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martes, 10 de septiembre de 2019

Michio Kaku: «Los militares deben demostrar que no hemos sido visitados por extraterrestres: hay vídeos»

El físico, uno de los creadores de la teoría de cuerdas, ha participado en el congreso mundial de ufología en Barcelona

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Michio Kaku, en su visita a Barcelona - Pep Dalmau / Vídeo: Avistamiento ovni en Madrid, durante la huelga de controladores aéreos de 2010
Michio Kaku (San José, California, 1947), es físico y uno de los creadores de la teoría de cuerdas. Como divulgador, ha escrito varios libros; se especializa en las temáticas comúnmente prohibidas en la mesa: ¿existe Dios?, ¿hay vida fuera de la Tierra?, ¿qué nos depara el futuro? Quizás por ello, es uno de los científicos de la actualidad más reconocidos a nivel mundial. Este fin de semana ha asistido al Congreso Mundial de Ufología (The Ufology World Congress) en Barcelona, para hablar acerca de la posibilidad de probar que hay vida fuera de la Tierra, lo que a su criterio ha aumentado considerablemente en el último año. Cree que nuestra sociedad va a mejor y que en un futuro no habrá guerras, porque el conocimiento se está expandiendo; lo cual otorga poder a la gente y fortalece la democracia. «Dos democracias fuertes nunca han ido a la guerra», afirma.
—¿En qué se inspira la teoría de cuerdas?
—Está basada en la música: el universo está hecho de cuerdas que vibran y cada partícula subatómica (protones, neutrones, electrones… ) son notas musicales en una pequeña liga elástica que vibra. La Física es la ley de la armonía de estas cuerdas; la Química, las melodías que se pueden tocar en ellas; el universo, la sinfonía; la mente de Dios, la música cósmica, que resuena a través del hiperespacio.
—¿Y el resto de las artes?
—La Física y las artes son parecidas entre sí. La poesía del universo está basada en las matemáticas de la armonía. Todo está relacionado porque todos formamos parte de una gran armonía que forma el universo y que comenzó con el Big Bang.
—¿Vamos hacia la perfección?
—Ya existe la perfección, aunque no está en su forma final, pero creo que hemos conseguido la teoría. Existen dos teorías: la de lo grande, de Einstein, sobre un universo que se expande y los agujeros negros; y la de lo pequeño, la mecánica cuántica. Estas dos teorías no se hablan entre ellas, están basadas en matemáticas y principios físicos distintos.
—Vaya…
—¿Por qué crearía Dios un universo con dos manos que no se hablan entre sí? La teoría de cuerdas une ambas teorías.
«Refutar la existencia de Dios es imposible»
—¿Cree usted en Dios?
—Einstein no creía en un Dios cristiano, que contesta rezos, camina sobre el agua o hace milagros. Creía en el Dios de Spinoza, el Dios del orden, la armonía, la belleza, la simplicidad y la elegancia. El universo podía ser feo, aleatorio, caótico, pero el nuestro es un universo ordenado, las leyes de la física, todas ellas, caben en una hoja de papel. No se pueden poner todas las leyes de la Literatura o la Filosofía en una hoja de papel.
—¿Habla mucho de Einstein, es él su Dios?
—No, él no creía en un Dios apersonado.
—¿Y usted?
—Yo creo en la dirección a la que Einstein iba. Él era agnóstico, con respecto a un Dios que interfiere con tu vida.
—Así que usted es agnóstico…
—No puedo probar ni refutar. Algunas personas creen que pueden refutar la existencia de Dios, pero eso es imposible. Demostrar un negativo es imposible.
—¿A qué se refiere?
—¿Cómo podría yo refutar la existencia de unicornios en la Tierra? No importa cuánto intente, quizás en algún lugar puede haber alguno; así que, no se puede refutar un negativo, porque quizás en algún lugar puede haber un Dios o un unicornio.
«Nuestro universo tuvo un inicio, pero hay otros “Big Bangs” ocurriendo todo el tiempo»
—Hay quien dice que el amor es la respuesta.
—Depende de cuál sea la pregunta.
—A todas las preguntas, la fórmula perfecta que usted busca.
—La belleza para un poeta es indefinible. Algo que es bello se escapa de la lengua inglesa o castellana. Para los físicos, la belleza es la simetría. La belleza, por lo tanto, es la clave del universo. Durante el Big Bang había simetría perfecta. Hoy en día, la simetría está rota, hay montañas, nubes, bordes dispares, cosas rotas. La fuerza dominante en el universo es la belleza.
—¿Volveremos alguna vez a esa unidad perfecta?
—La teoría de Einstein se rompe justo en el Big Bang, así que necesitamos una teoría más alta. La teoría de cuerdas dice que este universo es una burbuja, pero hay muchas burbujas allá afuera, en un multiverso (la unión de muchos universos) de burbujas. Como en un baño de burbujas, las burbujas se fusionan y crean burbujas más grandes o se separan y crean burbujas pequeñitas. Eso pasó antes del Big Bang, así que el universo está en continua creación.
—Interesante.
—Yo crecí como cristiano, pero mis padres eran budistas. En el budismo solo existe el nirvana, no hay un Dios ni un Big Bang, sino un nirvana eterno. Para los cristianos, hubo un momento en que Dios creó todo. Crecí con estas dos ideas opuestas, una dice que no hubo inicio y otra que sí.
—¿Cómo encontró la armonía?
—Uniendo ambas teorías, porque nuestro universo sí tuvo un inicio, un momento en donde empezó, pero hay “Big Bangs” ocurriendo todo el tiempo, pues estas burbujas existen en un escenario más grande, que sería el nirvana, el hiperespacio.
«Habrá tres tipos de civilizaciones: la planetaria, la estelar y la galáctica»
—Muchos le consideran optimista.
—En promedio, si contamos toda la historia de la humanidad, la esperanza de vida no alcanza los 30 años. Nuestros abuelos no tuvieron televisión, radio ni telégrafo. Si querías comunicarte, gritabas por la ventana. Había enfermedades y dificultades. Hoy tenemos muchos problemas, pero cada década hemos progresado y la tecnología tiene una tendencia positiva.
—¿Hacia dónde vamos?
—Habrá tres tipos de civilizaciones. La tipo uno es planetaria, controlan el clima, a los volcanes o los temblores. La tipo dos es la estelar, pueden usar el poder de una estrella, colonizar varios planetas, controlan el sol. Después está la tres, que es la galáctica: dirigen galaxias, viajan entre ellas.
—Suena a ciencia ficción.
—Creciendo, como lo estamos haciendo, por la cantidad de energía que consumimos por año, podemos calcular cuánto nos tardaremos en convertirnos en una civilización tipo uno, dos o tres. La uno, en 100 años, para el 2100, tendremos poder planetario. Internet es la primera tecnología tipo uno, que cayó accidentalmente en este siglo. El idioma planetario será el inglés o el chino mandarín. Ya estamos alcanzando una economía planetaria y una cultura planetaria ya existe, es el rock and roll.
—¿Y la dos?
—En otros 100 años seremos estelares e inmortales. Nada de lo que llamamos hasta ahora ciencia podrá destruir una civilización del tipo dos. Los cometas y asteroides se podrán mover. Incluso, si el sol muere, irán a otro sistema solar. Para llegar al tipo tres, que es galáctico, necesitaremos 100 años más.
—¿Existen civilizaciones así?
—Hay gente que asegura haber visto desde su jardín naves que viajan de una estrella a otra. Seguramente se trata de una civilización del tipo dos, aunque lo más seguro es que sea del tipo tres. En cualquier caso, están miles de años más avanzados que nosotros.
—¿Existe el dinero en una sociedad así?
—Tendrá un significado distinto porque para un Físico solo hay dos cosas que tienen valor: la energía y la información. Todo se puede resumir en eso. El dinero es la habilidad de mover objetos y ahí es donde entra la energía. Cuando compras cosas con dinero, en realidad estás sustituyendo el dinero por energía. Ahora, la gente compra información. Esa es la fuente de la nueva sociedad tecnológica, pero igualmente podremos ser dirigidos por energía y dinero, eso es lo que el comercio significa: el movimiento de energía.
«Pilotos militares documentaron en vídeo objetos que se mueven hasta 20 veces la velocidad del sonido. ¿Otra civilización o drones hipersónicos?»
—¿Por qué ha venido a este congreso?
—Para explicar que la carga de tener que probar la existencia de vida fuera de la Tierra ya no recae en los creyentes.
—¿Entonces?
—Ahora tenemos pruebas. La ciencia se basa en aquello que se puede comprobar, reproducir y refutar. El año pasado el juego cambió.
—¿En qué sentido?
—Porque pilotos militares documentaron en vídeo y fotografías objetos que se mueven hasta cinco o 20 veces la velocidad del sonido, de manera zigzagueante, causando una fuerza centrífuga que mataría a cualquier ser vivo. No son globos, no son gases, no es una anomalía del clima ni el eco de un radar.
—¿Qué son?
—Hay dos posibilidades: se trata de una civilización tipo dos o tres, que vive fuera de la Tierra, o son drones hipersónicos, creados por algún gobierno. En marzo de este año, Putin anunció que habían perfeccionado drones hipersónicos maniobrables. Estados Unidos admitió también que hasta hace dos años estaban trabajando en lo mismo, pero que abortaron el programa, tras los choques de algunos. Los chinos han dicho que ellos también están trabajando en ello. Así que, o se trata de vehículos de prueba o se trata de otra civilización que ha venido a visitarnos.
—¿Cómo saberlo?
—Ya que sabemos que existen, debemos reproducirlos. Si no podemos hacerlo, es que no son de este mundo. No habíamos estado aquí antes. Ahora, la carga de la comprobación les corresponde a los militares. Deben demostrar que no son drones hipersónicos en los que llevan 15 o 20 años trabajando.
—Pelos de punta.
—Cuando el bombardero estratégico se desarrolló en el Área 51 de Estados Unidos, hubo muchas historias de objetos voladores no identificados. Quizás lo que la gente está viendo son drones hipersónicos. Mucha gente los ha visto, aunque no habían conseguido hacer fotos ni grabaciones. Ya las tenemos.
—Parece la trama de una película.
—Cuando alguien me dice que lo han abducido, le digo que la próxima vez que le suceda intente robar algo, para que cuando vuelva a la Tierra, intentemos reproducirlo. Cuando lo hagamos, podremos comprobar su existencia.




Ana Luisa Islas


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