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sábado, 16 de mayo de 2020

Monte Sierpe, una alargada franja artificial compuesta de 6.000 hoyos cercana a las líneas de Nazca

Monte Sierpe, una alargada franja artificial compuesta de 6.000 ...

Muy cecana a las más famosas líneas de Nazca, esta alargada franja de hoyos ha sido objeto de múltiples teorías, incluyendo las inevitables referencias alienígenas.
El lugar, al que también se denomina gráficamente como Cerro Viruela y Band of Holes en el mundo anglosajón, está situado en lado norte del valle de Pisco, en Perú. Se trata de una banda que comienza en el borde del valle y se extiende a lo largo de 1 kilómetro medio hasta la cima de una colina, con una anchura de 14 metros en su parte más estrecha, y de 21 en la más amplia.
Está formada por hoyos, con bordes altos, muy juntos y siguiendo una orientación norte-sur sobre un terreno muy irregular. Los hoyos tienen 1 metro de diámetro y entre 50 centímetros a 1 metro de profundidad.
Conocidos desde muy antiguo por las gentes locales, no se sabe exactamente para que servían estos hoyos ni quien los construyó. Fueron descubiertos para el mundo occidental en 1931 cuando Roberto Shippee tomó una fotografía de la banda desde su avión, que se publicó ese mismo año en la revista National Geographic.
Fueron inspeccionados en 1953 por Victor Wolfgang von Hagen, que llegó a la conclusión de que debían ser tumbas nunca utilizadas. Comprobó que se disponían en filas de siete a nueve a hoyos, avanzando en ángulo de 50 grados hacia la ladera del Monte Sierpe.
Foto American Museum of Natural History
El arqueólogo John Hyslop determinó en 1984 que su función debió ser la de almacenamiento, y sus creadores los Incas, comparando las estructuras con otras similares que había encontrado en la costa peruana, en Quebrada de la Vaca y Tambo Colorado. Ello lo convertiría en el mayor almacén de víveres del imperio inca.
En 2015 Charles Stanish y Henry Tantaleán, de la Universidad de California (UCLA), que realizaban excavaciones en el cercano valle de Chincha, se acercaron a inspeccionar la banda, según recoge la revista Archaeology Magazine. En un principio pensaron que los hoyos pueden haber formado parte de una antigua estructura defensiva, ser una especie de indicador para seguir una dirección determinada, o incluso un geoglifo similar a las líneas de Nazca.
Tras investigar la historia arqueólogica del lugar encontraron que, a pesar de que numerosos arqueólogos la habían visitado desde 1933, ninguno había realizado excavaciones ni por tanto se había encontrado ningún tipo de artefacto, objeto, o restos de ninguna clase.
Ellos encontraron restos de cerámica de época inca prehispánica, lo que unido a la existencia de tumbas incas similares a las de Valle de Chincha en la base del monte, les hizo sospechar que los hoyos eran obra incaica.
Hallaron que los hoyos fueron excavados de diferentes maneras, algunos en montículos artificiales de tierra y otros compuestos por pequeñas estructuras de roca en la superficie. Ninguno de ellos estaba excavado en la roca volcánica de la colina, como afirman quienes defienden la hipótesis extraterreste.
Es más, descubrieron que la banda se divide en varios grupos o bloques, cada uno con un patrón diferente para los hoyos.
Utilizando imágenes aéreas crearon un mapa de la banda, estimando su composición entre 5.000 y 6.000 hoyos. Un trabajo que creen pudo ser realizado fácilmente por un equipo de 100 trabajadores durante 30 días. Un grupo más pequeño, de 10 trabajadores, podría haber completado la obra en unos 300 días, aunque su impresión es que los hoyos fueron excavados gradualmente durante un largo período de tiempo.
Durante su estudio del lugar hallaron asimismo los restos de una antigua carretera inca y de varias colcas, almacenes de la época inca. Esto junto a la cerámica encontrada sugiere que el origen de la banda de hoyos dataría de la primera mitad del siglo XV, tras la conquista inca del pueblo Chincha, los nativos de la región.
En cuanto a la función, la similitud de la distribución de los hoyos con la estructura en forma de tablero de ajedrez de un almacén descubierto por el arqueólogo de la Universidad de Harvard Gary Urton en Inkawasi, hace pensar a Stanish que pudieron servir para medir los tributos pagados a los incas en especie.
Foto Charles Stanish
Refuerza esta teoría el hecho de que el Monte Sierpe está a apenas 7 kilómetros de Tambo Colorado, que fue un gran centro administrativo inca en el siglo XV en el valle de Pisco. La banda de hoyos estaría situada sobre la carretera que va del fondo del valle a Tambo Colorado, un lugar perfecto según Stanish para pararse a medir los tributos.
Siguiendo esta hipótesis opina que cada bloque de hoyos habría pertenecido a una familia diferente, quienes tenían la obligación de llenar sus hoyos con productos como calabazas, frijoles o maíz.
El hecho de que no se haya encontrado nada similar en otros lugares se explicaría por el hecho de que la banda de hoyos habría sido el invento que los administradores locales del valle encontraron para la medición de tributos.
No obstante y dado que no se han realizado análisis todavía en busca de restos orgánicos, esta teoría sigue siendo, por el momento, solo una hipótesis.







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