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viernes, 22 de noviembre de 2013

El misterio de las ruinas de Mosocllacta

En la intrincada selva alta de la región de Cusco hay varios sitios arqueológicos muy interesantes que fueron utilizados en tiempos remotos como ciudadelas fortificadas o como centros agrícolas y residenciales. A tal propósito recuerdo el enigmático sitio de Miraflores, que junto al grupo Deyermenjian, tuve la posibilidad de explorar y estudiar en septiembre de 2011. Se trata de una ciudadela no fortificada, que fue construida y utilizada muy probablemente por gente pre-inca para la producción agrícola en tiempos arcaicos, quizás para aprovisionar a algunos soldados que vigilaban los límites extremos del imperio Huari, o bien, la frontera con la selva baja amazónica (me refiero a la divisoria entre el valle del Río Yavero y la región del Madre de Dios). Están luego los sitios de Espíritu Pampa, utilizado como último refugio de los Incas de Vilcabamba, y la fortaleza de Hualla, descubierta por el explorador peruano Carlos Neuenschwander Landa en 1958. Recientemente tuve la posibilidad de explorar la zona del bajo Río Yavero y del Pongo del Río Urubamba
Al principio llegué a Quillabamba, la capital del café de la región de Cusco. Desde Quillabamba he avanzado hasta Ivochote viajando con un vehículo todoterreno en una estrecha carretera que bordea el Río Urubamba. En Ivochote se respira un aire especial, de última frontera antes de la selva baja amazónica. Después de Ivochote de hecho, el río Urubamba entra en paisajes de rara belleza a través del llamado Pongo del Mainique, un estrecho donde alcanza la profundidad de los ochenta metros. Al otro lado del estrecho está la inmensa selva baja, en la dirección del río Ucayali. Después de haber navegado hasta al Pongo del Mainique y de haber explorado la zona adyacente, pasé algunos días con un grupo de indígenas Matsiguenkas, buscando profundizar en su cultura ancestral y en su visión mitológica. Luego regresé a Ivochote, donde descansé por algunos días. De Ivochote emprendí nuevamente una exploración en dirección del bajo Río Yavero, deteniéndome en las comunidades Matsiguenkas de Matoriato y Yoquiri. Luego remonté el valle rumbo al pueblo de Chogotiari con una caminata de algunos días. Justo en la cima del monte, oculto por la frondosa y exuberante vegetación, hay un interesante sitio arqueológico denominado Mosocllacta, que por desgracia fue recientemente saqueado por personas sin escrúpulos y sin intereses histórico-arqueológicos. El sitio, ubicado a aproximadamente 1800 metros de altura y de una extensión de alrededor de 2 hectáreas, está compuesto por varios muros de contención que delimitan algunos espacios residenciales. El hecho de que los muros sean construcciones rústicas y que los ángulos no sean perfectamente perpendiculares hace pensar que la construcción es pre-incaica y que posiblemente se remonta a la época Huari. En el edificio principal, me di cuenta de una cavidad, tal vez utilizada por los antiguos como un altar donde colocar ofrendas para el pago a la Pachamama. Estas ofrendas pudieron ser hojas de coca, granos de maíz, etc. Noté también una interesante canalización que pudo haber servido para encauzar las aguas en una zona ubicada más abajo, con fines de irrigación.
n detalle importante, en un punto que lamentablemente fue excavado por buscadores de tesoros, es un altorrelieve de un jaguar, más bien rústico pero bien delineado, lo cual hace pensar en un culto por este animal que, como es bien sabido, en la Trinidad Andina representa la fuerza y la determinación, el mundo del aquí, del presente, en contraste con la serpiente (inframundo) y el cóndor (cercanía al Sol, por tanto, a Dios). ¿Quiénes fueron los constructores de Mosocllacta? Todavía es muy pronto para dar una respuesta definitiva, pero se pueden hacer algunas suposiciones. Si tenemos en cuenta el reciente descubrimiento de la tumba del Príncipe Huari en Espíritu Pampa, un lugar no muy lejos de Mosocllacta, podemos avanzar la hipótesis de que los constructores de Mosollacta fueron de etnia Huari, pueplo que dominaba el valle de Urubamba en épocas anteriores a los Incas. En mi opinión, la ciudadela de Mosocllacta fue utilizada en tiempos arcaicos tanto como centro agrícola como fortaleza para el control y la vigilancia del valle del Río Yavero, dada su ubicación justo en la cima del monte, en la divisoria entre el valle del Río Urubamba y el del Río Yavero. YURI LEVERATTO Copyright 2013 Copyright de las fotos: YURI LEVERATTO Artículo traducido por Julia Escobar Villegas de Medellín, Colombia. Se puede reproducir este artículo indicando claramente el nombre del autor y adjuntando el link a la fuente www.yurileveratto.com

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