a Lucía en el Carmelo de Coimbra el 2 de septiembre de 1952; el Padre Agustín Fuentes, sacerdote mexicano postulador de las causas de beatificación de Francisco y Jacinta. Pero el más importante es el del Arzobispo Loris Capovilla, ex secretario particular del Papa Juan XXIII, quien pudo leer personalmente el segundo documento. 

Incluso se sabe en qué fechas, diversas también, llegaron ambos documentos a El Vaticano, en dónde se guardó cada uno de ellos por separado, y hasta en qué fecha los Papas los han leído. Toda esta historia se haya compendiada en diversas obras recientes: Andrea Tornielli (Il Segreto Svelato, Italia, 2000); la del vaticanista Marco Tossati (Il Segreto Non Svelato, Italia, 2002), la de Solideo Paolini (Fátima, non Disprezate le Profezie, Italia, 2005), la de Antonio Socci (Il Quarto Segreto di Fatima, Italia, 2006). 

En el segundo documento, que escribió la Hermana Lucía el 9 de enero de 1944, se encuentra descrito, con detalle, la verdadera explicación de la visión que tuvieron. 

Por cuanto a la entrevista del Cardenal Bertone con la impostora Hermana Lucía, para obligarla a afirmar que lo publicado por El Vaticano era el Tercer Secreto auténtico y completo, sin duda constituye la fuente más desacreditada. El relato que hace Bertone, de una entrevista que según él duró dos horas, consiste en tan solo 44 palabras en italiano (de lo que la impostora dijo en portugués), y de la que no hay ningún registro o grabación. 

Así dice el escritor y periodista Antonio Socci: "Tanto para acallar muchos rumores y leyendas, como para proteger al Vaticano de las acusaciones de manipulación, Bertone debería haber grabado, o a lo mejor también filmado, esos coloquios excepcionales para dejarlos a la posteridad. O al menos transcribir todo, preguntas y respuestas, para que la vidente pudiese al final firmarlos y evitar futuras y previsibles contestaciones. Pero increíblemente esos tres interrogatorios (mayo del 2000, noviembre del 2001 y diciembre de 2003), de al menos diez horas de duración, según el prelado, no fueron ni grabados, ni filmados, ni verbalizados. El prelado hoy nos explica que él "tomó notas". De modo que en los documentos oficiales de Fátima solo constan algunas pocas frases atribuidas a la monja, frases de credibilidad controvertida y para nada exhaustivas dado que las preguntas decisivas, las que eran adecuadas para aclarar todas las dudas, no las hizo, o al menos no son reproducidas por Bertone. Y lo que es peor, le atribuye hoy a la monja, que mientras tanto ya ha muerto y no puede desmentir nada, frases que no fueron reproducidas en el informe oficial del año 2000. 

Según Bertone, la monja con el texto del año 2000 enfrente, habría dicho "éste es el Tercer Secreto", "el único texto", y no he escrito ningún "otro". ¿Por qué una frase tan importante no fue reproducida por Bertone en la publicación oficial? ¿Y por qué no le preguntó el prelado a la vidente si escribió alguna vez la continuación de las misteriosas palabras de la Virgen dejadas en suspenso por el "etcétera" ("En Portugal el dogma de la fe se preservará siempre, etc." que han sido consideradas siempre por los expertos el comienzo del Tercer Secreto? Realmente extraño. Del mismo modo que la otra frase que ahora, y solo ahora, muerta la vidente, el prelado le atribuye, según lo cual Lucía, cuando supo del atentado al Papa de 1981, "pensó enseguida que se cumplió la profecía del Tercer Secreto". ¿Por qué una confirmación tan decisiva jamás se incluyó en el informe oficial? ¿Por qué en el dossier Vaticano, que publicó el texto de la visión, nadie, ni sor Lucía, ni los cardenales Sodano, Ratzinger y tampoco el propio Bertone, escribió explícitamente que el atentado de 1981 fue el cumplimiento del Tercer Secreto? ¿Y por qué dijo Ratzinger que tal interpretación solo fue una hipótesis y no hubieron "interpretaciones oficiales" de la Iglesia, mientras hoy Bertone pretende imponerla como versión oficial? ¿Y por qué sor Lucía, en su carta al pontífice, adjunta al dossier Vaticano y escrito en el 1982 (un año después del atentado), explicó que "no constatamos todavía la consumación final de esta profecía", pero "nos estamos encaminando poco a poco a grandes pasos"? ¿Por qué en aquella carta al pontífice Lucía no hace mención del atentado que se había verificado hacía muy poco tiempo, si justamente era el cumplimiento del Secreto? 

Hay quien ha sostenido que Bertone no grabó ni verbalizó los coloquios con la vidente porque se habrían puesto de manifiesto las presiones psicológicas ejercidas sobre la monja de clausura, para inducirla a avalar ciertas tesis. Lo he rememorado leyendo la página del libro de Bertone donde el cardenal recuerda que en algún punto la vidente "se irritó" y le dijo "¡no estoy confesándome!" ¿A qué pudo contestar Lucía con esas duras palabras? ¿Quizá alguien le recordó a la anciana monja de clausura el poder eclesiástico y le insinuó la posibilidad de que le negase la absolución? No se sabe, porque el prelado, que recuerda bien la respuesta, por el fastidio de la monja, dice haber retirado su pregunta". 

El contenido de las palabras explicativas de la Virgen, a la visión que tuvieron los niños de Fátima, y que El Vaticano ha ocultado hasta ahora es este en resumen: un grave cisma, un enfrentamiento entre dos Papas, y cómo la apostasía, la destrucción de la fe, vendrá desde el vértice mismo de la Iglesia. 

Así declaró el Cardenal Karol Wojtyla, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977: "Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esas palabras hacen eco a la versión diplomática del Tercer Secreto que, según el periódico alemán Neues Europa, el Papa Juan XXIII hizo circular a varios jefes de estado con movito de la crisis de los misiles: "Habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Satanás marchará en medio de ellos y en Roma habrá grandes cambios". 

Pero citemos otros testimonios: 

Cardenal Luigi Ciappi, 1995: "En el Tercer Secreto se dice que la pérdida de la fe, es decir la apostasía, saldrá de la cúpula de la Iglesia". 

Mons. Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII, 1938: "Estoy obsesionado por las confidencias de la Virgen a Lucía, la niña de Fátima. La obstinación de Nuestra Señora ante el peligro que amenaza a la Iglesia es una advertencia divina contra el suicidio que supondría la alteración de la fe en su liturgia, su teología y su alma. Escucho a mi alrededor a los innovadores que quieren desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la Iglesia, rechazar sus ornamentos, hacer que se arrepienta de su pasado histórico. Vendrá un día en que el mundo civilizado renegará de su Dios, en el que la Iglesia dudará como San Pedro dudó. Estará tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios, que su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía como tantas otras, y en las iglesias los cristianos buscarán en vano la lamparilla donde Dios los espera y como María Magdalena gritarán ante la tumba vacía: ¿Dónde le han puesto?" 

El Padre Joaquín Alonso, archivista de Fátima: "El Tercer Secreto habla de la crisis de fe dentro de la Iglesia y a graves diferencias de la alta jerarquía superior de la Iglesia". 

El Cardenal Silvio Oddi, en 1990: "La Virgen Bendita nos alertó en Fátima contra la apostasía en la Iglesia". 

La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: "Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo". 

Si esto es así, si ese es el contenido del segundo documento, entonces se explica el testimonio del Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan Pablo II cuando dijo: "El Tercer Secreto se refiere a que la pérdida de la fe en la Iglesia, es decir, a que la apostasía saldrá de la cúspide de la Iglesia". 

Y se explican también las palabras del Padre Paul Kramer, "El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada". 

Al Padre Stefano Gobbi, fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, la Virgen María le reveló en 1979: "Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viendo". 

Si el segundo documento pone en descubierto la trama que altos masones clérigos infiltrados en la Iglesia están fraguando desde la cúspide de la Iglesia, se explican también las palabras del Cardenal Ottaviani cuando dijo: "El Tercer Secreto tenía que ser enterrado en lo más oculto, en el lugar más profundo, oscuro e inaccesible de la Tierra". 

El segundo documento, es decir, la parte del Tercer Secreto que el intencionalmente ocultó en el año 2000, y que corresponde a las palabras explicativas de la Virgen respecto a la visión que tuvieron los niños en Fátima, fue fotografiado en 2010 en los departamentos pontificios y transmitido a Tradition in Action


articulo publicado en--http://www.taringa.net/post/info/17996983/El-verdadero-Tercer-Secreto-de-Fatima.html

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