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sábado, 21 de marzo de 2020

El cráneo de 'Little Foot' revela cómo vivió este ancestro humano de más de 3 millones de años



Imágenes del cráneo 'Little Foot'. La vista desde la parte inferior (derecha) muestra la posición original de la primera vértebra cervical aún incrustada en la matriz. Crédito: RJ Clarke.
El escaneo micro-CT de alta resolución del cráneo del espécimen fósil conocido como Little Foot (Pie Pequeño) ha revelado algunos aspectos de cómo vivía esta especie de Australopithecus hace más de 3 millones de años.

La meticulosa excavación, limpieza y escaneo del cráneo del espécimen fósil de ~ 3,67 millones de años ha revelado la primera vértebra cervical adulta de Australopithecus más completa encontrada hasta ahora.
 En Scientific Reports se ha publicado una descripción de esta vértebra realizada por los investigadores de la Universidad de Wits, la Dra. Amélie Beaudet y el equipo de las cuevas de Sterkfontein. Este programa de investigación es apoyado por el Centre of Excellence in Palaeosciences, el Scientific Palaeontological Trust, la National Research Foundation, University of the Witwatersrand y el French National Centre for Scientific Research a través del French Institute of South Africa.
Comparación de la primera vértebra cervical casi intacta de 'Little Foot' y otros dos Australopithecus de Sterkfontein, en Sudáfrica, y en Hadar, Etiopía, que muestran cuán completo es 'Little Foot' en comparación con el resto del registro fósil. Crédito: Amélie Beaudet / Universidad de Wits
La primera vértebra cervical (o atlas) juega un papel crucial en la biología de los vertebrados. Además de actuar como la conexión entre la cabeza y el cuello, el atlas también juega un papel sobre cómo se suministra sangre al cerebro a través de las arterias vertebrales.
Al comparar el atlas de Little Foot con otros fósiles del sur y este de África, así como con humanos y chimpancés actuales, el equipo de la Universidad de Wits muestra que este Australopithecus era capaz de realizar movimientos de cabeza que difieren de los humanos modernos.
"La morfología de la primera vértebra cervical, o atlas, refleja múltiples aspectos de la vida de un organismo", dice Beaudet, autor principal del estudio (izquierda). "En particular, el atlas casi completo de 'Little Foot' tiene el potencial de proporcionar nuevas ideas sobre la evolución de la movilidad de la cabeza y el suministro arterial al cerebro en el linaje humano".
La forma del atlas determina el rango de movimientos de la cabeza, mientras que el tamaño de las arterias que pasan a través de las vértebras hasta el cráneo es útil para estimar el flujo sanguíneo que irriga el cerebro.
"Nuestro estudio muestra que este Australopithecus era capaz de movimientos de la cabeza que difieren de nosotros. Esto podría explicarse por la mayor capacidad que tenía para trepar y moverse en los árboles. Sin embargo, un espécimen de 'Australopithecus' del sur de África más reciente que 'Little Foot' en aproximadamente 1 millón de años, pudo haber perdido parcialmente esta capacidad y haber pasado más tiempo sobre el suelo, tal como nosotros".
Comparación basada en superficie de los atlas completos de 'Little Foot' y muestras de los ejemplares de HomoPanGorilla y Pongo existentes.
Las dimensiones generales y la forma del atlas de Little Foot son similares a las que ostentan los chimpancés actuales. Más específicamente, las inserciones de los ligamentos (que podrían inferirse de la presencia y la configuración de los tubérculos óseos) y la morfología de las articulaciones facetarias que unen la cabeza y el cuello, sugieren que Little Foot se movía regularmente en los árboles.
Debido a que Little Foot está tan bien conservado, el suministro de flujo sanguíneo al cerebro también pudo estimarse por primera vez, utilizando evidencias derivadas del cráneo y las vértebras. Estas estimaciones demuestran que el flujo sanguíneo, y por lo tanto la utilización de glucosa por el cerebro, fue aproximadamente tres veces menor que en los humanos modernos, y más cercano al de los chimpancés actuales.
"La baja inversión de energía en el cerebro de este 'Australopithecus' podría explicarse tentativamente por un cerebro relativamente pequeño (alrededor de 408 cm3), una dieta de baja calidad (escasa proporción de productos animales), o a los altos costos de otros aspectos de su biología (como caminar erguido). En cualquier caso, esto podría sugerir que el sistema vascular del cerebro humano surgió mucho más tarde en nuestra historia".







Fuente: phys.org

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