miércoles, 27 de febrero de 2019

Ni jorobados ni contrahechos, los neandertales caminaban erguidos como nosotros



Reconstrucción anterior (izquierda) y nueva (derecha) de la columna vertebral de un neandertal de La Chapelle-aux-Saints (Francia), basada en un escaneo de superficie en 3D de la vértebra y la pelvis. (Imagen: Martin Häusler, UZH)
Durante mucho tiempo, los neandertales han sido considerados una especie bruta e inferior, unos depredadores más similares a las bestias que a la humanidad. Sin embargo, un buen número de descubrimientos ha demostrado que esas ideas son erróneas y que estos homínidos extintos que vivieron en Europa durante cientos de miles de años se nos parecían mucho más de lo que creíamos. El último hallazgo al respecto rompe con la representación de estos seres como contrahechos o gibosos.
Investigadores de la Universidad de Zúrich (Suiza) han demostrado que, bien al contrario, los neandertales se erguían como los humanos modernos, gracias a una reconstrucción virtual de la pelvis y la columna vertebral del esqueleto de un individuo muy bien conservado encontrado en Francia. Una postura erguida y equilibrada es una de las características definitorias del Homo sapiens. En contraste, las primeras reconstrucciones de neandertales hechas a principios del siglo XX los describían como seres que caminaban parcialmente de pie. Estas reconstrucciones se basaron en el esqueleto de un anciano de esa especie desenterrado en La Chapelle-aux-Saints, Francia (derecha).
Desde la década de 1950, los científicos han sabido que la imagen del neandertal como un hombre de las cavernas no es precisa. Sus similitudes con nosotros mismos, tanto en términos evolutivos como de comportamiento, también se conocen desde hace mucho tiempo, pero en los últimos años el péndulo ha girado en la dirección opuesta. «Enfocarse en las diferencias ha vuelto a estar de moda», dice Martin Haeusler  (izquierda), especialista de la UZH en medicina evolutiva. Por ejemplo, estudios recientes han usado algunas vértebras aisladas para concluir que los neandertales aún no poseían una columna vertebral bien desarrollada en forma de doble S.
Sin embargo, la nueva reconstrucción virtual del esqueleto de La Chapelle-aux-Saints ha mostrado evidencias de lo contrario. Los investigadores pudieron demostrar que tanto el individuo en cuestión como los neandertales en general tenían una región lumbar y un cuello curvados, al igual que los humanos de hoy.
Al reconstruir la pelvis, los investigadores descubrieron que el sacro estaba colocado de la misma manera que en los humanos modernos. Esto los llevó a concluir que los neandertales poseían una región lumbar con una curvatura bien desarrollada. Al juntar las vértebras lumbares y cervicales individuales, pudieron discernir que la curvatura espinal era aún más pronunciada. Las marcas de desgaste prominentes en parte causadas por la curvatura de la columna vertebral se hicieron evidentes.
Imagen anterior (izquierda) y posterior (derecha) del sacro de un neandertal, el cual está colocado de la misma manera que en los humanos modernos, lo que sugiere una postura erecta igual.

Misma anatomía

Las marcas de desgaste en la articulación de la cadera del esqueleto de La Chapelle-aux-Saints también apuntaban a que los neandertales tenían una postura erguida similar a la de los humanos modernos. «La tensión en la articulación de la cadera y la posición de la pelvis no es diferente a la nuestra», dice Haeusler. Este hallazgo también está respaldado por el análisis de otros esqueletos neandertales con suficientes restos de vértebras y huesos pélvicos. «En general, casi no hay evidencia de que los neandertales tengan una anatomía fundamentalmente diferente», explica el investigador. «Ahora es el momento de reconocer las similitudes básicas entre los neandertales y los humanos modernos y de cambiar el enfoque hacia los sutiles cambios biológicos y de comportamiento que ocurrieron en los humanos en el Pleistoceno tardío», añade.
Estos conocimientos pueden ayudar a entender por qué esta otra especie humana inteligente desapareció de Europa misteriosamente hace 40.000 años, mientras nosotros progresamos hasta convertirnos en lo que somos ahora.
Fuente: abc.es | 26 de febrero de 2019
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Reconstrucción de la columna vertebral del neandertal de la Chapelle-aux-Saints superpuesta sobre una radiografía de Homo sapiens (Martin Haeusler).

No, los neandertales no caminaban con la espalda curvada

La columna vertebral de los neandertales tenía la misma forma sinuosa que la de los Homo sapiens, con cuatro curvas en las regiones cervical, torácica, lumbar y sacra para facilitar una marcha bípeda ágil y eficiente. Así lo demuestra un nuevo análisis de los fósiles del neandertal hallado en 1908 en la cueva de la Chapelle-aux-Saints, en Francia. Curiosamente, este mismo espécimen fue el que alimentó durante la primera mitad del siglo XX la idea de que los neandertales caminaban con la espalda curvada, como criaturas infrahumanas.
La investigación, presentada ayer en la revista PNAS , confirma que los neandertales originarios de Eurasia y los Homo sapiens que venían de África eran muy similares. Otros hallazgos en la misma línea son el descubrimiento de que ambos linajes se aparearon y que tenían el mismo repertorio de conductas, incluidos el pensamiento simbólico, el cuidado de los enfermos y el culto a los muertos.

“Hay personas a las que les cuesta aceptar que la biología básica de los neandertales era igual que la nuestra. Es hora de superar la visión de los neandertales como menos humanos que nosotros”, declara por correo electrónico Erik Trinkaus (izquierda), paleoantropólogo de la Universidad Washington en San Luis (EE.UU.) y coautor de la investigación, que está reconocido como uno de los máximos expertos mundiales en neandertales.
El trabajo se ha basado en los restos de un neandertal llamado “el Viejo”, encontrados en la cueva de la Chapelle-aux-Saints, unos 200 kilómetros al norte de Toulouse y preservados en el Museo del Hombre de París. Se trata de un espécimen que murió hacia los 60 años, que había perdido todas sus muelas y al que le costaba caminar porque sufría artrosis.
Tiene la pelvis mejor conservada del registro fósil para estudiar la locomoción de los neandertales, así como una veintena de vértebras. Los restos tienen una antigüedad de 60.000 años, por lo que son unos 20.000 años anteriores a la llegada de los Homo sapiens a Europa.
Foto: Así es como Marcellin Boule representó a los neandertales (izquierda) y a los humanos (derecha) en 1911. La nueva evidencia sugiere que su postura era mucho mejor.
El primer análisis de estos fósiles, publicado en 1911, llegó a la conclusión de que tenía la espalda curvada como un simio, lo que “creó una imagen persistente de estos humanos como primitivos y no completamente erectos”, según escriben los investigadores en PNAS. En la segunda década del siglo XX, esta visión fue sustituida por otra en que se atribuía a los neandertales una columna vertebral recta, sin las curvas que facilitan la marcha bípeda en los Homo sapiens.
El nuevo análisis de la pelvis, del hueso sacro y de las vértebras lumbares del neandertal de la Chapelle-aux-Saints demuestra que tenía la misma lordosis (o curvatura hacia adentro) en la zona lumbar que los Homo sapiens actuales. Las vértebras torácicas y cervicales, por su parte, indican que tenía la misma lordosis en la zona cervical.

“Es un estudio que sitúa a los neandertales cerca de nosotros, los humanos modernos”, destaca Robert Sala (derecha), director del Institut de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes). “En los últimos años se han acumulado pruebas de una anatomía moderna y de un comportamiento complejo entre los neandertales. Los sesgos que había en los orígenes de la investigación por posiciones ideológicas y dogmáticas van cayendo”.
Según Trinkaus, “Los esfuerzos por describir a los neandertales como diferentes e inferiores deriva del deseo de vernos a nosotros como únicos y especiales, y de reforzar esta visión denigrando a los demás. Este mismo proceso mental es un elemento central del racismo”.
Ni tan solo el énfasis en el cerebro de los neandertales como más grande y menos esférico que el de los Homo sapiens es correcto, según el paleoantropólogo estadounidense. “No hay diferencias signficativas en el tamaño, tanto en términos absolutos como en relación al tamaño corporal”, declara a La Vanguardia.
En cuanto a la forma, que ha alimentado la idea de que los neandertales tenían un córtex prefrontal menos desarrollado, lo que podría llevar a pensar que tenían menos capacidad de planificación, Trinkaus recuerda que “Los cráneos de los neandertales eran más bajos y alargados, pero las diferencias de forma no nos dicen nada sobre la organización cerebral o sobre las capacidades”.










No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.