Vivimos unos tiempos increíbles. Las guerras y el hambre sacuden el planeta. Los métodos de intoxicación del ser humano son tan aberrantes como descarados. Pero todas esas acciones de represión y control no están cumpliendo con su cometido. Una espiral de evolución mental se ha desatado en el planeta y toda medida coercitiva de los poderes fácticos no consigue más que alimentar esa espiral. Sus acciones nefastas se convierten en combustible que alimenta el despertar de la conciencia. Ellos lo saben, saben que ante sus actos el humano despierta a su ser interior y por eso desesperan. La balanza ya se declina a nuestro favor, la victoria es nuestra.
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