Expuesto a simple vista pero inadvertido durante siglos, un singular megalito cercano al Mar de Galilea tiene a los expertos sin respuesta. Este antiguo monumento está datado en la Edad del Bronce, consta de enormes círculos de piedras y continúa siendo un misterio a día de hoy. Nadie sabe hasta el momento quién levantó estos montones de piedras para dar forma a una gigantesca rueda, ni por qué razón.
El ganado que pasta en las cercanías del monumento revela la escala de estos enormes anillos de piedra situados en las llanuras de los Altos del Golán. (CC BY-SA 3.0)
Los gigantescos círculos de piedra se revelan desde el aire
Leemos en la web de noticias Haaretz que estas impresionantes antiguas ruinas, localizadas en los Altos del Golán (región en disputa reclamada tanto por Siria como por Israel), son enormes acumulaciones de rocas amontonadas—se estima que hasta unas 40.000 toneladas de basalto negro—dispuestas en forma de rueda para delimitar un mínimo de cinco anillos concéntricos, con un túmulo funerario de piedras en su centro.
Los tres puntos rojos marcan la ubicación de Rujm el-Hiri, “el montón de piedras del gato salvaje”. (CC BY-SA 3.0)
En árabe es conocido como Rujm el-Hiri, que significa “montón de piedras del gato salvaje”. Su nombre en hebreo es Gilgal Refaim, o “rueda de los gigantes”. La referencia a una raza de gigantes en la Biblia, los Refaítas, alude solo a una de las muchas teorías acerca de quién construyó este complejo monumento y por qué razón. Teniendo en cuenta el gran tamaño de Rujm el-Hiri, no es de extrañar que haya podido ser considerado obra de seres gigantescos.
Conocido también como el “Stonehenge del Próximo Oriente”, se estima que su antigüedad es de aproximadamente unos 5.000 años. Datado entre los años 3000 a. C. y 2700 a. C., período de la Edad del Bronce denominado “Bronce Antiguo”, se cree que es contemporáneo al monumento prehistórico británico de Stonehenge.
El emblemático monumento de Stonehenge en Wiltshire, Inglaterra (CC BY-SA 2.0)
Según Reuters, a nivel del suelo dan la impresión de ser montones de escombros desprendidos de muros de piedra que se hubieran derrumbado. Cientos de dólmenes, o formaciones de roca, se encuentran repartidos por los extensos campos que rodean el lugar, de tal modo que fue solo gracias a reconocimientos arqueológicos desde el aire realizados a finales de los 60 que se reveló por fin enteramente el diseño trazado por estos montones de piedras, irreconocible desde el suelo: era el de una inmensa diana.
Vista del monumento a nivel del suelo (Flickr/CC BY 2.0)
Tras las primeras excavaciones se descubrió que era una de las mayores y más antiguas construcciones de la región.
No se encontraron cuerpos en este gran lugar de enterramiento
Entre cinco y nueve enormes anillos circulares rodean a la cámara funeraria central, midiendo el anillo de mayor tamaño más de 152 metros de diámetro y alcanzando una altura de unos 2,5 metros, según informa About Education. Los anillos no se encuentran todos acabados, y algunos de ellos están conectados entre sí mediante cortos tramos de muros, que trazan de este modo una especie de “radios” en la gigantesca rueda.
El grosor de los muros es uniforme, y apenas varía entre los 3,20 y los 3,30 metros.
Hay debate en torno a si el túmulo funerario de piedras situado en el centro de este megalito prehistórico fue erigido en la misma época en la que se construyeron los anillos exteriores. El montón de piedras central mide aproximadamente unos cinco metros de alto y entre 20 y 25 metros de diámetro.
Pocos objetos de valor se han descubierto en Rujm el-Hiri, debido en parte a su antigüedad y también a una desafortunada e histórica tradición de saqueos sufridos por el monumento. Apenas se ha encontrado en este lugar un único prendedor del Calcolítico, aparentemente perdido por algún antiguo saqueador. Se cree que el túmulo de piedras central pudo albergar en el pasado joyas y armas. No obstante, en las excavaciones realizadas en sus cámaras interiores no se halló objeto alguno, lo que indica claramente que estos espacios no se empleaban como almacén ni como vivienda.
No se ha podido tampoco establecer una datación cronológica exacta del monumento, ya que no se ha encontrado en él hasta ahora ningún material prehistórico de origen orgánico.
La oscura entrada a la cámara funeraria que se encuentra en el centro de este monumento megalítico. (CC BY-SA 3.0)
Intentando explicar este misterio de la prehistoria
Uri Berger, experto en tumbas megalíticas de la Autoridad de Antigüedades de Israel, ha afirmado acerca de este monumento en declaraciones a Haaretz: “Es un lugar enigmático. De él tenemos pedacitos de información, pero no una visión global. Los científicos vienen, se quedan impresionados por el monumento y elaboran sus propias teorías.”
Vista interior de la cámara funeraria (CC BY-SA 3.0)
Los arqueólogos creen que este lugar no era utilizado como vivienda ni como estructura defensiva, pero aparte de eso no hay consenso acerca de su propósito o función. No se ha encontrado hasta ahora ningún monumento como éste en el Próximo Oriente.
Una de las teorías que intenta explicar el propósito de este megalito es que se trate de un calendario astronómico. Según Uri Berger, en los solsticios de junio y diciembre el nacimiento de sol se alinea con orificios practicados en las piedras.
Algunos investigadores creen que el monumento era utilizado como centro de observación astronómica ritual o adoración del sol hasta que fue erigido el túmulo de piedras central, que bloquea los rayos solares en los días más señalados (solsticios de invierno y verano principalmente).
Aunque hay una tumba justo en el centro de la rueda, jamás se han hallado restos humanos en su interior. Leemos en Popular Archaeology que el Dr. Rami Arav, Profesor de Religión y Filosofía de la Universidad de Nebraska, Omaha, ha planteado que esto quizás se deba a que los ritos funerarios de la época implicaran el “descarnado” de los huesos por parte de aves y otros animales. Los restos óseos serían a continuación recogidos por miembros de la comunidad y depositados en osarios.
Para complicar aún más la cuestión de quién erigió esta estructura está el obvio trabajo de construcción que requiere. Se estima que se habrían necesitado más de 25.000 jornadas de trabajo para levantar este inmenso monumento. Esto, combinado con las labores de extracción y transporte de la piedra, parece haber requerido una inmenso entramado de trabajadores auxiliares del que una civilización nómada o itinerante podría no disponer, tal y como observa Reuters.
Por el momento, los arqueólogos continúan sin tener explicación para uno de los más singulares y asombrosos monumentos prehistóricos de la región.
Autor: Liz Leafloor
https://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/la-rueda-los-gigantes-el-misterioso-monumento-prehist%C3%B3rico-rujm-el-hiri-los-altos-gol%C3%A1n-003094
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