viernes, 26 de marzo de 2021

Encuentran los restos del templo 'perdido' del Ptolomeo I, el faraón que inauguró la dinastía de Cleopatra

 

Excavación de los restos del templo de Ptolomeo I en el yacimiento de Sharuna.

"Tienes que venir, esto es muy importante, es otra liga". El mensaje que la directora general de la Fundació Arqueològica Clos, Mariàngela Taulé, trasladó al presidente de la Fundación Arqueológica Clos y del Museo Egipcio de Barcelona, Jordi Clos, bien podría asemejarse al telegrama que en 1922 envió Howard Carter a su benefector, Lord Carnavon, con un "descubrimiento maravilloso": La tumba de Tutankamón. Sin embargo, en el momento de comunicar su hallazgo, Taulé estaba "casi a oscuras entre bloques" que formaban parte del templo del faraón Ptolomeo I en el yacimiento de Kom el-Ajmar Sharuna en Minya, el Egipto Medio.

Se trata de los restos "mejor conservados" de un templo dedicado a Ptolomeo I encontrados en Egipto y constan de 60 bloques de grandes dimensiones "perfectamente esculpidos con sus divinidades y jeroglíficos explicativos sobre la historia del templo y de los dioses a los que se consagra", señaló Jordi Clos quien remarcó que los bloques pesan unos 500 kilos cada uno y que están muy bien conservados ya que se usaron para los cimientos y el pavimento de una iglesia copta. Además, algunas piezas fueron desmontadas, según los investigadores, y sus frisos colocados a la inversa dentro de la iglesia para ocultarlos, ya que hacían referencia a otras divinidades.

"Algunos los hemos encontrado en un estado de perfección absoluta, parece que los hubieran hecho ayer" señaló Clos (izquierda), quien remarcó que las piedras indican que se trataría de un templo "magnífico" por su estado de conservación dedicado a Ptolomeo I, un general de Alejandro Magno que se convirtió en el primer faraón de su dinastía que terminó con Cleopatra. La expedición Museo Egipcio de Barcelona, junto con la Universidad de Tubinga y el Supreme Council of Antiquities d'Egipte llevaba 15 años excavando en esa zona con "obstinación" ya que desde 1838 se conocía la existencia de un templo en la zona, cuando lo mencionó por primera vez el egiptólogo Nestor LHôte.

Después se perdió todo rastro pese a que fueron a buscarlo otros exploradores y egiptólogos desde finales del XIX y el siglo pasado. Luis Manuel Gonzálvez (derecha), conservador del Museu Egipcio de Barcelona y responsable de la expedición, aseguró que "la estructura estaba "arrasada" y que se había perdido la pista de la construcción pese a que quedaban indicios". Por eso decidieron excavar y durante dos campañas, de 2018 a 2020, sacaron los bloques de hormigón que están "mejor conservados que todos los de templos que se construyeron fuera de Alejandría". Además, señaló que en época de Ptolomeo I se trataba de una zona importante como demuestran el cementerio con tumbas de pozo encontrado cerca del templo.

Los bloques se usaron para los muros del templo ya que se han podido reconstruir y tienen elementos arquitectónicos como cornisas o molduras convexas. También hay bellos frisos decorativos formados por la sucesión del jefe de la diosa del amor, Hathor, y los dos jeroglíficos con el nombre del faraón Ptolomeo I. En este sentido Gonzálvez remarcó "la importancia de la inscripción jeroglífica que aporta valiosa información sobre la fundación del templo, su nombre y los dioses a los cuales estuvo dedicado".

Reproducción en 3D de uno de los frisos encontrados en la expedición. Marta Perez. EFE

Los bloques decorados del templo ptolemaico en el almacén-residencia de la misión arqueológica.   /MUSEU EGIPCI

La expedición también tuvo su lado épico ya que la aparición en febrero de 2020 de las restricciones por la pandemia por coronavirus, y ante la inminencia del cierre del espacio aéreo egipcio, el equipo optó por no volver a España y completar su trabajo. La aventura continuó con lluvias torrenciales (las más intensas en 100 años), plagas de serpientes, tormentas de arena y otras penalidades, hasta que el equipo pudo volver a mediados de mayo del pasado año. Sin duda otra analogía más con la mal llamada 'maldición de Tuntakamón'.

Desde el Museo Egipcio se quiere plantear una propuesta de reconstrucción hipotética del templo que hace 2.000 años se construyó en la ciudad de Hut-nesut, antiguo nombre de la actual Sharuna. Para recuperar los restos "se usó un sistema de drenaje ya que el yacimiento, que se encuentra en una zona en la cual el nivel freático aparece a menos de un metro de la superficie del terreno". Como resultado de las tareas de excavación, se ha podido constatar que los sesenta bloques del templo ptolemaico fueron utilizados en el siglo VI para la construcción de una iglesia cristiana copta, concretamente los cimientos y algunos elementos del pavimento.

El rais (jefe de los trabajadores) Alí Faruk, consolidando uno de los relieves del templo de Ptolomeo hallados en Sharuna. MUSEU EGIPCI

Para la documentación individualizada de cada bloque se han aplicado modernas técnicas que a partir de la fotografía permiten construir modelos tridimensionales precisos y métricamente correctos. Así, la investigación ha permitido integrar estos elementos arquitectónicos con fragmentos del templo descubiertos hace décadas, como los localizados por el egiptólogo Tadeus Smolenski a comienzos del siglo XX, actualmente en las colecciones egipcias de Viena y Budapest, o los recuperados por la Universidad de Tubinga desde 1984.

Como remarcó Mariàngela Taulé (izquierda), "el hallazgo es el inicio de un proyecto más grande que permitirá sacar información sobre el templo y su época". Por eso, la Fundación Arqueológica Clos tiene la intención de realizar en verano una exposición temporal en el Museo Egipcio de Barcelona con réplicas a escala real de muchos de los bloques decorados más significativos, realizadas a partir de sofisticadas técnicas de tratamiento de imágenes e impresiones en 3D.

Cornisas decoradas del templo ptolemaico en el almacén-residencia de la misión arqueológica.

/MUSEU EGIPCI

Parafraseando los dos primeros títulos del arqueólogo más famoso del cine, desde el Museo Egipcio fueron en busca del templo perdido y lo encontraron. Su descubrimiento hace que no sea la 'última cruzada' de este equipo de egiptólogos.













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