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jueves, 10 de octubre de 2013

La enigmática Caral

La enigmática ciudad de las colosales pirámides, con 5000 años de antigüedad, localizada en las arenas ardientes de los desiertos del Perú. Es la ciudad más antigua de América, Caral perteneciente a los albores de la civilización tan antigua como las pirámides de Egipto, Mesopotamia y la India. Al visitar Caral se entra en una atmósfera mágica, impregnada de espiritualidad y misterio. Durante el recorrido se aprecian varios edificios piramidales, utilizados tanto para fines espirituales como administrativos, algunos restos de construcciones que fueron viviendas de la casta alta de los sacerdotes, diversos altares ceremoniales y una plaza circular cuyo nivel está por debajo del suelo, probablemente usada por los sacerdotes y por la élite política de la ciudad para ceremonias y celebraciones. De evidencias arqueológicas orgánicas, como tejidos de algodón y shicras (redes hechas de un tipo de junco, para contener piedras), que se dataron con el método del carbono 14, se llegó a la conclusión de que el sitio de Caral estuvo habitado a partir del 3000 a.C. sin embargo la datación más antigua fija el 9100 a.C La llamada civilización Caral-Supe (a la cual pertenecen otras sitios arqueológicos de los valles vecinos), es entonces casi tan antigua como la civilización de los Sumerios (3700 a.C.).Los arqueólogos del equipo de Ruth Shady Solís, la responsable del proyecto Caral-Supe, comprobaron que la ciudad de Caral estaba conectada con otros importantes centros urbanos y ceremoniales de la costa como Bandurria y Aspero, algunos de la sierra como Huaricoto y La Galgada, de la selva como Piruro y, en épocas más recientes, con Kotosh con su enigmático templo. Por lo tanto, se ha planteado que se desarrolló un ágil comercio entre la costa, con sus productos marinos y sus frutas, la sierra, con sus cereales andinos como la quinua y la quihuicha, y la selva, con sus plantas como el tutumo y plumas de pájaros como el páucar. La población total de Caral pudo haber alcanzado los 3000 habitantes, aunque estimaciones más prudentes afirman que no superó los 1000. Uno de los enigmas de Caral consiste en el hallazgo de estatuas de arcilla sin cocer. De este modo, la cultura Caral perteneció al llamado período pre-cerámico. No obstante, ¿cómo fue posible que una civilización jerárquica y estratificada, capaz de construir estructuras piramidales hasta de treinta metros de alto y que reinaba sobre un territorio de unos 87.000 kilómetros cuadrados, no haya conocido la cerámica? El hecho de que la cultura Valdivia del actual Ecuador haya realizado maravillosas creaciones cerámicas desde el 4000 a.C. nos plantea la pregunta de por qué este tipo de tecnología no se desarrolló en Caral. Además, el hallazgo en Caral de ejemplares de spondylus, un molusco bivalvo típico de Ecuador, complica nuestra investigación. Otro de los misterios de Caral es que hasta el día de hoy no se ha descubierto ningún cementerio, pues solamente se recuperaron los restos óseos de dos personas. La falta de un cementerio en la zona sugeriría que Caral fue sólo un centro ceremonial, pero las construcciones residenciales hacen descartar esta hipótesis. Se espera que con las próximas búsquedas en el campo, llevadas a cabo con sofisticados métodos tecnológicos, se pueda encontrar el cementerio, el cual proporcionaría importantes informaciones ulteriores sobre la vida de este antiguo pueblo. En Caral no se usaba el bronce y tampoco el cobre o el oro. Era una sociedad agreste que practicaba el trueque, pero que desconocía el uso de los metales y de la cerámica. No debemos pensar que una sociedad fue menos avanzada que otra porque no utilizaba estas tecnologías posteriores, sencillamente aquel tipo de desarrollo no era indispensable para este pueblo, el cual se concentró más bien en perfeccionar otros conocimientos, como por ejemplo el uso de plantas medicinales y los tejidos de algodon, aunque se dice que desconocía el telar y que para sus creaciones textiles usaba rudimentales técnicas de trenzado y anillado. El poder de la cultura Caral en el valle de Supe duró hasta el 1800 a.C., cuando, por causas ignoradas aún, declinó lentamente, teniendo sus habitantes que emigrar hacia otras tierras, probablemente más fértiles y húmedas. http://www.pachayachachiq

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