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domingo, 31 de mayo de 2020

El templo dentro de la estatua dentro del templo que sirvió para reconstruir la metrología acado-sumeria


Estatua de Gudea B con el plano / foto Studiis blog

Uno de los considerados descubridores de la civilización sumeria es el arqueólogo francés Ernest Choquin Sarzec. Se interesó por la arqueología siendo vicecónsul en la ciudad de Basora en 1872, gracias a las excavaciones que el británico Taylor estaba llevando a cabo en la antigua Ur. Para 1877 comenzaba por su cuenta la excavación del yacimiento de Ngirsu (actual Tel Telloh), al sur de Irak, que se extendería hasta 1900. Sus hallazgos contribuyeron en gran medida al conocimiento del arte, la historia y el idioma sumerios.


Estatua de I Gudea / foto dominio público en Wikimedia Commons
Entre esos hallazgos había una serie de 11 estatuillas que representan a Gudea, un ensi (gobernante) del estado de Lagash, que gobernó entre los años 2144 y 2124 a.C. Otras 16 figuritas similares fueron apareciendo a partir de la década de 1920, ya fuera en excavaciones clandestinas o en el comercio de antigüedades.
Unas están hechas de alabastro y otras de la exótica, y cara, diorita. Las hay de diferentes tamaños, desde la más pequeña que mide unos 18 centímetros de altura hasta la más alta que alcanza 1 metro y 57 centímetros. En general las más antiguas son más pequeñas. Representan a Gudea de pie o sentado, y se utilizaban en los templos para realizar ofrendas. Por eso la mayor parte de las esculturas llevan una dedicatoria inscrita explicando a qué dios se ofrecían.
Estatua B de Gudea / foto Davide Nadali
Pero una de estas 27 esculturas, a las que se conoce en conjunto como estatuas de Gudea, es especial y diferente a las demás. No se conserva completa porque le falta la cabeza, pero aun así su importancia es grande. Es la denominada Estatua B (las 27 estatuas están identificadas con las letras del alfabeto inglés, de la A a la Z más una última denominada AA), que se conserva en el museo del Louvre. También se la conoce como la estatua del arquitecto con el plano.
Representa al gobernante o príncipe Gudea como el arquitecto del templo dedicado al dios principal del panteón de Lagash, Ningirsu. Tiene una altura de 93 centímetros, y es una de las encontradas por Sarzec en 1881. Data de entre los años 2350 a 2000 a.C. Gudea está sentado y vestido con una larga capa con bordes de flecos. Y lo más interesante y especial: sobre las rodillas lleva una tabla con el plano del templo, bajo la que hay un estilete y una regla graduada, además de una inscripción que cubre prácticamente todo el espacio.
Detalle del plano, el estilete y la regla








Por Guillermo Carvajal
https://www.labrujulaverde.com/2020/02/el-templo-dentro-de-la-estatua-dentro-del-templo-que-sirvio-para-reconstruir-la-metrologia-acado-sumeria
El plano se muestra en proyección ortogonal y probablemente representa la pared exterior del santuario o del templo. Sigue las convenciones de la arquitectura mesopotámica de arcilla y ladrillo: un grueso muro reforzado con contrafuertes exteriores, atravesado por puertas fortificadas con redanes, y flanqueado por torres. Los muros rodean un espacio alargado e irregular, desprovisto de edificios. En los lados cortos y en el muro exterior, pequeñas estructuras se colocan en los huecos. La regla graduada mide 269 milímetros. Está dañada, pero se distinguen 16 secciones de 0,0168 metros, cada una con graduaciones de una a seis separadas por espacios vacíos.
Dado que la estatua se situaba dentro del templo de Ningirsu y representaba a Gudea con el plano del propio templo, constituía, curiosamente, un templo dentro de una estatua dentro de un templo. Pero lo que es realmente notable es que la regla graduada y el plano pudieron ser utilizados por los investigadores, entre otros métodos, para reconstruir la metrología acadio-sumeria, esto es, el sistema de medidas utilizado en la antigua Mesopotamia.

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