miércoles, 22 de julio de 2020

Los templos de la Antigua Grecia ya tenían rampas adaptadas para facilitar el acceso a los discapacitados

Podría ser la evidencia más antigua conocida de arquitectura diseñada para satisfacer las necesidades de las personas con movilidad reducida

Una de las recreaciones realizadas por los especialistas

Las rampas para personas discapacitadas que facilitan la entrada a muchos edificios públicos hoy en día no son un invento moderno. Los antiguos griegos construyeron elementos de piedra similares para ayudar a las personas que tenían problemas para caminar o subir escaleras a acceder a lugares sagrados.
Así lo pone de manifiesto un nuevo estudio de Debby Sneed, arqueóloga de la Universidad de California que ha publicado la revista especializada «Antiquity». De acuerdo con sus conclusiones, estas adaptaciones, algunas de las cuales con más de 2.300 años de antigüedad, serían la evidencia más antigua conocida de arquitectura diseñada para satisfacer las necesidades de los discapacitados.
Esta especialista ha afirmado que las evidencias de las rampas y su uso siempre ha estado ahí, sin embargo no se le ha prestado mucha atención. Se tiende a pensar que todos los antiguos griegos eran tan musculosos y estaban tan en forma como las esculturas o pinturas que han llegado hasta nuestros días. «Existe la suposición de que no hay lugar en la Antigua Grecia para las personas que no son aptas», ha apuntado Sneed en la revista «Science».
Sin embargo, las personas con movilidad reducida no fueron excluidas de la sociedad ni eliminados de la historia. Algunos de ellos fueron respetados generales y reyes, adorados como dioses, y enterrados de manera tradicional en los cementerios locales. Al participar activamente en la sociedad, sus necesidades fueron atendidas.
Las antiguas ciudades griegas les proporcionaron varias redes de seguridad social (Sneed 2018). Por ejemplo, en el siglo IV a. C., Atenas creó una asignación diaria para aquellas personas discapacitadas que no podían mantenerse económicamente.
La arquitectura de los santuarios tampoco fue una excepción. Sneed le siguió la pista a lo largo del siglo IV a.C, cuando proliferaron los templos dedicados a Asclepio, el dios de la medicina y la sanación. Los peregrinos acudían en gran número a estos denominados templos de curación.
La investigadora ha documentado que los dos recintos sagrados dedicados a Asclepio más documentados, el de Epidauro (cerca de Atenas) y el de Corinto, y estaban equipados con más rampas que otros enclaves similares y que, además, también estaban en otros edificios aledaños al principal.
Esta concentración de rampas sugieren que los antiguos griegos atendieron conscientemente las necesidades de los usuarios de estos espacios. De la misma manera que los sitios asociados con el atletismo eran provistos de estadios y gimnasios, estos templos de curación fueron equipados para que la inclusión de todos los participantes en actividades rituales.




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