Son construcciones rectangulares construidas con enormes piedras, tipo megalíticas, colocadas unas sobre otras sin ningún tipo de mortero o argamasa.
Los techos están hechos con grandes bloques de piedra, dejando un hueco libre sea ya para la entrada de luz o para la salida de humo, de acuerdo a las interpretaciones.
Se las denomina casas de dragones porque, en la imaginación de los locales, era allí donde se creía que en la antigüedad se hospedaba a los “dragones” (*).
En las leyendas del folklore regional se atribuye a gigantes de fuerza sobrehumana la construcción de estas edificaciones ciclópeas. Más aún, la mitología griega esta atestada de referencias a gigantes.
La Casa del Dragón en el Monte Ochi, al norte de Karystos, es la más famosa y mejor conservada, junto con las tres de Palli-Lakka, en la zona de las antiguas canteras de mármol en el Monte Kliosi.
El edificio del monte Ochi está situado a 1.386 metros de altitud y mide 12,7 x 7,7 metros. Tiene una abertura (puerta) de 2 metros de altura por 1 metro de ancho, coronada por un enorme dintel de 10 toneladas de peso que sobresale por encima de ella.
Los muros tienen un espesor medio de 1,4 metros, necesario para soportar el pesado techo de piedras. El interior tiene 2,4 metros de altura. Todo el piso estaba igualmente recubierto con paneles de piedra.
Las tres construcciones de Palli-Lakka son muy similares en dimensiones a la del monte Oque, pero los muros son menos gruesos, de tan solo 1,1 metros de media. Los bloques de piedra utilizados son de menor tamaño y, en general, el estilo es más rústico, menos elaborado y posiblemente más antiguo.
No existe ninguna mención de estas asombrosas construcciones en ninguno de los textos clásicos griegos, por lo que toda la referencia al respecto procede de las leyendas y el folklore de la zona.
Algunos especialistas opinan que pueden remontarse al siglo VII AEC, siendo los precursores de los posteriores templos griegos. Otros los consideran construcciones defensivas de época helenística, del siglo III-IV AEC pero nada de todo esto tiene argumentos basados en pruebas sino que son simples especulaciones.
El primer relato es del geólogo, viajero y escritor británico del siglo XVIII John Hawkins. El primer relato detallado, después de Hawkins fue en 1842 por el arqueólogo alemán H. N. Ulrichs. El erudito clásico francés Jules Girard visitó Eubea y describió la casa del dragón Ochi, y proporcionó descripciones adicionales de las tres casas del Dragón Palli-Lakka.
En la pagina oficial de la drakospita de Okhi se puede leer que en las excavaciones dirigidas por el profesor Niki Moutsopoulos en el año 1959, se hallaron pedazos de cerámica y recipientes de barro, uno de las cuales contenía una escritura desconocida (hoy parte del inventario del museo arqueológico de Karystos).
Entre 2002 y 2004 investigadores del departamento de astrofísica de la Universidad de Atenas estudiaron la orientación de la casa del monte Ochi, llegando a la conclusión de que coincidía con la aparición en el firmamento de Sirio hacia el año 1.100 AEC y apuntando una posible función como observatorio astronómico.
En la actualidad todavía no hay una teoría consensuada sobre la identidad de los constructores ni mucho menos sobre su datación. Las casas de dragones continúan siendo un misterio para historiadores y arqueólogos.
Se puede observar cierta similitud entre estas estructuras y los Templos Megalíticos de Malta e incluso con los Domus de Janas de Cerdeña.
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