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viernes, 8 de febrero de 2019

Los íberos decoraban el marfil con estaño y ámbar



(Arriba, anverso y reverso): Mango de La Serreta (Alcoy). (Abajo, anverso y reverso): Mango del Cerro del Montgrós (El Brull). Ambos conservan el ámbar y se pueden apreciar las incrustaciones (fotos: E. Collado).
El análisis con fluorescencia de rayos X de cinco mangos de cuchillo de marfil ibéricos procedentes de dos yacimientos murcianos, uno valenciano y otro catalán, ha puesto de manifiesto que en su decoración también se usaban materiales de valor como el estaño y el ámbar. Según Consuelo Mata, profesora del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia (UV), (España), y directora de la investigación, es la primera vez que en el Mediterráneo occidental se descubre el uso de estos materiales valiosos en un objeto.

La profesora destaca el elevado nivel técnico de la artesanía en cuanto al diseño de las decoraciones de los mangos. A pesar de que, inicialmente, el equipo investigador pensó que las incrustaciones estaban hechas con algún tipo de piedra, el análisis con rayos X e infrarrojos detectó la presencia de estaño y ámbar en estos mangos de hace 2.400 años. La primera técnica usada, la fluorescencia de rayos X, es una técnica no destructiva que consiste en proyectar estos rayos sobre el material que se quiere analizar. Con los infrarrojos se detectó la presencia de ámbar y con RX se detectó el estaño. En este caso, los dispositivos han sido portátiles (PXRF), lo que ha permitido no mover o desplazar las muestras.

Según indica Mata, “Hasta el momento, en el mundo íbero y en general en el área del Mediterráneo occidental se desconocía el uso de tres materiales con tanto valor en un único objeto”. Los mangos estaban decorados con ámbar adherido con estaño. En palabras de la experta, el estaño actuaría como una especie de Super Glue.

Este trabajo se enmarca dentro de un proyecto pionero en la exploración de objetos de la cultura material del pueblo íbero, formados por materias duros de origen animal como huesos, coquillas, cuernos o marfil. La profesora Consuelo Mata, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia lidera el estudio.

 De izquierda a derecha: Lucía Soria, Consuelo Mata, Agustín Pastor, Gianni Gallello y Marta Blasco (foto: equipo de investigación).
 La investigación, publicada en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, ha sido realizada conjuntamente por Gianni Gallello, coordinador de la unidad de investigación multidisciplinaria ArchaeChemisAgustín Pastor, del Departamento de Química Analítica de la UV; Marta Blasco y Eva Collado, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV; y Lucía Soria, del Departamento de Historia y Área de Prehistoria de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Marta Blasco señala que, posiblemente, los objetos pertenecieron a las élites de la cultura ibérica y que tal vez el ámbar fue empleado por su valor y su belleza. “Para adherirlo al marfil, se empleó estaño fundido, que actuó como adhesivo y que, además, resaltaría el color del ámbar. Desgraciadamente, por el estado de conservación de los mangos en la actualidad, estos aspectos no se pueden apreciar en todo su esplendor.”

A raíz de este descubrimiento, surgen una serie de interrogantes que hay que resolver, como conocer el modo de circulación de las materias primas y su procedencia, averiguar si las piezas fueron importaciones mediterráneas o si, por el contrario, los artesanos íberos fabricaron las obras de artesanía. En cuanto al marfil, Lucía Soria, reconocida especialista en cultura material ibérica precisa que “es una materia prima exótica que proviene de fuera de la Península”.
Mapa: El ámbar era tan apreciado por los pueblos prehistóricos en toda Europa que se establecieron vastas rutas comerciales hacia el año 4.000 a.C. 


Respecto del ámbar, Soria indica que no se ha podido matizar su procedencia exacta, pero que se tiene constancia de la existencia de yacimientos de este material localizados en diferentes puntos europeos y de la península. El estaño, por su parte, es una materia prima habitual en el ámbito del pueblo íbero. “En cualquier caso, debemos destacar la presencia conjunta de estas tres materias primas en una misma pieza que, según podemos afirmar, no estaría al alcance de cualquiera”.

Así las cosas, Soria enfatiza la importancia de este descubrimiento en relación a los estudios de la cultura material ibérica, ya que evidencia su papel en el intercambio de materiales de valor, el nivel de desarrollo de la artesanía, su poder adquisitivo y, por supuesto, el gusto artístico de las élites íberas.

Este proyecto de investigación, pionero en el estudio de objetos realizados en materias duras de origen animal en la Península Ibérica, ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y por la Generalitat Valenciana.







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