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viernes, 8 de diciembre de 2023

Una mirada más cercana al dolmen de Menga (Málaga) muestra que fue una de las mayores hazañas de ingeniería del Neolítico

 

Dolmen de Menga (Málaga).

Un equipo de arqueólogos, geólogos e historiadores afiliados a varias instituciones de España ha comprobado que el dolmen de Menga (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde julio de 2016) representa una de las mayores hazañas de ingeniería del Neolítico. En su estudio, publicado en Scientific Reports, el grupo utilizó nueva tecnología para aprender más sobre la piedra que se utilizó para crear el antiguo cementerio y explorar cómo se habrían utilizado madera y cuerdas en su construcción.

El dolmen de Menga es un antiguo túmulo ubicado cerca de Antequera, Málaga, España. Data de hace aproximadamente 5.700 años y es una de las estructuras megalíticas más grandes conocidas construidas en Europa. Fue edificado en la cima de una colina con piedras de gran tamaño, la mayor de las cuales pesa más de 100 toneladas. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación examinó más de cerca la composición de las piedras utilizadas para erigr el túmulo, de dónde procedían y cómo fueron transportadas.

Modelo 3D de Menga dibujado con AutoCAD mostrando las biofacies (microfacies) presentes en las piedras. Se ha añadido el cuarto pilar, actualmente desaparecido, y se han eliminado los remates C-2, C-3, C-4 y C-5 para mostrar el interior del monumento (Lozano Rodríguez et al.). (a  Pilar P-3 con ejemplos de biofacies (a1 – a3 observado en una muestra manual). (b) Ortostato O-15 con ejemplos de biofacies (b1 – b4 observados petrográficamente) y muestra en mano (b5). (c) Ortostato O-8 con ejemplos observados petrográficamente (polares cruzados) (c1c2). (d) Ortostato O-5 con ejemplos observados a través del microscopio petrográfico (d1d2). El símbolo en forma de estrella indica el lugar donde se realizó un tramo para el estudio petrográfico. Qtz: Cuarzo (designaciones según Kretz).

Para conocer más sobre la composición de las piedras, el equipo de investigación utilizó técnicas de análisis petrográfico y estratigráfico, que mostraron que las piedras eran en su mayoría calcarenitas, un tipo de roca sedimentaria detrítica procedente del Cerro de la Cruz. En la época moderna se las conoce como piedras blandas sedimentarias debido a su fragilidad (asociadas con paleoambientes de plataformas y cañones submarinos). Según los investigadores, un tipo de roca tan blanda habría sido difícil de transportar sin causar daños, un hallazgo que sugiere un cierto nivel de sofisticación en ingeniería.

Diseño esquemático de Menga mostrando la distribución de facies en las piedras. (a) Sin las piedras angulares. (b) Con las piedras de remate (P: Pilar; C: Piedra de remate; O: Ortostato) (Modificado de Lozano Rodríguez, et al.).

Mover y colocar piedras tan grandes, afirman, habría implicado, pues, una planificación y una ingeniería de gran alcance y participación de mano de obra, particularmente para la piedra angular, que, como su nombre indica, se colocó en la parte superior de la cámara para que sirviera de techo. Los investigadores dicen que pesa aproximadamente 150 toneladas. Señalan que colocar rocas tan grandes habría implicado el uso de andamios y cuerdas, y transportarlas habría requerido caminos nivelados. En general las grandes piedras de Menga fueron llevadas continuamente cuesta abajo, a través de una suave pendiente promedio de 22° durante una distancia de aproximadamente 1 km. La ubicación cercana y las fracturas naturales presentes en las canteras habrían facilitado la extracción y el transporte de las mismas.

De estos resultados se puede inferir que la carpintería asociada al proceso constructivo también debió demandar el uso de grandes cantidades de madera. Teniendo en cuenta la construcción de la rampa y el tamaño, así como el número de piedras grandes (más de 30) y su fragilidad, la construcción del dolmen de Menga representa un logro único del estado de la ingeniería megalítica en la Iberia prehistórica y posiblemente en Europa. La piedra Menga C-5 que sirve de techumbre enfatiza -como se menciona más arriba- la magnitud de este logro, ya que es la piedra blanda de mayor tamaño utilizada en un monumento megalítico compuesto que requirió de un alto nivel de competencia técnica.

(a) Representación artística de las actividades canteras para la extracción de la piedra angular C-5 en la Cantera #2 Cerro de la Cruz. Dibujo: Moisés Bellilty bajo la dirección de José Antonio Lozano Rodríguez y Leonardo García Sanjuán. (b) Aspecto del espesor y forma del remate C-5, el soporte de parte del ortostato O-10 y la estructura tumular. Excavación de la Universidad de Málaga. Ferrer-Marqués, 1984. Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera. (c) Morfología convexa de la parte superior de la piedra angular C-5 y el espesor de la estructura tumular. Excavación de la Universidad de Málaga.                                                                                                                                                                     

Los autores del estudio concluyen que la ubicación de las canteras y las características geológicas fueron un factor crítico adicional para el emplazamiento del dolmen de Menga. El uso de piedras blandas como las calcarenitas mencionadas permitió a las comunidades del Neolítico tardío trabajar tales piedras gigantes, lo cual muestra un profundo conocimiento de las propiedades geotécnicas y geológicas de las  piedras utilizadas, así como de la calidad del terreno elegido como cimentación. Se evitaron margas, arcillas y litologías no consolidadas para el movimiento de las piedras y la colocación del monumento.  Se seleccionó cuidadosamente el sustrato, se utilizaron pilares y se evitaron infiltraciones de agua, entre otros apectos, a fin de evitar el deterioro de las piedras blandas y asegurar la estabilidad del dolmen.  Para ello se contsruyó el túmulo del modo más impermeable posible al colocar piedras de los bordes de la cámara funeraria de forma entrelazada y así canalizar las filtraciones de agua como medio para prevenir la erosión.

El equipo de investigación también afirma que el cementerio fue construido de tal manera que apuntara en la dirección deseada. Su posición se alinea con las montañas cercanas de una manera que crea complejos patrones de luz dentro de la cámara. 







Fuente: phys.org 

Publicado por Guillermo Caso de los Cobos 

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