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martes, 10 de junio de 2014

Egipto, la civilización repentina

La civilización de Egipto fue sin lugar a dudas una de las más espléndidas de toda la antigüedad, además de la más longeva. Surgió en medio del desierto y logró sobrevivir durante 30 siglos que dieron como fruto su escritura, calendario, la medicina y las maravillosas obras arquitectónicas que hoy continúan desafiando el inexorable rigor del tiempo.
Mapa de Egipto Antiguo
Mapa de Egipto Antiguo
Según Diodoro, “Los egipcios cuentan que en su tierra y del lodo del Nilo nacieron los hombres. Los egipcios sostienen, además, que ellos fueron quienes hicieron los descubrimientos e invenciones más importantes: el arte de la escritura, la observación de las estrellas, la ciencia geométrica, las mejores leyes… Es por eso que los helenos la admiraban al punto de que todo aquel que quería ser tenido por sabio, puso su empeño en visitar Egipto y en hacerse iniciar allí en sus costumbres y usos.”
Ramses II: la simetría perfecta de su retrato
Ramses II: la simetría perfecta de su retrato
Una de las cosas más asombrosas de esta civilización es que la mayoría de sus conquistas intelectuales y sus logros tecnológicos no aparecieron gradualmente, sino que se dieron de la noche a la mañana, como emergidos del vacío. Más aún, se puede observar que con el paso del tiempo, sus logros fueron más bien mermando antes que mejorando en su calidad y magnitud.
La mayor parte de sus asombrosos logros se realizaron en el Egipto temprano: su profundo conocimiento de astronomía, su grado de desarrollo tecnológico para cortar, mover y colocar millones de bloques de piedra de varias toneladas cada uno, sus habilidades arquitectónicas para proyectar inmensos monumentos y complejos laberintos subterráneos, la delicada mano de los artesanos para hacer relieves perfectos y tallados simétricos, su farmacopea, la medicina y la biología, entre otras cosas. Luego, con el paso de las dinastías, este impactante conocimiento fue siendo olvidado.
El obelisco inacabado de Asuán de 1.200 toneladas aprox.
El obelisco inacabado de Asuán de 1.200 toneladas aprox.
Es como si aquella civilización primigenia hubiese recibido una ayuda externa, un empujón inicial. Es como si hubiese sido la heredera de una cultura anterior o bien, según los escritos egipcios, como si hubiesen efectivamente sido instruidos por los mismos dioses.

En el comienzo… egipcio

Las crónicas prefaraónicas, los comentarios de Manethon, los relatos de Herodoto y hasta las primeras líneas de La Odisea, nos hablan de una gran comarca desaparecida “en el otro extremo de Libia, allá donde se pone el sol”. Si hay algo mítico en el reinado terrestre de Osiris es que tuvo lugar en otra parte, en el Primer País, en el “Amenti”, la montaña de occidente, morada feliz entre todas las moradas. Los antiguos egipcios no dejaron de pensar en ese “Primer País”, de añorarlo, de desear volver a él, tal como quedó inscripto en muchos casos, en un rollo de papiro sobre el pecho de las momias.
Para Albert Slosman, la palabra “Amenti” provenía de los vocablos egipcios AHA-MEN-PTAH, cuya traducción sería “primer corazón de Ptah o corazón primogénito de Ptah”, siendo Ptah el dios principal. Los nuevos pobladores que llegaron a Egipto, desde occidente, llamaron a esta nueva tierra ATH-KA-PTAH, que significa el “segundo corazón de Ptah”, y que los griegos fonetizaron en la palabra Ae-gy-ptos. Por ello la palabra “Egipto” (latinización del griego) sería el nuevo nombre del país primigenio.
Esfinge
Esfinge
Algunos autores esotéricos argumentan que esa referencia al “primer país”, a la tierra del oeste, estaría vinculado con la “Atlántida”. La historia de Egipto según esta corriente de pensamiento es que, luego de un gran cataclismo que dio lugar a la desaparición de la Atlántida, parte de sus pobladores se establecieron en el valle del Nilo, trasladando sus conocimientos y creencias.
Por su parte, los egipcios llamaban a su país Kemet, tierra negra, y se refería al limo que tras cada inundación del río fertilizaba el desierto y transformaba lo estéril en fértil. La palabra “alquimia” (Al Kimiya) provendría de “Kemet”, por haberse desarrollado esta disciplina precisamente en los templos egipcios.

El “Tiempo Primero”

En la historia contada por los propios egipcios existió cierto tiempo, llamado “Tiempo Primero” o “Zep-Tepi”, en el que estuvieron gobernados directamente por los dioses. Así lo reflejó Herodoto en su “Libro II de la Historia”, y que según se lo transmitieron a él los sacerdotes de Tebas, los primeros reyes de Egipto no fueron hombres, sino dioses.
Ptah, fue el primero de estos dioses-gobernantes y el  dios principal de los egipcios. Era considerado el “Dios del Cielo y de la Tierra”, el dios creador. Según la cosmogonía menfita, Ptah estableció las regiones (nomos), edificó las ciudades, asignó a cada dios su lugar de culto, edificó sus templos y determinó las ofrendas que debían recibir. Se lo tenía como “Maestro constructor”, inventor de la albañilería, patrón de los arquitectos y artesanos. Tuvo los títulos de “Señor de la magia”, “Señor de la Oscuridad”, “Señor de la Verdad” y “Señor de las serpientes y de los peces”.
Ptah con un casquete, collar menat, cetro uas con el pilar Dyed y el Anj. Es de resaltar el extremo parecido de la estatuilla del Oscar con esta de Ptah.
Ptah con un casquete, collar menat, cetro uas con el pilar Dyed y el Anj. Es de resaltar el extremo parecido de la estatuilla del Oscar con esta.
A Ptah lo sucedió su hijo Ra, que al igual que su padre llegó a la Tierra en una barca celestial. Luego le continuaron en el trono cinco dioses más, Shu, Geb, Osiris, Seth y Horus.
Barca con dioses encabezados por Isis
Barca con dioses encabezados por Isis
En ese tiempo primero, según dicen, fue Osiris quien enseñó a su pueblo a cultivar los campos, aprovechando las inundaciones anuales del Nilo, y cómo segar y recoger la cosecha para alimentarse. También les enseñó como sembrar vides y obtener vino (de ahí la asociación griega con Dionisio) y la forma de fabricar cerveza a partir del cultivo de cebada. Pero no sólo enseñó al pueblo cómo alimentarse y cultivar sino que le dió leyes con las que regirse en paz, la música y la alegría y les instruyó en el respeto a los dioses.
Dioses egipcios
Dioses egipcios
Esta Primera Dinastía de Dioses-Reyes rigió durante 12.300 años, sucediéndole una segunda dinastía con el Dios Thot a la cabeza que alcanzó una duración de 13.870 años.
Este relato de reyes extremadamente longevos encuentra su analogía en la tradición sumeria, la cual enumera en su lista real sumeria, todos los que gobernaron antes y después del diluvio. También encontramos un paralelismo en los pasajes de la Toráh, en los que se mencionan las generaciones entre Adán y Noé, detallando las edades de los hombres prediluvianos.
Lista de Reyes Sumerios
Lista de Reyes Sumerios
Posteriormente a estos dos periodos, el poder fue cedido a gobernantes semidivinos, mitad hombre mitad dioses, durante 3.650 años en los que se sucedieron, uno tras otro, treinta reyes. El gobierno de los dioses y semidioses se extendió por 29.820 años, seguido de un periodo de caos y anarquía de 350 años más.
La noción de semidioses (hijos del cruce de dioses y humanos) ciertamente nos recuerda al relato de la Toráh en el que los Nefilim, los ángeles caídos, toman a mujeres humanas por esposas engendrando a seres híbridos quienes se los llama precisamente varones de renombre (acaso príncipes y soberanos).
Gén.6.1. a 6.4: …Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se unieran los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les engendraran hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
Luego  aparece la Primera Dinastía de gobernantes puramente humanos, encabezados por el faraón Narmer, primer gobernante reconocido oficialmente por la egiptología, pues el resto de lo anteriormente expuesto pertenece al mundo de la mitología. Sobre este período “mitológico” de 30.170 años, los sacerdotes comentaron a Heródoto que fue “…cuando nuestro pueblo fue traido…la pirámides ya existían”…
Complejo de pirámides de Giza
Complejo de pirámides de Giza

La influencia sumeria en el panteón de dioses egipcio

La correlación fonética de los dioses nos da una pista de su posible común origen. Anu es el dios del cielo en Sumeria. En idioma sánscrito anupa significa “un país acuoso”. Alexander Heidel escribe enThe Babylonian Genesis que los dioses Enlil y Anu eran representados como chacales, cuando el símbolo egipcio de Anpu (Anubis) era el chacal y que Anu está relacionado con el sistema de Sirio. Anu, asimismo, es el dios mayor de las deidades guardianas conocidas como los Anunnakis. Resulta muy evidente la raíz sumeria Anu en las egipcias Anubis y Anukis, implicadas con los estrellas de Sirio.
Dioses sumerios
Dioses sumerios
En Sumeria el vocablo “an” se correspondía con el cielo, y Anu es el dios del cielo, que en Egipto tuvo su correlación con Nut. Wallis Budge declara: “Es sorprendente, por tanto, encontrar tanta similitud entre los dioses primigenios de Sumerio y los de Egipto. Es imposible suponer que los escribas de Asurbanipal copiaron el sistema de Egipto, o que los literatos de la época de Seti I tomaron las ideas de los hombres ilustrados de Babilonia o Asiria. Por tanto, eso nos conduce a la conclusión de que tanto los sumerios como los primeros egipcios adoptaron a sus dioses primigenios a partir de alguna fuente común pero sumamente antigua. Hay demasiada similitud entre ambos grupos de dioses para ser accidental”.

Egipto y los astros

Se ha encontrado una serie de correlaciones que fundamentan la teoría de que lo desarrollado en el país del Nilo (incluso el cauce del Nilo mismo) habría sido creado para ser el reflejo del firmamento, no solo en el plano poético sino también en lo terrenal.
Constelación de Orión
Constelación de Orión
Puntualmente, las monumentales pirámides habrían sido construidas y emplazadas emulando la alineación de las estrellas del cinturón de Orión.
El Nilo y las pirámides
El Nilo y las pirámides
Con ello, las estrellas que componen la constelación de El Cazador, correspondiendo a Al Nitak, Al Nitam y Mintaka, quedarían representadas en Egipto con las tres grandes pirámides de la meseta de Giza, como desarrolló Robert Bauval en su obra El Misterio de Orión.
Correlación Orión-Pirámides
Correlación Orión-Pirámides

Como es arriba es abajo

El mestizaje cósmico-terrenal, recurrente en todos los textos sagrados de las principales religiones, tiene en Egipto toda suerte de connotaciones. Aparte de las leyendas y tradiciones, los monumentos que han quedado en pie, apuntan a una dirección del firmamento muy definida que señala el hipotético camino que recorrieron los dioses/viajeros extraterrestres en su venida.
Representacion de Orion y Sirio (en la mano)
Representacion de Orion y Sirio (en la mano)
Uno de los hechos diferenciadores de la religión egipcia respecto de las demás, es que señala claramente el lugar de dónde provienen sus dioses. A diferencia de esto, cuando Jesucristo asciende a los cielos no se señala a qué planeta, sistema solar o constelación se dirige, y cuando se reza el padrenuestro se dice que el Padre está en el cielo, pero sin precisar en cual de las millones de galaxias que existen. En cambio los egipcios lo tenían muy claro: su más allá estaba en la Duat, la porción de firmamento donde se encuentran las constelaciones de El Cazador (Orión) y El Perro (Can Mayor).
Detalle techo Tumba de Senenmut - Aparece el sistema solar con el oriente y poniente invertidos
Detalle techo Tumba de Senenmut – Aparece el sistema solar con el oriente y poniente invertidos
Toda la cultura egipcia se basó en el principio de “como es arriba es abajo”, reflejado en el libro del dios Toth, del cual sólo quedan referencias, y que posiblemente sea la fuente de inspiración de La Tabla Esmeralda del mismo dios helenizado como Hermes Trimegistro.

Las pirámides

Hay contabilizadas en Egipto 114 pirámides, las cuales se pueden dividir en dos grupos: cinco de la IV Dinastía (tres en Giza y dos en Dashur) y todas las demás. Estas 109 pirámides restantes no plantean interrogantes respecto de la tecnología necesaria para su construcción y no generan dudas sobre su datación.
Pirámides de Giza
Pirámides de Giza
Pero las cinco pirámides atribuidas a Snefru, Keops, Kefrén y Micerinos no sólo hay que separarlas del conjunto a causa de su envergadura y perfección, sino también porque no contienen en su interior la más leve pista de cuándo fueron edificadas, ni por quién, ni con qué motivos.
Cámara del Rey
Cámara del Rey
Por el contrario, todas las demás pirámides e incluso las tumbas de la IV dinastía, están repletas de jeroglíficos, esculturas y relieves que hacen fácil su datación.

La disrrupción arquitectónica de las pirámides

Existe una discontinuidad en la evolución arquitectónica de las pirámides de Egipto que no logra explicar cómo, luego de realizar las pirámides de Giza (supuestamente de la IV dinastía), los egipcios no pudieron, no sólo mejorar su logro, sino siquiera replicarlo.
Giza
Complejo de Giza
El hecho es que luego de Giza, los egipcios volvieron a hacer pirámides, pero estas fueron de mucho menor tamaño, peor diseño y de inferior calidad de materiales. Aunque las pirámides no fueron olvidadas del todo, con el transcurso de los siglos quedaron relegadas a meros vestigios de un pasado glorioso.
Durante las dinastías V y VI se siguieron construyendo pirámides pero sin ningún punto de comparación con la magnificencia de las de Giza. La pirámide de Sahure, de la V dinastía, tiene una base de 79 metros y una altura de 47 metros.
Pirámide de Sahure
Pirámide de Sahure
La pirámide de Unis, Dinastía V (2375-2345 a.C.), cuenta con 57,75 m. de lado y 43 m. de altura.
Pirámide de Unis (en el fondo la de Djoser, III dinastía)
Pirámide de Unis (en el fondo la de Djoser, III dinastía)
Los monumentos de Giza quedaron como un anacrónismo tecnológico dentro de la cultura egipcia.

Interpretación de las pirámides como monumentos funerarios

En contra de todo sentido común, la egiptología insiste en seguir llamando “tumbas” a las pirámides pese a que, por extraño que parezca, jamás se hayan encontrado restos físicos humanos en ninguna.
A esto, argumentan que la ausencia de cadáveres de faraones en las pirámides se debe a que los violadores de tumbas las saquearon todas. Esto tampoco es concluyente dado que los arqueólogos han logrado llegar al interior de varias pirámides que conservaban los sellos intactos y aún así no encontraron momia alguna. Tal es el caso de la pirámide de Sekhemkhet, descubierta por Zakaria Goneim en 1956.
Sarcófago de la Gran Pirámide
Sarcófago de la Gran Pirámide

Posts sobre Egipto

1. La Gran Pirámide de Giza: Con 2,6 millones de metros cúbicos de piedra y un peso aproximado de 6 millones de toneladas, la pirámide de Giza es, indudablemente, un petit desafío para una cultura de la Edad de Piedra que desconocían el hierro y la rueda. Pese a sus colosales proporciones (147 metros de altura y 230 metros de cada lado), sus errores de nivel, angulación, orientación y simetría se cuentan sólo por milímetros. La Gran Pirámide alberga el legado de antiguos conocimientos, y como en ningún otro lugar del planeta, los hombres han buscado allí pruebas materiales o intelectuales intentando descubrir el propósito del arquitecto de la Gran Pirámide.
Pirámide de Khufu
Pirámide de Khufu
2. La Gran Esfinge: No se trata de un monumento construido sino excavado. El terreno pétreo fue desalojado convenientemente para que al final emergiera el cuerpo del animal dentro del foso de la roca madre. En las paredes de este foso se aprecia la erosión acuática producida por la lluvia en un periodo húmedo anterior a que Egipto se desertizara, fecha que debe ser más antigua de los 10000 años. Y si la IV Dinastía no llega a los 5000 años de antigüedad, ¿quién la construyó?
Esfinge
Esfinge
3. Saqqara, el faraón Djoser y el genio de Imhotep: Se trata de la primer gran pirámide de la civilización egipcia, sirviendo de modelo para todas las siguientes ya que fue la primera en utilizar piedras en vez de ladrillos. Mide 140 metros de largo por 118 metros de ancho, con una altura de 60 metros. Sus lados están orientados a los puntos cardinales. En su interior, once pozos de 32 metros de profundidad dan acceso a galerías excavadas en la roca que conducen a una verdadera ciudad-laberinto con galerías, pasillos y habitaciones. La cámara del sarcófago está situada en el centro de la pirámide, a 28 metros de profundidad. El complejo ocupa 15 hectáreas y la muralla que lo rodeaba medía más de 1.500 metros de longitud y 11 metros de altura.
Saqqara
Saqqara
4. Abydos y la Flor de la Vida: Abydos fue uno de los centros más influyentes del Alto Egipto, siendo la ciudad de los gobernantes del periodo protodinástico. Dentro de Abydos, el templo Osirión es un lugar muy llamativo por varios factores: fue construido unos 8 metros por debajo del nivel de los cimientos del templo de Sethy, sin razón aparente; posee un su estilo arquitectónico totalmente despojado, distinto a todo el resto del complejo; está construido con bloques megalíticos de encastre perfecto; y se ha encontrado grabado en uno de sus bloques un dibujo de la Flor de la Vida.
Osirión
Osirión
Adaptación de textos de Manuel José Delgado.
fuente del articulo--http://laplacamadre.wordpress.com/

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