Un “tophet” a las afueras de Cartago (o tofet de Salambó), un cementerio especial dedicado a la sepultura de recién nacidos, según Josephine Quinn. Interior de la única galería visitable, con estelas dedicadas a TNT (Tanit). Fotografía: © José Luis Santos Fernández.
Es difícil de creer, pero un nuevo estudio realizado por arqueólogos e historiadores de Inglaterra, Italia y Holanda, publicado recientemente en la revista Antiquity, afirma que existen grandes evidencias que probarían que los cartagineses sacrificaban a sus propios hijos.
Fotos: © José Luis Santos Fernández.
Esta afirmación no es propiamente nueva, fue hecha ya por los antiguos propagandistas griegos y romanos, quienes relataron que los cartagineses mataban a sus propios hijos durante la infancia y los enterraban con animales sacrificados e inscripciones rituales en cementerios especiales para agradecer los favores de dioses. Al parecer, se trataría de una verdadera práctica, aunque siempre se había interpretado como una propaganda negra y se había relegado a un segundo plano, por ser tan inusual y tan difícil de creer.
“Esto es algo que siempre fue descartado como propaganda negra, ya que en los tiempos modernos la gente tiene dificultades en creerlo”, señala Josephine Quinn, profesora de historia antigua en la Universidad de Oxford, responsable junto con otros investigadores internacionales de este nuevo estudio.
“Pero cuando se reúnen y cruzan todas las pruebas – arqueológicas, epigráficas y literarias – el resultado es abrumador: ellos mismos mataban a sus hijos, y a partir de las pruebas epigráficas concluimos que estos sacrificios se hacían no sólo como una ofrenda para futuros favores, sino como una forma de pago de una promesa que había sido escuchada por los dioses".
“Esta, sin embargo, no era una práctica común; debió haber sido llevada a cabo entre una élite, porque la cremación era entonces muy cara. Podría incluso haber sido vista y entendida como un acto filantrópico para el bien de toda la comunidad”, refiere Josephine Quinn al diario “The Guardian”.
Esta investigación se inició a partir de algunos materiales recogidos en los cementerios designados como “tophet”, conocidos a través de los relatos bíblicos como lugares de sacrificio, algunos de los cuales fueron excavados a principios del siglo XX en los alrededores de Cartago, Túnez y otros enclaves cartagineses de Sicilia y Cerdeña.
Las sepulturas estaban formadas por pequeños huesos cremados y cuidadosamente acondicionados en urnas que estaban enterradas bajo lápidas dando gracias a los dioses. Una de ellas tiene una escultura que ha sido interpretada como un sacerdote que lleva el cuerpo de un niño pequeño. Algunos arqueólogos e historiadores han visto estos hallazgos como una prueba de los antiguos relatos de sacrificios de niños, otros han defendido que estos sitios fueron utilizados para el enterramiento de criaturas que morían antes de nacer o poco después.
Estela dedicada a TNT (Tanit), con luna invertida y Signo de TNT (posible hipóstasis de Astarté en occidente). Las estelas marcaban el lugar de enterramiento de las urnas que contenían cenizas de bebés, neonatos, abortos o animales también recien nacidos). No está demostrado que fuesen sacrificios humanos, aunque existían, tanto en Cartago como en Roma, entre los Celtas, en Bretaña, Galia, Canáan, Israel, etc. Fotografía: © José Luis Santos Fernández.
“Las inscripciones son inequívocas. Si se analizan detenidamente encontramos la explicación para la frase” "los dioses han escuchado mi voz y me han bendecido”. "Es poco probable que tantos niños hayan muerto en el momento justo para constituir una ofrenda a los dioses. Además está también el hecho de que los animales encontrados en los sitios están enterrados exactamente de la misma manera, a veces en las mismas urnas y junto con los huesos de los niños”.
El historiador romano Diodoro Sículo y otros historiadores antiguos relataron el sacrificio de niños realizado por los cartagineses: “Había en su ciudad una estatua de bronce de Cronos inclinado hacia el suelo, con las manos extendidas y las palmas hacia arriba, de modo que cada uno de los niños cuando era colocado en ella [en la estatua], rodaba hacia abajo y caía en una especie de enorme hoyo lleno de fuego”.
Diodoro Sículo menciona también que algunos ciudadanos compraban los hijos de otras personas, los cuales eran criados especialmente para ser sacrificados cuando acontecía alguna desgracia, bien porque los ricos no tenían hijos bien porque no querían sacrificar a los de su propia prole.
El asunto ha sido discutido con entusiasmo durante años, llegando a menudo los científicos a conclusiones opuestas a partir de los mismos fragmentos de huesos. Por ejemplo, hace cuatro años, un grupo de científicos publicó un artículo diciendo que los restos incinerados de estos cementerios no indicaban el sacrificio de niños.
Ahora, el mismo asunto ha ocupado la investigación de Josephine Quinn, cuyas conclusiones se publican en la revista Antiquity, conclusiones que contradicen todos los artículos publicados anteriormente.
“La sensación de que un último tabú se rompe es muy fuerte. Fue impresionante el número de colegas que reaccionaban con horror cuando me preguntaban y les explicaba lo que estaba investigando”, señala Josephine Quinn.
*******************************************************************************
Fuentes antiguas (Artículo en Wikipedia)
Diodoro Sículo, a propósito del ataque de Cartago por Agatocles, tirano de Siracusa:
Ellos [los cartagineses] estimaron que Kronos también les era hóstil, por lo que quienes previamente habrían sacrificado a ese dios a los mejores de sus hijos, habían empezado a comprar en secreto niños que alimentaban para enviarlos después al sacrificio. Luego, se descubrió que algunos de los "[hijos]" sacrificados habían sido sustituidos. Teniendo en cuenta estas cosas y viendo al enemigo [el ejército de Agatocles] que acampaba fuera de las murallas, experimentaron un temor religioso ante la idea de haber arruinado los honores tradicional debidos a los dioses. Ardiendo de deseo por reparar sus errores, eligieron doscientos niños de los más queridos y los sacrificaron en nombre del Estado. Otros, que murmuraron contra él, se entregaron voluntariamente; no eran menos de trescientos. Tenían entre ellos [en Cartago] una estatua de bronce de Kronos, con las manos extendidas, las palmas en alto e inclinadas hacia el suelo, de forma que el niño que era colocado en ellas rodaba y caía en un foso lleno de fuego.
Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma, I, 38, 2:
Se dice que los antiguos sacrificaron a Cronos en Cartago tanto como duró la ciudad.
Porfirio de Tiro, De la abstinencia, II, 56, 1:
{{Los fenicios, en caso de grandes calamidades como las guerras, las epidemias o lassequía, sacrificaban a una víctima tomada de entre los seres que más apreciaban y que designaban por votación como víctima ofrecida a Cronos.}}
Plutarco, De la superstición, XIII:
Es en plena consciencia y conocimiento que los cartagineses ofrecían a sus hijos y quienes no los tenían los compraban de los pobres como a los corderos o aves, mientras que la madre estaba de pie sin lágrimas ni lamentos. Si ella se lamentaba o lloraba, perdería el precio de la venta y el niño no dejaba de ser sacrificado; sin embargo, todo el espacio delante de la estatua era llenado del sonido de las flautas y de los tambores a fin de que no se pudieran escuchar los gritos.
Tertuliano, Apologética, IX, 2-3:
Los niños eran sacrificados públicamente a Saturno, en África, hasta el proconsulado de Tiberio, quien hizo exponer a los propios sacerdotes de ese dios, atados vivos a los árboles de su templo, que cubrían los crímenes de su sombra: Juro por mi padre, quien, como soldado, ejecutó esta orden del procónsul. Pero, aún hoy en día, ese sacrificio criminal sigue en secreto.
fuente--http://terraeantiqvae.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.