Como es el caso con todo el uranio natural, el material en estudio contenía tres isotopos— es decir, tres formas con diferentes masas atómicas: uranio 238, la variedad más abundante; uranio 234, el más raro; y el uranio 235, el isótopo que es codiciado porque puede mantener una reacción nuclear en cadena. En otras partes de la corteza terrestre, en la Luna e incluso en los meteoritos, los átomos de uranio 235 conforman solo el 0,720 por ciento del total. Pero en estas muestras, que venían del depósito de Oklo en Gabón (una ex colonia francesa en el África Occidental ecuatorial), el uranio 235 constituía sólo el 0,717 por ciento.
Esa pequeña diferencia fue suficiente para alertar a los científicos franceses que algo extraño había sucedido. Análisis posteriores mostraron que el mineral de al menos una parte de la mina estaba muy por debajo de la cantidad normal de uranio 235: unos 200 kilogramos parecían haber sido extraídos – suficiente como para hacer media docena de bombas nucleares.
Científicos de todo el mundo se reunieron en Gabón para explorar este fenómeno. Ellos encontraron que el sitio donde se encontró el uranio es un reactor nuclear subterráneo muy técnico más allá de las capacidades de nuestro conocimiento científico actual. Este reactor nuclear surgió hace 1,8 mil millones años y estuvo en funcionamiento durante unos 500.000 años.
Los científicos investigaron la mina de uranio y los resultados se hicieron público en una conferencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Los científicos encontraron restos de productos de la fisión y desechos de combustible en varios lugares dentro del área de la mina.
En comparación con este enorme reactor nuclear, nuestros reactores nucleares actuales son mucho menos impresionante, meros aparatos primitivos. Los estudios indican que el reactor nuclear de la mina de uranio era de varios kilómetros de longitud. Sin embargo, para un gran reactor nuclear de esta índole, el impacto térmico con su entorno se limitaba a solo 40 metros (unos 131 pies) en todos los lados. Aún más asombroso, los residuos radioactivos aún no han migrado fuera del sitio de la mina. Se mantienen en su lugar por la geología de la zona.
Es necesario comprender que, lo que era tan increíble para todos, era que una reacción nuclear se había producido tal que el plutonio (un subproducto) fue creado y que la propia reacción nuclear se había “moderado”, lo que ha sido por un largo tiempo el “santo grial” de la ciencia atómica.
La habilidad para moderar la reacción significa que una vez se ha inició una reacción, uno era capaz de aprovechar la potencia de salida de una manera controlada, incluyendo el tener la habilidad para evitar la explosión y la liberación de toda la energía de una solo vez.
Imagen: conspiracionenlared
via- sabiens2
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