Un grupo de investigadores estudió la superficie de Dione, satélite potencialmente habitado de Saturno. En las fotos del cuerpo celeste se pudieron distinguir unas extrañas líneas rectas, cuyo origen todavía no se conoce con certeza.
Dione, uno de los satélites más grandes del planeta anillado, fue descubierto en 1684 por Giovanni Cassini. Esta luna consiste en mayor medida de hielo, aunque parece tener un núcleo rocoso, rodeado por un océano donde potencialmente podría proliferar la vida.
Por situarse muy cerca de Saturno, Dione no tiene atmósfera propia. Sin embargo, a veces aparece aire enrarecido cerca de su superficie. Su presencia de debe a las partículas de alta energía, con las que Saturno «bombardea» sus satélites y que pueden llevar agua y otras sustancias volátiles.
Ahora, un estudio de las imágenes obtenidas por la sonda Cassini a lo largo de 13 años, llevado a cabo por los científicos Emily Martin y Alex Patthoff, ha revelado algo intrigante sobre la superficie de esta luna saturniana: unas extrañas y brillantes líneas cerca del ecuador que se dividen en grupos según su orientación.
Estas líneas o rayas de Dione son generalmente largas (10 a 100 kilómetros), estrechas (menos de 5 kilómetros) y más brillantes que los terrenos circundantes. Las franjas son paralelas, parecen superponerse a otras características y no se ven afectadas por la topografía, lo que sugiere que se encuentran entre las superficies más jóvenes de esta luna.
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