El Cairn de Barnenez, conocido también como Túmulo de Barnenez, es un monumento prehistórico localizado en la península de Kernéléhen, al norte del departamento de Finisterre, en la Bretaña francesa. Es uno de los monumentos megalíticos más antiguos del mundo que aún sigue en pie. Por otro lado, también es considerado por algunos “el mayor mausoleo megalítico” de Europa. El escritor y político francés André Malraux se refirió a él en una ocasión como “el Partenón Prehistórico”, aunque este apelativo podría ser un poco cuestionable, ya que se trata de dos monumentos muy diferentes.
El Cairn de Barnenez fue construido a principios del período Neolítico. Si nos basamos en las dataciones realizadas mediante carbono-14, el cairn fue erigido en la primera mitad del V milenio a. C., aunque otras fuentes nos hablan de épocas diferentes. No obstante, existe consenso por lo general en que la construcción del Cairn de Barnenez se llevó a cabo en dos fases.
Dos fases de construcción
Según una de las fuentes, por ejemplo, la primera fase de construcción del megalito se habría producido entre el 4850 a. C. y el 4500 a. C., mientras que la segunda fase habría comenzado en el 4200 a. C. y finalizado en el 3900 a. C. Por otro lado, otra fuente afirma que la construcción del primer Cairn se inició en el 4500 a. C., mientras que la segunda habría tenido lugar varios siglos más tarde. El Cairn de Barnenez es unos 2.000 años más antiguo que la Gran Pirámide de Guiza, y “solo un poco más moderno que la Torre de Jericó.”
Vista frontal del Cairn de Barnenez. (CC BY-SA 3.0)
En cuanto a su tamaño, las dimensiones del Cairn de Barnenez son las siguientes: 72 metros de largo, 20-25 metros de anchura (dependiendo de dónde se realice la medición) y 9 metros de altura. Por otro lado, el volumen de piedra utilizado en la construcción del Cairn de Barnenez se estima que está entre los 6.500 y los 7.000 metros cúbicos. En relación a su peso, según los cálculos oscilaría entre las 12.000 y las 14.000 toneladas.
Los cairns construidos en cada fase pueden distinguirse no solo por la época en la que se erigieron, sino también por sus materiales. Se ha identificado que la dolerita, común en los alrededores, fue utilizada durante la primera fase de la construcción, mientras que en la segunda fase se empleó granito procedente de la cercana Île de Sterec. Por otro lado, el primer cairn albergaba seis cámaras, mientras que el segundo solo cinco. En general, constaban de una sala principal a la que conducía un pasillo de entre 7 y 12 metros de longitud. La entrada a cada una de estas cámaras se encuentra en la fachada sudeste del monumento.
Planta esquemática del Cairn de Barnenez. La primera fase de construcción aparece en amarillo, la segunda en verde. (CC BY-SA 3.0)
En el interior del Cairn de Barnenez
Se sabe desde el siglo XIX que el Cairn de Barnenez es obra de la mano del hombre. No obstante, fue solo hacia la mitad del siglo XX cuando se reveló la verdadera importancia de este monumento. Hasta entonces, el cairn había sido utilizado como cantera, lo que tuvo como resultado que algunas de las cámaras quedaran parcialmente al descubierto. Una vez se confirmó el valor arqueológico de este megalito, se iniciaron trabajos de excavaciones y restauración que se prolongaron durante años.
Pasadizo del Cairn de Barnenez. (CC BY-SA 3.0)
Entre los objetos hallados en el interior de las cámaras del Cairn de Barnenez hay fragmentos de cerámica (tanto del período Neolítico como de la Edad del Bronce), y también hachas y puntas de flecha de piedra pulimentada. Algunos de estos elementos pueden contemplarse en el centro para visitantes del monumento. Además, también se han descubierto grabados y dibujos sobre las paredes de muchos de los pasadizos del cairn.
A pesar de que con frecuencia se le llama ‘mausoleo’, no existen pruebas claras de que el Cairn de Barnenez albergue objetos que puedan vincularse con certeza a prácticas mortuorias. Aparte de la palabra ‘mausoleo’, que sugiere que el Cairn era utilizado como estructura funeraria, apenas se ha especulado acerca del posible uso que hacían de este monumento prehistórico sus antiguos constructores.
Algunos de los símbolos grabados en las paredes del interior del Cairn.
Autor: Wu Mingren
Fuente: Ancient Origins
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