Un equipo de investigación, dirigido por los arqueólogos Susana de Luis Mariño y Alfonso Fanjul Peraza, ha excavado el pasado año restos humanos de cuatro individuos -de los que se cuenta con dataciones de tres de ellos- y otros restos de cultura material pertenecientes a la Edad del Hierro en la sima de La Cerrosa-Lagaña, una cueva situada en el pueblo de Suarías, perteneciente al concejo asturiano de Peñamellera Baja.
Del individuo 1 se conserva una calota y fragmentos del maxilar superior, así como la rama izquierda del maxilar inferior, que conserva el cóndilo mandibular, y fragmentos de una vértebra cervical. Se estima que los restos pertenecen a un sujeto que probablemente era femenino, de unos 20-25 años de edad en el momento de su fallecimiento. Su datación por C-14 ha otorgado una fecha de la Primera Edad del Hierro (siglo VI- V a.C.).
Foto: Restos de dos cráneos humanos entre los bloques de piedra de la cavidad.
El hallazgo podría significar un avance importante en el conocimiento de los ritos funerarios de la Edad del Hierro en nuestro país. "Existen muy pocos restos humanos de la Edad del Hierro en todo el Cantábrico", explica Susana de Luis, directora de esta investigación y conservadora del Museo Arqueológico Nacional. "Hasta ahora tenemos escasa información de qué hacían los cántabros con los muertos porque, así como en el resto de la Península conocemos las necrópolis de incineración, en el área atlántica no contamos con ellas", añade.
Vainas de puñal de filos curvos. A) Fotografía y dibujo del localizado en la sima de La Cerrosa-La-gaña (fotografías: A. Sánchez Pozo. Dibujo: M. L. Serna) Otros ejemplos similares son: B) LC/2020/16 clavo-pasador C) Procedente de Eras del Bosque (Palencia) y conservado en la Hispanic Society (fotografías y dibujo cedidas por la Hispanic Society of America) D) De procedencia desconocida y conservado en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum (Mainz) (Fotografía: V. Iserhardt
Según la arqueóloga, encontrar restos humanos sin incinerar como estos "evidencia unas prácticas rituales casi desconocidas hoy en día", además de que "el análisis de los huesos nos permitirá obtener una información muy valiosa para saber de dónde procedían o cuál era su dieta".
Las armas y armaduras coinciden con el tipo de piezas que se suelen encontrar en las necrópolis de la Meseta, "motivo por el cual nos planteamos que puede tratarse de un enterramiento de un miembro importante de la sociedad, aunque no descartamos el caso del asesinato de un enemigo y ocultación del cuerpo o el de un sacrificio humano", argumenta.
Placas caladas en bronce. A) Localizadas en la sima de La Cerrosa- Lagaña A1: LC/2020/2 A2: LC/2020/22 A3: LC/2020/29 A4: LC/2020/11 A5: LC/2020/34 A6: LC/2020/38 A7: LC/2020/8 (Fotogra-fía: A. Sánchez Pozo. Dibujos: M. L. Serna). Otros ejemplos similares: B) Procedentes de los campamentos de Numancia y conser-vados en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum (Maguncia, Alemania) C) Procedente del castro de Las Rabas (Cervatos, Cantabria) (Dibujo: R. Bolado)
Historia del hallazgo y del territorio
Susana de Luis es especialista en el uso de las cuevas en la Edad del Hierro en este territorio. Por eso el arqueólogo Alfonso Fanjul y el especialista en dibujo arqueológico, Mariano Luis Serna, contactaron con ella cuando descubrieron el yacimiento practicando espeleología en 2016.
Foto: Mariano Luis Serna, en el Museo Arqueológico de Asturias, muestra una punta de lanza encontrada en la cueva de Suarías, en Peñamellera Baja (Asturias). A su lado, Alfonso Fanjul.
Tal como relata Luis Serna: "La distribución de los pueblos prerromanos no tiene que ver con las regiones actuales. Asturia [en singular] era casi todo León y parte de Zamora, y la Cantabria antigua llegaba desde el río Sella hasta por lo menos hasta el río Agüera, y por el sur, la montaña leonesa, la palentina y gran parte de la montaña de Burgos". Es decir que el actual territorio asturiano del Concejo de Peñamellera Baja era parte de Cantabria y, según los geógrafos grecolatinos, el pueblo que vivía en la zona en la Edad del Hierro eran los Orgenomescos.
Fíbulas omega A) Localizada en la sima de La Cerrosa-Lagaña (fotografía: A. Sánchez Pozo. Dibujo: M. L. Serna). Otros ejemplos: B) Procedente de la colección Soto Cortés y conservada en el Museo Arqueológico de Asturias (fotografía: A Villa Valdés) C) Procedente del campamento de Cuaña Carraceo (Asturias) (Martín y Camino, 2018: Fig 12) D) Procedente de La Campa Torres (Gijón, Asturias) (Archivo fotográ-fico. Museos Arqueológicos de Gijón. FMCE y UP del Ayuntamiento de Gijón/Xixón. Fotografía de M. Herrero).
Serna explica que la principal fuente de información sobre estos pueblos es el geógrafo e historiador griego/romano llamado Estrabón (63 a. C.- 23 d. C.). "Cuenta que los pueblos del norte tienen una forma de vida más ruda que los de la Meseta. Con una economía menos desarrollada, más de subsistencia, sin generar excedentes y poco cerealistas. La ganadería sería su labor principal. También dejó escrito que no tenían tanto desarrollo urbanístico como otros pueblos".
Navaja A) Pieza LC/2020/7 localizada en La Cerrosa-Lagaña (M. L. Serna). Otro ejemplo: B) Navaja localizada en el oppidum de Monte Bernorio (Palencia) (Fotografía: IMBEAC.
Uso ritual
Respecto a sus costumbres y rituales Estrabón escribió que "adoraban a un Dios de la guerra, que celebraban las fiestas del plenilunio haciendo danzas y bebiendo, y que hacían sacrificios para ofrecérselo al Dios", en palabras de Luis Serna. Estrabón también dejó documentado que los pueblos del norte sacaban a los enfermos a los caminos, a las encrucijadas, y que "hacían un rito postparto que él llamaba la covada: consistía en que cuando una cántabra daba a luz, inmediatamente después se incorpora a sus tarea, y el hombre ocupaba su lugar en el lecho con el recién nacido para que, de alguna manera simbólica, el padre reconozca a la criatura". Hablaban las lenguas célticas y tenían mucha conexión y comercio con los pueblos de Gran Bretaña.
"Estamos viendo que el empleo que se le da en esta época a las cuevas del Cantábrico es, fundamentalmente, de uso ritual. Por ejemplo, la cueva de Cofresnedo, en Matienzo (Cantabria), tiene elementos similares a la nuestra", dice Susana de Luis. "Ambas cuevas son comparables porque los depósitos de armas, adornos y otros elementos de prestigio de la Segunda Edad del Hierro se vinculan a restos humanos de épocas anteriores". Esto hace deducir a la arqueóloga que "las gentes del cambio de Era, en el contexto de las Guerras Cántabras, por tanto en un momento social complejo, pudieron realizar rituales, ofrendas y ceremonias en el lugar en el que ya lo hacían sus antepasados". Las cuevas por tanto, eran consideradas lugares sagrados.
Entre el 26 a.C. y el 16 a.C. se produjo la conquista romana de Cantabria. "La arqueología nos está contando mucho sobre esta guerra. Fueron una serie de campañas en las que intervienen muchos militares y el Imperio Romano tuvo que hacer grandes esfuerzos para acabar de conquistar la Península", afirma Serna, que además indica que la guerra fue muy cruenta y que los romanos fueron expugnando castro por castro, los poblados fortificados cántabros y asturianos.
"En el yacimiento de Suarías hemos hecho lo que se llama un sondeo, una pequeña excavación. Hemos documentado el sitio y todo lo encontrado. La cueva es estrecha y peligrosa porque tiene bastante inclinación, con un desnivel de unos cuarenta metros, así que es aparatosa para moverse y por eso fuimos un equipo reducido", cuenta Susana de Luis. "Este yacimiento nos ofrece la posibilidad de buscar cerca del mismo y encontrar un poblado. Se conocen muy pocos castros. Puede que por el cementerio, que podría ser una cueva sagrada, podamos dar con dónde vivían estas gentes", afirma Mariano Luis Serna.
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