El arqueólogo ceutí Darío Bernal, director de la excavación, ha resaltado que durante la excavación han logrado recuperar numerosos restos de la Ceuta Romana y Bizantina
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Cádiz (UCA) ha concluido unas excavaciones realizadas durante las últimas tres semanas en el interior del Baluarte de la Bandera en Ceuta, certificando que los restos de muralla bizantina de más de tres metros encontrada es la que mandó construir Justiniano a finales del siglo VI.
El arqueólogo ceutí Darío Bernal, director de la excavación, ha resaltadoque durante estas tres semanas que han venido trabajando en este yacimiento ceutí, han logrado recuperar numerosos restos que les ha permitido conocer más en profundidad cómo era la Ceuta Romana y Bizantina.
Darío Bernal resaltaba que durante la excavación apareció un nivel «muy interesante ya que en el mismo se encontraron una gran cantidad de recursos marinos» como más de 700 lapas, resto de atunes, erizos, bivalvos, cañaíllas, una gran variedad de fauna y hasta un hueso de buitre.
«Todo esto ha permitido conocer más sobre la fauna que había en ese momento en el que se genera dicho estrato, estándose hablando del siglo VII, y que ha permitido saber y reconstruir qué pescaban y consumían», ha precisado.
Igualmente, ha aparecido numerosa cerámica, así como metales aunque en menor cantidad y algunas monedas.
De todo lo hallado, Darío Bernal resaltaba sobre todo un fragmento de un ánfora del siglo I con una inscripción, «la cual hay ahora que estudiar en profundidad, y que casi con toda seguridad terminará siendo una de las piezas que quedará expuesta una vez que se musealice la zona».
El arqueólogo pone en valor sobre todo, el buen estado de conservación que muestran todas las estructuras halladas, ya que «el problema que tiene la Ceuta de época pre-islámica es que tiene encima la Ceuta Medieval, la Ceuta Portuguesa y la Ceuta Moderna, de ahí que los restos romanos encontrados hasta la fecha siempre estaban muy deteriorados».
Después de estas tres semanas de excavaciones se ha podido confirmar que en la zona se ha hallado una muralla romana de finales del siglo II y principios del siglo III, a la cual se le adosó una torre y posteriormente la muralla bizantina, ambas construcciones de épocas diferentes como se ha podido observar por las técnicas constructivas utilizadas.
Los expertos han podido determinar que la citada torre se construyó a partir de inicios del siglo IV, por consiguiente se adosó a la muralla romana alrededor de cien años después, y más o menos 200 años después fue cuando se comenzó a construir la muralla bizantina.
El arqueólogo ceutí ha destacado a Efe que también se ha podido constatar que lo que inicialmente parecía tierra, a medida que se ha ido excavando ha evidenciado que se trata de la cara interior de otro muro, el cual parece ser que en un momento determinado, posterior a un terremoto ocurrido en el siglo VII.
Este terremoto hizo que se desplazara parcialmente la muralla romana originándole una gran grieta, se construyera probablemente para unir la muralla bizantina con la torre para generar una plataforma maziza, y con seguir con ello adelantar la muralla y reforzar la zona, obra esta que se produjo ya avanzada la segunda mitad del siglo VII.
Una de las curiosidades que ha dado a conocer esta excavación es que fuera de las murallas romanas fueron arrojados varios cuerpos, al menos 13 e incluso de niños, los cuales posteriormente, se presume que por problema de profilaxis o cuestiones higiénicos sanitarias, fueron apilados y quemados con el fin de evitar infecciones.
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