Conocida como El Hombre de Marte, esta pintura fue descubierta por el arqueólogo Guergui Chatski, en la región de las cuevas de Fergana en Uzbekistán, junto a gran cantidad de otras pinturas rupestres que corresponderían al período Neolítico.
Sobre las Montañas: Un extraño objeto, que se encuentra suspendido sobre una columna de humo.
En el Suelo: Un extraño ser, con un casco dotado de antenas, extendiendo su mano derecha, mientras que la otra permanece a la altura del vientre o cinturón.
Es significativa también la presencia en el cielo de tres cuerpos celestes, el Sol, la Luna y otro que no se puede identificar, todos ellos situados sobre las montañas.
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