miércoles, 4 de diciembre de 2019

¿Esconde un algoritmo secreto el «Hombre de Vitruvio» de Leonardo da Vinci?



La nueva revelación sobre Leonardo da Vinci se define ya como revolucionaria. Es excepcional, fruto de treinta años de reflexión y siete de investigación. La conclusión es que el «Hombre de Vitruvio» («Uomo Vitruviano»), un verdadero icono del genio del Renacimiento –la muy célebre representación de las proporciones ideales del cuerpo humano, realizado por Leonardo da Vinci a partir de los textos de arquitecto de la antigua Roma, Vitruvio–, es en realidad la imagen del algoritmo secreto. Un algoritmo anterior que los artistas han utilizado desde el siglo IV al VIII para «certificar» sus propias obras como inspiradas en la Proporción Divina (el número áureo, llamado también proporción divina y razón dorada, en el ámbito de las artes figurativas y de la matemática indica el número irracional número irracional 1,6180339887… ).
Durante cinco siglos el dibujo del «Hombre de Vitruvio» habría escondido un engaño, es decir: no solamente es mucho más de lo que parece, sino que también habría sido realizado para dar forma en modo cifrado o en clave al secreto de los secretos. La muy antigua fórmula aritmética y geométrica que los gremios de artistas utilizaban y se transmitían entre ellos, observando los parámetros impuestos por la Iglesia, para realizar cualquier tipo de obra. Este es el estudio que ha realizado un historiador de arte Roberto Concas (izquierda), de 67 años, exdirector del Museo Arqueológico Nacional de Cagliari (Cerdeña). Se trata de una investigación fascinante como si fuera una novela de intriga y suspense propia de Umberto Eco, según cuenta en exclusiva la agencia de noticias ANSA. El trabajo se explicará en dos volúmenes que se publican el primero de enero y se le dedicará una gran exposición en Cagliari en mayo 2020, con un significativo título: «El engaño del Hombre Vitruviano. El algoritmo de la proporción divina».

Dos hombres en el dibujo

El primer descubrimiento de Concas en el dibujo realizado por Leonardo en 1490 es que contiene dos hombres en dos diversas edades de la vida, quizás incluso tres. Esto según el profesor Concas se comprueba viéndolo en un espejo para que nos aparezca la imagen real del dibujo, dando un sentido a lo que hasta ahora se consideraban «errores». Él lo explica así a Ansa: «Todo ha iniciado de las preguntas que me hice sobre los Retablos de Cerdeña. ¿Por qué –me preguntaba- tienen esta forma particular a tres? No había respuestas. He investigado durante 30 años. Después, en un momento dado encuentro el algoritmo que me hace comprender cuál es la parte central y cuál la lateral. Pero eso era solo el inicio. En el 2012, mirando el dibujo del Hombre de Vitruvio advierto una proporción similar en la línea de abajo: dos partes más pequeñas, una central más grande».

El espejo

El historiador de arte Concas reconoce que es «agotador» explicarlo, pero concluye aclarando su intuición y sorprendente descubrimiento. «Fue como abrir una caja tras otra, cada solución me abría otras tres al mismo tiempo, una serie de casos. Empecé a comprender que el dibujo contiene dos caras. El ojo derecho es de un hombre maduro, el de la izquierda es de un rostro más joven. Me vino la intuición: Si Leonardo escribió con la izquierda (el artista era ambidiestro) aprendió utilizando el espejo… también aquí usa el espejo para reconstruir una figura completa. Y las medidas me han dado razón».
¿Qué representa y qué importancia tiene la teoría o, mejor dicho, el descubrimiento del profesor Concas? Lo explica a Ansa la directora de los museos de Cerdeña, Giovanna Damiani (derecha): «Yo lo definiría como revolucionario, porque es un descubrimiento capaz de imponer un nuevo paradigma en la historia del arte, un canon que ha permanecido inédito, que no cancela los que son habituales para nosotros, pero abre a nuevas interpretaciones, quizás intuidas por algunos historiadores del arte, pero nunca hasta hoy codificadas».

El por qué de las medidas de los brazos

En definitiva, dos hombres en el mismo dibujo, y con el espejo se ve claramente, de edad diversa, pero diseñados para representar lo que el matemático Luca Pacioli, fraile franciscano, definía como ciencia secretísima de la Divina proporción. En el libro de Pacioli, titulado precisamente «Sobre la proporción divina» –o proporción áurea-, con ilustraciones de Leonardo da Vinci, publicado en 1509, trata sobre las proporciones matemáticas y sus aplicaciones a la geometría, al arte visual y a la arquitectura. A este respecto, profesor Concas pone un ejemplo: «Las medidas de los brazos, que son diversas, proceden del concepto de un número generador, 225,5 y 180,5. Haciendo restas o divisiones se obtienen todas las medidas exactas de los dos brazos».
Representación de Luca Pacioli en su estudio.

Una regla que no se tenía que perder

Leonardo temía que con el tiempo se perdiera la proporción áurea o número de oro –llamada por primera vez «Divina Proporción», a comienzos del siglo XVI–, «la regla que había sido usada por arquitectos, escritores y poetas», según precisa el profesor Concas. «Se utilizó por primera vez –añade– en el Arco de Constantino, en el 315-325 d.C., los años del primer concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico cristiano. Pero también en la Piedad de Miguel Ángel y obviamente en la Gioconda. Después de todo, eran reglas sencillas, como las del fútbol, 17 reglas simples. Después, en su puesta en práctica, hay quien es capaz de marcar como Ronaldo. Así también Rafael hacía obras maestras ateniéndose a las reglas».
El algoritmo («el conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema», según definición de la RAE) desde el siglo IV, cuando la religión cristiana se convierte en religión de estado, servía para difundir y defender los gremios o corporaciones. No era suficiente con dibujar la Virgen, había que hacerlo según las reglas secretas, que de forma simplificada se podrían definir como una «espiral doble», que tiene un significado filosófico muy antiguo. «Si Leonardo hubiera desvelado que el "Hombre de Vitruvio" contenía este secreto, lo habrían llevado a la hoguera», afirma el profesor Concas. Un misterio perdido «cuando con el Iluminismo terminó el poder de la Iglesia y llegó el laicismo. Pero si miramos a nuestro alrededor, encontramos rastros de ello en todas partes, hasta ahora incomprensibles para nosotros», concluye el profesor Roberto Concas.
El «Hombre de Vitruvio», conservado en la Galería de la Academia de Venecia desde 1822, una de las obras que más atraen en la gran exposición dedicada a Leonardo, con motivo del 500 aniversario de la muerte del llamado «Divino Pintor», será vista desde hoy con mayor curiosidad si cabe. Además de ser una obra maestra absoluta de la cultura, el Hombre de Vitruvio, conserva aún secretos y misterios. Palabra del profesor Concas: «Por ahora no quiero añadir nada más; el misterio no termina aquí».

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Interesante la noticia, más que nada por lo que podamos comprobar en su alcance en los trabajos que tiene prometidos publicar, a principios del próximo año, el profesor Concas al respecto.
De momento, y a la espera de dicha publicación, de entrada me resulta muy curiosa la relación de ese llamado número generador de 225,5 y 180,5 (y que en otros párrafos parecen referirse al mismo como un canon) con los hallazgos que en metrología histórica ha realizado Luis Castaño precisamente a partir del "Hombre de Vitruvio" de Leonardo, al señalar la medida de un hombre de 180 centímetros como canon de las distintas medidas que se han dado históricamente, y de lo cual nos hemos hecho eco en varios posts en Terrae Antiqvae (véanse los enlaces de más abajo). 
Y de salida, me llama la atención que el profesor Concas ponga tanto énfasis en el número áureo en su interpretación del "Hombre del Vitruvio", cuando precisamente esta razón áurea, no sólo ha sido ya desautorizada por expertos matemáticos como una ficción en los distintos diseños que se nos presentan al respecto, al ser un número irracional (véase el post "El famoso número áureo podría no ser más que un prolongado engaño"), sino que cualquiera puede verificar que en el "Hombre de Vitruvio" no se da dicha relación áurea, tal como lo manifestaba ya el propio Luis Castaño en uno de los comentarios del post "Leonardo da Vinci y las pirámides de Egipto"
Como puede verse el ombligo no está en la sección áurea del "Hombre de Vitruvio", sino ligeramente por debajo.









Fuente: abc.es

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