En el solsticio de invierno del 2017, una dedicada historiadora del Museo de Arte Precolombino de Santiago de Chile, la Dra. Cecilia Sanhueza, seguía una corazonada en el desierto chileno de Atacama. La investigadora observaba “una fila de tres cairns... y dos montones cuadrados de piedras, cada uno de aproximadamente 1,2 metros de alto” para ver cómo se coordinaban con la salida del sol en el solsticio de invierno. Su descubrimiento de aquella noche está siendo anunciado como una gran noticia, según un artículo publicado en The Economist.
Un inmenso trazado inca
Las culturas andinas definían sus territorios y registraban los ciclos astronómicos con alineaciones de larga distancia trazadas entre lugares sagrados diversos: altas montañas, lagos y lagunas. En la antigua lengua andina quechua, los cairns de piedras entre los cuales se trazaban estas alineaciones eran conocidos como saywas – una palabra que se puede traducir libremente como “hitos” o “marcas”.
La Dra. Sanhueza sospechaba que las alineaciones de cairns de piedra eran “algo más que mundanos hitos kilométricos” tras comprobar que una de las alineaciones “intersectaba diagonalmente con un antiguo camino, parte de una red de carreteras construida hace cinco siglos por los incas.” La investigadora comentaba a los periodistas que fue “una experiencia muy emocionante” cuando se dio cuenta de que en el solsticio de invierno “el sol salía directamente por detrás de las columnas más cercanas, pareciendo reposar brevemente sobre ellas.”
En los solsticios de invierno y verano, en torno a los días 21 de diciembre y junio, el sol parece “detenerse” en el cielo durante tres días. Fue después de que la Dra. Sanhueza fuese testigo de cómo el sol salía por detrás de los pilares en el solsticio de invierno cuando la investigadora se dio cuenta de que las alineaciones “prefiguraban la aparición del sol” y por lo tanto tenían “una función astronómica.”
Los monumentales ceques incas
La civilización inca del antiguo Perú creó 41 alineaciones de larga distancia llamadas ceques, cuya orientación estaba basada en significativos acontecimientos solares, lunares y celestes. Estas líneas fueron definidas por el Dr. Zuidema en 1981 como un “dispositivo para la integración de la astronomía, la cosmología y la estructura sociopolítica” (1981c:169). Los 41 ceques eran percibidos por los incas como líneas imbuidas de la energía sagrada de la creación, y emanaban del complejo religioso del Templo del Sol Qorikancha (Coricancha) situado en Cuzco. El trazado de los ceques se extendía por un paisaje salpicado de hasta 328 santuarios sagrados, templos y cairns de piedras conocidos como wak'as o huacas.
Comparando calendarios
Teniendo en cuenta la enormidad y complejidad de la instalación y el mantenimiento de un sistema de 41 alineaciones a la escala de un imperio, podría decirse que la Dra. Sanhueza fue un poco demasiado lejos cuando afirmó que su descubrimiento era “Un Stonehenge del hemisferio sur.” Stonehenge es un complejo cronómetro lunisolar que se presta a la realización de cálculos predictivos de los ciclos del sol y de la luna, mientras que la alineación chilena ‘Solar X’ sigue el ciclo solar anual. Así pues, hay una gran diferencia entre los principios cosmológicos y astronómicos subyacentes de ambos monumentos.
Para respaldar la validez de su observación, Sanhueza ha presentado asimismo observaciones cosmológicas, como por ejemplo que “Los pilares son un vínculo visible con Inti, el dios del sol, de quien se creía que se ‘sentaba’ sobre los saywas en los solsticios.” En las colinas que rodean la capital inca de Cuzco, un conjunto de enormes pilares también marca el amanecer y el ocaso en los solsticios de verano e invierno. El dios del sol Inti era adorado con gran fervor y devoción en el solsticio de invierno, y todavía hoy en día, cada 24 de junio (solsticio de invierno en el hemisferio sur), Cuzco celebra la fiesta inca del sol, el Inti Raymi.
La Dra. Sanhueza dio forma a sus teorías iniciales tras estudiar diccionarios Quechua-Español del siglo XVI y los escritos ilustrados de Felipe Guamán Poma de Ayala, un noble quechua que tradujo un tratado del siglo XVII en el Perú colonial. Para evitar la tarea casi insuperable de medir manualmente cada una de las alineaciones, la Dra. Sanhueza solicitó la colaboración de los doctores en astronomía Sergio Martín y Juan Cortés, del Atacama Large Millimeter Array, un observatorio astronómico ubicado a unos 150 kilómetros de las saywas, es decir, las alineaciones. Los astrónomos utilizaron simulaciones informáticas que confirmaron la tesis de la investigadora, según la cual se comprobó que algunas de las hileras de cairns estaban alineadas con los amaneceres de ciertas fechas clave del antiguo calendario
La Dra. Sanhueza y sus colegas “pasaron días y noches luchando contra el mal de altura y el frío” mientras estudiaban el entorno en busca de “pistas adicionales sobre el propósito de las saywas.” Para comprender mejor la importancia cultural de los caminos, la arqueóloga indígena atacameña Jimena Cruz entrevistó a algunos pastores de llamas jubilados, aprendiendo de ellos que “una de las saywas estaba alineada con el amanecer del 1 de agosto,” el día sagrado de la Pachamama, antigua diosa andina de la Tierra.
El 1 de agosto del 2017, ya sobre el terreno, los arqueólogos vieron “el sol naciente alinearse con los pilares”, confirmándose de este modo que sus sospechas eran ciertas. En sus conclusiones respecto al propósito original de los monumentos, los arqueólogos señalaban:
“Su disposición fue una forma de sacralizar la presencia política de los incas, la mayor civilización prehispánica que dominó lo que hoy son el norte y el centro de Chile entre 1470 y 1530.”
La energía andina
Para comprender la profundidad del descubrimiento realizado por Sanhueza debemos considerar que la antigua realidad andina era muy diferente de la cosmología occidental. La perspectiva universal andina es conocida como cosmovisión, un paradigma según el cual todas las formas son percibidas como pulsantes con las energías masculinas y femeninas que se creía que fluían a lo largo de las monumentales alineaciones.
Entrando en detalle sobre la importancia de las alineaciones en la antigua cultura andina, el Dr. Óscar Miró Quesada, quien escribió ‘Senderos del espíritu inca’, describía las alineaciones de los incas como “un paisaje chamánico en línea recta que es la superposición del espacio interior sobre el paisaje exterior”, y según el autor R. T. Zuidema estas alineaciones formaban parte de “un gran sistema concebido para organizar la sociedad y la religión incas, así como para dar orden a la astronomía y el calendario”.
Hablando sobre su descubrimiento, los investigadores tienen la esperanza de haber “alentado una mayor colaboración entre arqueólogos, astrónomos y lugareños, y recordado al resto del país que tiene un rico patrimonio indígena.” La Dra. Sanhueza cree además que hay otras alineaciones por estudiar que habrían llevado al Dr. Cruz a reclutar voluntarios locales para ayudar en la conservación de los saywas.
Autor: Ashley Cowie
Articulo publicado en...http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/alineaciones-sol-la-tierra-antiguo-calendario-andino-descubierto-el-desierto-atacama-004786?nopaging=1
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